cinco

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CINCOsentimientos feos

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CINCO
sentimientos feos

Cuando quedaban dos horas para la fiesta, la morena se comenzó a alistar lentamente. Le gustaba tomarse su tiempo. Se bañó y depiló cada zona de su cuerpo por si tendría acción esa noche. Por alguna razón se sentía ligeramente nerviosa. Sabía que sólo iba a ir para molestar a la nueva, o eso pensaba.

Cuando sonó el claxon, la chica bajó a paso apresurado, nerviosa.

¡Mamá, mañana traigo el pan! —habló en su idioma natal.

No esperó a escuchar una mala palabra de su madre y cerró la puerta suspirando.

Algo no iba bien.

Volteó al carro de McCall y se puso pálida repentinamente al ver a Argent sentada en el copiloto, asiento donde se supone que ella se sentaría. En donde ella podría tener ventaja, quizá bajar su mano por la pierna del joven, pretendiendo inocencia, haciendo que él la desee.

Caminó mientras sentía un enojo nuevo en ella. Entró y cerró la puerta, dejando en un silencio incómodo todo.

—Scott —saludó al chico, pestañeando un par de veces dejándolo atontado. El chico le sonrió y comenzó a manejar—. Allison, hola, vaya sorpresa —la nombrada sonrió incómoda.

—Sí, bueno... es algo chistoso de contar —se sinceró el moreno, mientras su mano apretaba fuertemente el volante—. Allison me invitó luego de invitarte a la fiesta, y le dije que ya te había preguntado... —se aclaró la garganta—. Que iríamos juntos...

—Así que le dije para ir todos como amigos, me pareció una genial idea, ¿no? —continuó Allison por él, interrumpiéndolo. Aunque parecía tan segura, Lara podía jurar que sintió nervios de parte de la blanca.

—Claro, una gran idea —soltó la chica con una pizca de cólera en su voz.

Ahora se preguntaba cómo le harían para bailar de tres cuando ella quería bailar de dos, quizá algo más que bailar.

¿Un trío? No, no le agradaban.

Su nariz se arrugó inconscientemente cuando recordó la única vez que lo hizo. Ugh, desagradable.

Cuando ingresaron a la casa de Lydia, por alguna razón, Lara se sintió invasora. Trató de eliminar ese sentimiento que la hacía angustiarse y su lado territorial y encantador salió a cazar. Quiso atraer a McCall para ella misma, pero al parecer Allison pensó lo mismo, por lo que ambas terminaron agarradas de las manos.

—Mierda, Allison, sé que soy ardiente pero no me van las chicas —se burló cuando vio como un rubor se expandía por sus mejillas, la soltó y se dirigió hacia Scott, el cual estaba un poco más atrás de ellas, se colgó en su hombro y dijo fuerte y claro—. Me atraen los hombres, aunque puedo hacer excepciones con niños.

Una pequeña sonrisa juguetona nació en su cara y jaloneó a Scott hacia el centro de la pista. La gente se abría paso a ella y algunos susurraban sobre cómo al fin parecía hacerle caso a McCall.

Claro que toda la preparatoria sabía que él estaba detrás de ella.

Scott parecía perdido a ratos pero aún así la siguió, se pegó a ella como si la conociera desde siempre. Parecían estar destinados a eso. La agarró de la cintura con una mano y la otra la puso en su cadera, pegándolo a él. Incluso ella se sorprendió ante eso, pero lo dejó pasar. Así que sus manos buscaron el cuello del moreno, tomándolo por ahí delicadamente. Una de sus manos fue hacia su cabello y tironeó de él con total suavidad para que la mire, ya que sentía que no le prestaba la suficiente atención.

—Tienes los ojos más lindos que he visto, Scott —susurró, perdida por un momento.

Un sentimiento se expandió en su interior, algo bonito, pero le hacía sentir mal por alguna razón. Le disgustaba totalmente. Era como cuando ganas algo y sabes que no lo mereces.

—Lo lamento, no me siento bien —murmuró Scott retirándose, dejándola sola y rodeada de gente.

Estaba sola y un sentimiento extraño la llenaba por completo. Quería algo, o quería a alguien.

Caminó hacia la salida por si hallaba algún rastro de Scott, pero no fue así. Volteó al notar a Allison detrás de ella.
Arqueó una ceja confundida.

—Él me dijo que me llevaría —murmuró intimidada.

Oh, así que luego de la fiesta se iría a su casa, no sé porqué pensé que podría tener acción, está más que claro que Scott no es de los míos...

—También a mí —mintió.

—Puedo llevarlas —ambas voltearon ante la voz.

Un hombre más alto que ellas, llenando muy bien la palabra guapo, estaba detrás de ellas.

— ¿Quién eres? —preguntaron ambas al unísono. Con distintos tonos.

Allison preguntó confundida y Lara coqueta.

—Soy amigo de Scott, me llamo Derek —por alguna razón, la morena sentía que él estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano al tratar de lucir más amistoso.

Se recordó a ella misma.

—Genial, todos los amigos de Scott son amigos míos —le guiñó un ojo y con Allison caminando detrás de ella tímidamente, subieron a su hermoso Camaro.


DIE TRYING | Scott Mccall¹Where stories live. Discover now