Vendetta...

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El viaje hasta Santa Lucía fue tranquilo. Camila consideró sentarse con Taylor, pero su amiga inmediatamente buscó la compañía de Simone y no quiso hablar con ella.

-¡Ella realmente no quiere hablar conmigo! – dijo sentándose al lado de Lauren.

-¿Taylor?

-Uhum. Ni siquiera me mira.

-Te lo dije, mi ángel. Creo que deberíamos hablar con ella. Están peleadas por nada.

-Sí, pero viste su reacción cuando se enteró de Dinah, ¿no? Imagínate cuando se entere de mi secreto. O más bien, de nosotras. Me odiará dos veces más. ¡Por mentir y por involucrarme contigo!

Lauren sonrió y tomó disimuladamente la mano de Camila.

-No te preocupes. Lo arreglaremos.

La levantadora acarició suavemente la mano de su novia.

-Sé que lo haremos. Contigo a mi lado, ¡sé que nada puede salir mal!

Las sonrisas eran cariñosas y cómplices.

El centro de entrenamiento (CT) que la Metropolitana tenía en Santa Lucía era UN modelo en la región. Ya había alojado a atletas de los más variados equipos y los gerentes fueron muy amables y estaban felices de recibir al equipo de voleibol femenino.

La propia Dinah reunió al equipo y anunció la división de las habitaciones y las parejas que las ocuparían. Habló un poco sobre el juego y la importancia de ganar. Ya que el segundo sería en el gimnasio de la Federal. Después de liberar a las chicas para que se acomodaran, llamó a Lauren y Camila en particular.

-¡Las puse a ambas en el mismo dormitorio para evitar que intenten encontrarse en medio de la noche! – dijo sonriendo a sus jugadoras y luego poniéndose seria – Pero no quiero saber de retrasos en los entrenamientos a causa de eso, ¿de acuerdo?

Las dos atletas asintieron con una sonrisa en el rostro.

-Bien, pueden irse. Nos vemos a la hora de la cena.

Más tarde, ya en la habitación, desempacando su ropas y pertenencias.

-Camz, toma – dijo la delantera entregándole un sostén a su novia. – ¡Lo olvidaste en mi habitación!

Se rieron y fue el turno de Camila de entregarle una blusa a Lauren.

-¡No recuerdo haberlo olvidado en tu casa! – dijo la atacante sorprendida.

-No lo olvidaste, tonta. ¿Recuerdas la pasta del domingo? Cuando me ensucié con la salsa de tomate y me la prestaste.

Lauren asintió con la cabeza. Se había recordado. Sentada en su cama, olió la blusa que acababa de recibir.

-¡Todavía huele a ti! – dijo sonriendo – ¡Ni siquiera lo vestiré para que permanezca así!

Camila sonrió ante la actitud de su novia y no pudo resistirse a ir a besarla.

-Ah, ¿no te lo dije? – preguntó, sentándose al lado de Lauren.

-¿Qué? – preguntó curiosa.

-¡Mi hermano quiere conocerte! – reveló la levantadora– Oficialmente ahora. Aquel día de la bienvenida no cuenta!

Ambas se rieron.

-Solo márcalo, ángel. Podemos salir los tres juntos.

-Ah no, Drew es chef. Quiere cocinar para nosotras. ¿Puede ser?

Jugando Con El Amor ||Camren||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora