Capítulo 17

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Lo he subido antes sin querer y lo he borrado a toda velocidad. Pero me ha dado la vena de inspiración y lo he corregido rápido para poder subirlo el mismo día, ¡que lo disfrutéis! :D


Cuando llegué a la puerta de salidas, tenía el corazón en un puño. No sabía muy bien por qué estaba tan nerviosa, pero lo estaba. Me temblaban las piernas. Me mordisqueé el labio inferior y seguí a los demás pasajeros hacia la salida, donde busqué entre la gente que esperaba. Casi todo eran familias con niños que se reunían con padres y madres. Mi caso era bastante distinto.

Entonces, mi mirada se clavó en Naya, que empujaba a la gente para abrirse paso de malas maneras para ver quién salía y quién no. Will la miraba, sacudiendo la cabeza, avergonzado cuando le dijo a un hombre que se apartara de su camino. 

Sue estaba a su lado comiendo una golosina con cara de aburrimiento. El simple hecho de que hubiera venido hizo que se me derritiera un poco el corazón. Quizá se había encariñado de mí, después de todo.

Jack estaba mirando la puerta con el ceño fruncido. No daba señales de estarlo, pero yo sabía que estaba nervioso. No dejaba de estirar el cuello para ver quién salía y quién no.

Entonces, Naya se giró y, al instante en que me vio, soltó un chillido de emoción. Los otros tres dieron un salto del susto y la mitad de la gente que estaba ahí se quedó mirándonos. Estaba empezando a acostumbrarme a que la gente de los aeropuertos se girara para mirarme con mala cara.

Pero ella ya se había lanzado sobre mí y me abrazaba con fuerza, casi aplastándome. No tuve mucho tiempo de preocuparme de los demás.

—¡Por fin! —me chilló, mirándome—. ¡No sabes lo largo que se hace esto sin ti! Son tres contra uno. Es agotador. Si contigo ya es difícil aguantarlos, imagínate estando sola. Sola ante el peligro.

—Lo siento —mascullé, divertida.

—¡Espero que, al menos, hayas venido de buen humor! Vamos a tener que devolverles muchas bromas para ponernos al día.

Sonreí, negando con la cabeza.

—Bueno, ¿has terminado? —la voz de Jack me devolvió a la realidad cuando se acercó—. No eres la única que quiere saludarla.

—No he terminado —protestó Naya.

—Sí has terminado —Will la arrastró del brazo a su lado.

Jack se me quedó mirando un momento y fue, en ese preciso momento, cuando me di cuenta de que lo había echado de menos. Pero hasta un nivel que no entendía. Como si hubiera pasado una eternidad.

Había notado su ausencia en casi todos los aspectos. Durmiendo sola, paseándome por la cocina sin notar su mirada sobre mí, sentarme en el sofá sin que estuviera conmigo, no poder ver una película con él, no ir a por comida juntos... en todo. No estaba segura de si era normal o enfermizo.

En cualquier caso, me daba miedo y me gustaba a partes iguales.

Miedo porque nunca me había pasado eso. Nunca me había sentido tan dependiente de alguien en mi vida. Me sentía como si me estuviera exponiendo un poco más de lo acostumbrado a ser un blanco fácil.

Pareció que iba a decir algo, pero no hacía falta. No necesitaba oírlo. La agarré de los cordones de la chaqueta y tiré de él hacia mí. Lo noté tenso por la sorpresa cuando lo besé en los labios. 

Cuando me separé de él, no me atreví a mirarle la cara, así que lo abracé con fuerza. Incluso había echado de menos su olor. Eso empezaba a ser enfermizo.

Antes de diciembre / Después de diciembreWhere stories live. Discover now