Entre versos y poesías...

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Los días pasaron sin mucho ánimo para Camila. Nada la animaba como antes, ni siquiera el entrenamiento. Por el contrario, era una tortura estar cerca de Lauren.

A pesar del riesgo de llegar tarde al entrenamiento del martes y jueves, la levantadora prefirió irse a casa, ducharse y luego regresar a la universidad, a quedarse allí sola con Lauren. El dolor aún era muy reciente. Y la imagen de la delantera frotándose con Kendall, insistía en volver a su mente en todo momento. Eso le causaba lágrimas y enojo, pero Camila no quería llorar frente a nadie. Y mucho menos para mostrarle a Lauren que sufría por ella.

Para la atacante, la única salida era sumergirse en las prácticas y el trabajo en la librería. Sí, porque incluso el equipo ocupando todas sus tardes, Lauren todavía tenía la fuerza suficiente para ayudar a su mamá en Genius por la noche.

Clara hasta se había preguntado por la presencia constante de su hija y de lo entregada que se mostraba al trabajo. Siempre dispuesta e incansable. Sabía que había algo más que la voluntad de ayudar, pero pensó mejor en no comentar. Su hija hablaría con ella cuando quisiera o estuviera lista. O al menos, la empresaria esperaba que fuera así.

La clase del día era sobre poesías, y la profesora, amante de los nuevos talentos, había pedido previamente a cada alumno que escribiera algo que reflejara sus sentimientos o algo que le gustara.

Toda la clase estaba animada, ya que muchos estudiantes querían tener la oportunidad de mostrar sus composiciones a la profesora y a sus compañeros. Las únicas que parecían completamente ajenas a todo, cada una en una esquina del aula, eran Camila y Lauren.

La primera fue sacada de sus pensamientos, cuando la profesora la llamó:

-¿Srta. Cabello?

-¿Huh? – preguntó Camila sorprendida.

-Queremos escuchar tu poema. – dijo la profesora Clarice sonriendo amablemente – Siempre nos has dado grandes poemas antes. Confieso tener curiosidad por escucharlo.

Camila suspiró resignada. No estaba de humor para poemas. Su estado emocional estaba un poco sacudido y todo lo que había escrito mostraba dolor, ira y desilusión. Especialmente aquel poema que había llevado esa mañana. Se llamaba Traición. Y la chica ni siquiera tenía la intención de leerlo frente a Lauren, pero ante la insistencia de la profesora, ella no tuvo otra salida.

Un poco incómoda, Camila se encontró al frente, declamando los siguientes versos:

"Ante del caos contenido e inhumano
Mis entrañas se carcomen de dolor
Todo un terrible error
Todo el patético amor.

Bajo la risa cínica de la Luna
Fuimos dos amantes
Bajo la cobardía tuya
Somos dos recuerdos distantes.

Entre la duda y la desilusión
Me cuesta entender
Pero los misterios de tu corazón
No pude comprender.

Te amé por mucho tiempo
Y sufrí por amarte
Hoy eres polvo en el viento
Lágrimas en un inmenso mar.

Bajo la tierna luz solar
Te dejo de pensar
Tengo que recomenzar la vida
Y olvidar que un día
Pude por ti llorar."

Camila apenas escuchó los aplausos de sus compañeros de clase, los halagosos comentarios de Clarice. Su mirada se volvió completamente hacia Lauren, sentada en un rincón lejano de la sala. Para ambas estaba claro, que aquel poema reflejaba el sufrimiento de Camila y su opinión sobre lo que había sucedido.

-Muy bien, Srta. Cabello. – dijo la profesora cuando Camila regresó a su lugar – ¿Hay alguien más que desea leer su poema?

Lauren levantó el brazo.

-¿Srta. Jauregui? ¡Que bien! Todavía no hemos tenido demostraciones tuya ¿verdad? Me encanta que quieras compartir tus composiciones con nosotros. Venga aquí, por favor.

Lauren se levantó y caminó bajo la curiosa mirada de sus compañeros. Era la primera vez que la nueva alumna declamaría una poesía. Todos querían saber su estilo.

-¿De que se trata tu poesía, Srta. Jauregui?

-Su nombre es Tu Recuerdo. Habla de amor, pérdida, fugas, y esperanza. – dijo Lauren sonrojándose. Ella sabía que Camila la estaba mirando.

-Está bien entonces. Te escuchamos.

Fue el turno de Lauren verse frente a todo el grupo, expuesta, y exponiendo sus sentimientos más íntimos, a través de esos versos:

"Me levanto y miro alrededor
Pero no veo nada que me haga olvidarte
Quizás porque aún te amo
Y no quiera admitirlo.

Vivimos un amor joven
Compartimos dudas, certezas, pensamientos
Soñamos un futuro
Terminado por un gesto mío.

¿Es por eso que te fuiste?
¿Por eso te escapaste de mí?

Me detengo y recuerdo los momentos
Que vivimos intensamente
Disfrutando cada segundo
Amándonos locamente.

Hoy solo quiero decirte
Que dondequiera que estés
Contigo estaré
E incluso si no te das cuenta
Amándote viviré."

Los aplausos fueron unánimes para Lauren. Pero a ella no le importaba. Nadie allí entendía lo que significaban esos versos. O se preguntó cuán dolorosos habían sido escribirlo. Revelaron culpa, pero al mismo tiempo tenían una esperanza desesperada. Un amor sin medidas.

Ella se había revelado no a toda la clase, sino para la dueña de dos brillantes ojos marrones, que la miraba, ella podía sentirlo. La intención no era el perdón o la reconciliación, incluso porque Lauren sabía que ella y Camila eran demasiado orgullosas para hacerlo. Y el poema que la levantadora acababa de leer dejaba claro su deseo "Olvidar que un día, pude por ti llorar", había dicho. Ambas sabían que habían terminado. Que su historia tan intensa y apasionada, había llegado a su fin antes de que comenzara.

Lo que la delantera quería que Camila supiera es que aquel sentimiento, sin embargo, insistía en persistir. Fuerte e inspirador. Como que para recordarla los errores que había cometido, las oportunidades perdidas y el dolor que podía provocar la sensación de dejar que la felicidad se le escapara de las manos.

El sentimiento no necesitaba reciprocidad, aunque Lauren sospechaba que todavía había uno. Era independiente, y así continuaría, como lo había sido desde el principio y hasta el momento. No porque la delantera quisiera o eligiera amar a Camila. Sino porque simplemente lo sentía. Y estaba segura que sería por poco tiempo.

Jugando Con El Amor ||Camren||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora