Capítulo 12

2.8M 183K 600K
                                    

Perdón por tardar tanto en subir, estaba en modo bloqueo —creedme, es frustrante, sigo en él— y me ha costado un montón corregir este capítulo. En fin, que lo disfrutéis <3


Miré a Jack. Él tenía los ojos cerrados con fuerza. Will, Naya, Sue y yo lo observábamos en silencio.

Él soltó todo el aire por la nariz y estiró el brazo. Tenía dos tubitos pequeños con polvos blancos dentro. Tragué saliva. Él abrió los ojos. Parecía que le costaba respirar. Frunció el ceño y apretó los tubitos, como si eso fuera doloroso.

—Está bien si no quieres hacerlo todavía —murmuré.

Él clavó los ojos en mí. Hubo un momento de silencio. Me entraron ganas de abrazarlo solo al ver su expresión, pero no iba a hacerlo. Ese era su momento. Era su decisión. No podía influenciarlo. Tenía que hacerlo por sí mismo. 

Entonces, puso los dos tubitos en la mano de Will y soltó todo el aire de sus pulmones. Noté que yo misma podía respirar de nuevo.

Will nos observó en silencio. Jack había vuelto a cerrar los ojos. Tenía una pequeña arruga entre las cejas. Estiré la mano y agarré la suya. Aceptó el contacto, pero no abrió los ojos.

—Voy a deshacerme de esto —murmuró Will.

Los cuatro lo vimos desaparecer. Jack apretó los labios en una dura línea, mirándolo también. Por un momento, me pareció que se arrepentía, pero se limitó a clavar los ojos en el suelo.

—Has hecho lo correcto —Naya le dio un pequeño apretón en el hombro.

Sue asintió con la cabeza.

Jack no dijo nada, pero tenía su mano apretada entorno a la mía.

Entonces, en silencio, me soltó, se dio la vuelta y se metió directamente en la habitación. Las tres nos quedamos en completo silencio por unos segundos. 

—¿Te imaginas que Will ha ido a tomárselo? —intentó bromear Chris desde el sofá.

Las tres lo miramos fijamente y él se aclaró la garganta, rojo de vergüenza.

Will volvió a casa y pareció algo preocupado al no ver a Jack, pero Naya le dijo dónde estaba. Se abrazaron entre ellos y yo miré a Sue, que parecía pensativa.

—Bueno —dije—, al menos, ya ha pasado lo peor.

—¿Lo peor? —repitió Sue, incrédula—. Ahora viene lo jodido de verdad.

—No seas tan positiva, por favor —murmuró Naya.

—No, tiene razón —Will suspiró—. Ya pasamos por esta mierda una vez hace unos años. Y no quiere ni oír hablar de médicos o clínicas.

—¿Y eso qué quiere decir? —pregunté, un poco asustada.

—Que vamos a ser nosotros quienes se encarguen de que no vuelva a caer en... eso.

Silencio. Me froté el brazo, un poco nerviosa.

—¿Qué...? —empecé, pero no sabía cómo formularlo.

—La última vez estuvo mayormente encerrado en la habitación —Will se sentó en el sofá, un poco cohibido—. Tuvo fiebre algunos días. Y náuseas. Pero lo peor era verlo ahí tumbado sin ganas de nada.

—¿Podemos ayudarlo de alguna forma? —preguntó Naya.

—Estando con él —murmuró Sue—. Dándole apoyo... todo eso. Especialmente tú, Jenna.

Antes de diciembre / Después de diciembreWhere stories live. Discover now