Emociones cotidianas...

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Camila nunca había visto a su madre tan seria en su vida. Incluso pensó que algo serio había pasado cuando llegó a casa para almorzar.

-¿Por qué traes esa cara mamá? – preguntó todavía en la mesa – ¿Algún problema?

-Me temo que sí, hija.

-¿Puedo ayudar? ¿Cual es el problema?

-A decir verdad es sobre tu universidad.

-¿Sobre la universidad? ¿Que tiene? - la levantadora preguntó – No recuerdo haber sacado malas calificaciones.

-¡El problema no son tus calificaciones, hija! – dijo su padre entrando en la conversación – ¡Sino el precio de las mensualidades! No creo que podamos pagarlas como antes.

Camila escuchó la noticia sorprendida.

-¿El consultorio anda muy mal? – Se las arregló para preguntar.

-Sí. Está difícil encontrar a buenos clientes que paguen al día.

-¡No queremos que abandones los estudios, Kaki! – dijo Sinu sonriendo a su hija – Pero para que eso no ocurra, te sugiero que solicites el programa de becas deportivas de la Metropolitana. ¡Si tu hermano consiguió, tú también puedes, hija!

La chica sabía que las becas para el voleibol eran mucho más complicadas que para la natación. Eran más difíciles porque el nivel era alto y la competencia también.

Todo estaba tan perfecto en su vida. Incluso con Lauren, no estaban en un relacionamiento propiamente dicho, pero había una camaradería, un intercambio incesante de miradas, ¿por qué tenía que suceder esto ahora? ¡Los problemas de dinero eran un asco!

-Está bien, mamá. Me informaré sobre el programa de becas. – Se las arregló para decir con tristeza. No pudo evitar pensar en la ironía que sería, ella, que odiaba a Lauren porque era una becaria, tendría que convertirse en una de ellas para poder jugar. ¡La vida daba muchas vueltas!

Ally estaba un poco nerviosa con la situación. Pero se dio cuenta de que Chris lo estaba aún más. Tartamudeaba, se tomaba un minuto completo para abrir un botón de su camisa.

Sonriendo comprensiva, ella trató de ayudar a su novio a deshacerse de su ropa y acostarse completamente desnuda a su lado.

-¿Estás bien? – preguntó acariciando su rostro – Pareces nervioso.

Chris sonrió apenado. Nunca había estado así, completamente cómodo con una chica. Claro que ya había tenido sesiones calientes con ellas, pero nunca había terminado. O él se emocionaba demasiado antes o ellas desistían por miedo. Estaba contento que estuviera allí con Ally.

Al comienzo de su relación, pensó que solo se trataba de deseo, de querer ser visto con aquella guapa en el campus. Pero pronto se descubrió completamente enamorado de ella. Y se dio cuenta de que era totalmente correspondido. Eso lo había dejado muy feliz.

-¡Estoy muy ansioso! – dijo – Sabes que nunca...

-Shiii! – dijo Ally callándolo con el dedo sobre sus labios – No necesitamos apurarnos. Tranquilo, todo saldrá bien. Ven aquí, ven.

Los descubrimientos y sensaciones de esa tarde fueron inolvidable para ambos. Era la primera vez que dormían juntos, e incluso con todo el nerviosismo y la falta de experiencia, había sido perfecto.

Cuando llegó a casa esa noche, Chris solo sonrió de felicidad. Si antes dudaba que pudiera estar aún más enamorado de lo que ya estaba, después de esa tarde estaba seguro.

Jugando Con El Amor ||Camren||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora