Jugando Con El Amor ||Camren||

Buenas noticias... Grandes cambios...

Lauren Jauregui estaba exultante en aquel comienzo de semana. Finalmente había obtenido su tan esperada beca deportiva en la Universidad Metropolitana y después de casi dos años viviendo lejos de su familia, estaba con un viaje programado de regreso a casa.

Ella había hecho todo ese sacrificio de estar lejos de sus padres y hermano, por su amor al voleibol. Sabía lo difícil que era para una atleta dejar de jugar estando con solo 19 años, jugando desde que tenía 10 años, Lauren estaba segura que si se le daba la oportunidad, podría rendir mucho en el equipo universitario. Ahora finalmente ella había conseguido lo que quería desde hace tanto tiempo.

Sabía que su llegada al equipo no sería fácil. El equipo de Metropolitana había estado jugando bien y ganando muchas de las competiciones en la que participaba. Eso demostraba que las chicas eran buenas jugadoras y Lauren sabía que tendría que trabajar duro para tener un lugar al sol.

Siendo realistas, aquella nueva posibilidad de jugar y vivir en su propia casa, la animaba bastante. No que vivir con su tía Andrea y su tío Rafael fuera malo, al contrario, era perfecto. Pero nada comparado con la casa donde había nacido y vivido tantos momentos maravillosos.

Lauren quería que el fin de semana llegara pronto. Estaba ansiosa e hizo mil planes. Se preguntaba cómo serían sus compañeras de equipo y de curso, si adaptarse al nuevo campus sería fácil, como sería recibida, qué nuevos amigos haría, ansiaba por las fiestas, y se preguntaba como lidiaría con las chicas.

Ella siempre sonreía al pensarlo. Cualquiera de sus amigas estaría entusiasmada con los lindos chicos, pero había pasado mucho tiempo desde que se dio cuenta de su preferencia por las chicas. Simplemente no era del tipo que se dedicaba al movimiento. Nah! Era discretísima y pocas personas lo sabían.

Otra cosa a la que jamás renunciaría era de su feminidad. Le encantaba cuidarse, sentirse bella como la mujer que era.

Nunca había entendido esas chicas medio masculinizadas y por esa razón no salía con ese tipo. Solía decirse a sí misma que si quería un hombre, tendría uno, no con una "imitación". Por eso ella era femenina y solo buscaba chicas del mismo estilo.

Durante esos casi dos años en la Universidad Provincial, hubo pocas que valieran la pena recordar. Rollos sin nexo en la mayoría. Algunos besos, abrazos, nada más. Nunca había estado involucrada emocionalmente, aunque estuviera dispuesta a enamorarse. La mayoría de las veces, acababa decepcionándose antes mismo que la cosa empezara, y cada una iba por su lado.

Afortunadamente a partir de aquel fin de semana, comenzaría una nueva vida, Lauren quería probar y experimentar todo lo que aquel cambio podría ofrecerle.

Si por un lado, Lauren era solo felicidad ante la perspectiva de volver a casa, volver a ver los viejos amigos y hacer nuevas amistades en el campus, Keana era solo tristeza.

Para la chica de 17 años, Lauren siempre fuera más que una prima. Era prácticamente su hermana más mayor, su confidente, su ángel de la guarda cuando ella no estaba bien, cuando la presión del examen de ingreso la atormentaba y los cobros de sus padres no acababan.

Las dos se habían convertido cómplices durante ese periodo en que Lauren se había ido a vivir en la casa de sus tíos. Salían juntas, viajaban, tenían el mismo grupo de amigos, las mismas fiestas y en los últimos meses habían estado tan cerca, como jamás lo imaginaron.

Todo comenzó por casualidad.

Una noche ellas salieron con su grupo de siempre. La noche va y música viene, llegó la hora de marcharse. Todos ya estaban presentes, sólo faltaba Lauren. Claro que, Keana fue elegida 'espontáneamente' para llamar a su prima.

Allí estaba ella buscando por la casa, y cuando entró en una de las habitaciones, con la esperanza de encontrar a su prima agarrada con alguno de los chicos del equipo de voleibol masculino, y se sorprendió al verla besando a Halsey, la líbero del equipo femenino.