Capítulo 13

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Voy a ser mala porque, para ver la reacción de Jackie a ese te amo, vais a tener que esperar a que llegue su libro y os lo narre directamente él *risa malvada*


Ya habían pasado cuatro meses desde esa cena. Era junio. Por fin, había vuelto todo a la normalidad de siempre.

Jack no había vuelto a las entrevistas. De hecho, se pasaba la mayor parte de su tiempo en casa o en casa de su abuela. Me daba la impresión de que realmente había necesitado ese descanso. Quizá estaba saturado del trabajo con la película. Después de todo, había tenido que trabajar muy duro para poder sacarla en tan poco tiempo.

Por otro lado, yo no había tenido mucho tiempo para él. Había estado las dos primeras semanas del mes haciendo mis exámenes finales, que me tenían bastante ansiosa. Alguna vez me había quedado estudiando hasta tan tarde que Jack venía al salón y me obligaba a ir a dormir, divertido. Al menos, ya estaban terminados y solo me quedaba esperar por las notas. 

No sé si es peor estudiar o tener que esperar por los resultados.

Los demás también habían estado con sus exámenes finales. Mike había desaparecido al ver que no éramos una compañía muy agradable durante ese tiempo y se había centrado en su banda, aunque estaba casi segura de que volvería no mucho después.

Naya ya tenía cinco meses de embarazo y se le notaba en la tripa. La pobre se quejaba continuamente de que la ropa y los zapatos le estaban pequeños. Decía que se sentía hinchada, gorda y amargada, pero se le pasaba cuando Will empezaba a darle mimitos. Jack me había confesado que Will se había estado molestando en buscar un piso para ellos y el bebé, cuyo género no habían querido saber todavía.

Naya también se había quejado y vanagloriado por partes iguales de que el bebé solía dar pataditas cuando escuchaba su voz o la de Will. Alguna vez, me había dejado poner la mano en su tripa y, efectivamente, lo había notado. Al principio, me había dado un poquito de mal rollo pensar que había un bebé ahí dentro pateándome la mano, pero había pasado a ser divertido cuando habíamos descubierto que también daba pataditas al escuchar a The Smiths. Jack estaba especialmente orgulloso de esa parte.

—Ese niño-barra-niña va a ser muy listo-barra-lista —dijo con la boca llena de pizza al descubrirlo.

—¿Por qué no queréis saber qué es? —pregunté, curiosa, mirándolos.

Will puso una mueca y miró a Naya.

—En realidad, yo soy quien no quiere saberlo —admitió ella—. Es que... no sé. Me da un poco de cosa, como si el día del parto no fuera a ser tan emocionante.

—Vas a parir un bebé, Naya —le dije, perpleja—. Claro que será emocionante.

—Sí, yo una vez parí un niño y fue alucinante —murmuró Jack—. La mejor experiencia de mi vida.

—Oh, cállate —puse los ojos en blanco, divertida—. Yo querría saberlo. Para poder pensar en nombres, más que nada. ¿No tenéis alguna preferencia?

—Niño —dijo Naya enseguida.

—Niña —dijo Will a la misma velocidad.

Bromas a un lado, decidieron volver al ginecólogo al día siguiente. Al volver, por sus sonrisas, supe que lo habían descubierto.

—¿Y bien? —preguntó Sue, que también estaba emocionada aunque no fuera a admitirlo.

La sonrisa de Will se ensanchó.

—Es una niña.

De eso ya habían pasado unos días. Al abrir los ojos por la mañana, me los froté perezosamente.

Antes de diciembre / Después de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora