xiii. Última línea

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Cuando llegamos a la pista de despegue, vimos el Quinjet preparado, con lo que parecía ser todo el equipo dentro

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Cuando llegamos a la pista de despegue, vimos el Quinjet preparado, con lo que parecía ser todo el equipo dentro.

Al entrar en la nave, Clint me apretó el hombro y se sentó en el asiento del piloto. Me acerqué a Natasha, que estaba ya sentada y mirando una foto. Pude vislumbrar la imagen de un hombre de mi edad, pero no pregunté. Ella se guardó el papel en el traje y me sonrió.

Clint anunció el despegue y todos tomamos asiento, abrochándonos los cinturones. Me senté junto a Nat y enfrente de Steve, y entonces un hombre de piel oscura que aparentaba mi edad tomó asiento en el sitio libre junto a mí. Llevaba puesto un traje oscuro y una especie de propulsor en la espalda. Sujetaba unas gafas y me miró con una sonrisa entusiasmada.

—¡Hola! Soy Falcon —dudó un momento—. Sam para los amigos.

Me arrancó una sonrisa a pesar de que Clint comenzaba a despegar la nave con velocidad.

—Soy Pulsus —le tendí la mano—, Aeryn para los amigos.

Me la estrechó y nadie más habló hasta que estábamos aterrizando en el Helitransporte de S.H.I.E.L.D.: Era un gran portaviones y el juguete favorito de Nick Fury.

Nos quitamos los cinturones y comenzamos a recoger. Clint pasó por mi lado y agarró su arco, que estaba en una de las estanterías de armamento de la nave. Me giró la cara con delicadeza y me dio un beso.

—¡Madre mía! —oí a Tony.

Todos comenzaron a reír y hacer preguntas mientras Clint los mandaba callar y yo solamente me sonrojaba. Al final, todos comenzamos a bajar del transporte. Steve nos paró a Robin y a mí antes de que avanzáramos a través de la pista de aterrizaje.

—Chicos —comenzó—: como todos, estoy contento de que hayan hecho las paces y formalizado su relación; pero debo de pedirles que ahí fuera, sean soldados. Cuando hay sentimientos de por medio, algunos se involucran demasiado y es ahí cuando la gente muere.

Sus ojos azules eran serios, y sujetaba el escudo con una seguridad absoluta.

—Por supuesto, Capitán —le aseguré—. No habrá imprevistos.

FELT IT ━ Clint BartonWhere stories live. Discover now