Guarda mi secreto

Epílogo

El día está hermosamente soleado.

Me levanto de la cama y me dirijo al baño, donde me meto a la ducha haciendo mi aseo matutino. Salgo del baño con dirección a mi pieza. Es día sábado y me juntaré con las Freaks en unos momentos más para pasar el rato, conversar de nuestras vidas y tomarnos fotografías. Elijo la ropa que voy a usar: una camisa con cuadros blancos y azules… los recuerdos se acumulan de forma monstruosa en mi cabeza, pero los sacudo para que desaparezcan. Ya ha pasado un mes desde que todo acabó.

Salgo de mi casa y conecto los auriculares a mi celular, colocando música en forma aleatoria. Llevo los auriculares a mis oídos y empieza a sonar una canción lenta y tranquila, haciendo juego con el día.

Camino tranquilamente, haciendo el recorrido hacia el centro comercial; recorrido que ya me sé demasiado bien. Estamos a finales de primavera por lo que hay una gran cantidad de personas por las calles. Al llegar al parque Los Guerreros me doy cuenta que hay muchos niños jugando en las entretenciones.

“adoptaremos muchos niños”

Recorro el lugar con mi mirada, lo hago de forma completamente inconsciente, no es porque yo quiera hacerlo, sino porque mi corazón me lo pide. Esbozo una sonrisa y guardo mis manos en los bolsillos de mi pantalón, haciendo como si nada.

“prometo guardar tu secreto”

“¿estás dispuesto a perder la corona con un plebeyo como yo?”

Mis ojos se anegan de lágrimas, pero hago como si nada y me las guardo. Tengo claro que debo superar todo. Tengo claro que debo dar vuelta la página.

El centro comercial está lleno, como siempre. Me acerco al puesto de helados como tantas veces lo he hecho, ya que lo establecimos como punto de reunión con mis amigas.

“¿Cómo está querido rey Christopher?”

Como aún faltan unos minutos, me siento en la banca que está al frente del puesto de helados y espero, intentando ser lo más natural posible. Me siento muy incómodo en ese lugar. Miro a todas las personas que cruzan delante de mí, cuando una atractiva niña rubia con unos potentes ojos azules me llama la atención. Mira algo preocupada a su alrededor.

Y entonces lo huelo, es imposible no recordarlo. Ese aroma cítrico se hace cada vez más fuerte. Mi corazón sube a mi garganta.

“me gusta tu corazón cuando late así, me recuerda a las aves”

Veo cómo avanza con su paso seguro y decidido, es inolvidable ese cabello castaño desordenado. Es como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiera sufrido ni llorado por alguien. Está contento.

Se supone que ahora solo somos dos desconocidos, se supone que dejé todo en el pasado como seguramente lo ha hecho él… pero Dios no me ha dado el don de olvidar con facilidad. Se escabulle entre la gente, quedándose detrás de la niña rubia. Le tapa la vista, tal como lo hizo la primera vez conmigo. Mis sentidos se atrofian y no puedo reaccionar.

“¿Quién soy?” dice Matías en mis recuerdos con una voz suave que poco a poco se filtra por mis oídos.

-¿quién soy?- le dice a la chica con el mismo tono que está en mi mente. No aguanto las lágrimas así que me las limpio con el dorso de mi mano, evitando que la gente que camina alrededor mío me vea. Se abrazan cariñosamente y para mi gran sorpresa, se besan de una forma apasionada. Sonríen. Salen caminando, ella tomada de su brazo y afirmándose en su hombro.

Y ocurre.

Unos ojos color avellana se cruzan en mi camino. Mantengo la mirada unos segundos y luego la bajo a mis zapatillas. Siento que mi cabeza va a explotar, junto con mi pecho.

“es un árbol, ya que te simboliza”

“Eres mi guerrero”

Se ve feliz con su nueva acompañante. Yo estoy feliz por él. Esa es la idea ¿no?

-no me arrepiento de haber perdido mi corona contigo, y gracias por guardar mi secreto- digo en voz baja, solo para mí.

            Y sonrío levemente.