06

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Las mañanas se habían convertido en un martirio. Crowley sentía como su corazón se partia por mitad cada vez que su ángel era atacado por las náuseas y mareos. No podía hacer nada por el, solo quedarse a su lado y darle algo de confort.

Habían descubierto que no había manera de evitar estos desagradables síntomas matutinos, los milagros de Aziraphale no daban resultado y los de Crowley mucho menos.

Además, últimamente Aziraphale se levantaba en medio de la noche para atacar el refrigerador y la alacena, devorando lo que estuviese a su paso, para en la mañana votar todo por el escusado. Era doloroso verlo así, y más saber que la única que podía ayudarlo era Anathema. Sentia que no era suficiente y eso, era una mierda.

Según la bruja, Aziraphale tenía al rededor de dos meses y medio de gestación. El bebe era apenas del tamaño de una manzana. Crowley ansiaba ver algún cambio en el cuerpo de su ángel, pero no lograba ver ninguno. Pero no podía quejarse, a él le gustaba que Aziraphale fuera algo llenito, lo atraía muchísimo ese aspecto. Era raro, y quizá nadie esperaría que ese aspecto le interesará tanto, pero, en gustos y colores no hay nada escrito.

Tomaban el té en el jardín. Anathema acababa de marcharse y Crowley no podía estar más agradecido. Veía a su lindo ángel beber cuidadosamente de su taza y pasar su mano de vez en cuando por su vientre, lo hacía inconscientemente y eso ponía una sonrisa en el rostro del demonio.

—¿Crees que es muy pronto para pensar en nombres? — Dice el ángel al tomar una galleta. Eso toma desprevenido al demonio, deja su taza.

—Creo que para eso, deberíamos saber si será un niño o una niña— Ve como las mejillas de Aziraphale se tiñen de un lindo rosa.— ¿Que te gustaría que fuera, Ángel?

—Un niño. — Mira a Crowley. —Tuvimos un buen entrenamiento con Warlock. —Dice con un tono bromista. — ¿a ti que te gustaría?

—Mientras este sano, no me importa. —Y estaba siendo honesto. Solo quería estar seguro de que el bebé y su ángel podrían vivir y estarían sanos y salvos. Si era niño o niña, era una cosa secundaria.

—¿Enserio? ¿No tienes una preferencia? Aunque sea una muy pequeña... —Insiste

—No lo se. Enserio. — Suspira. — Me asusta un poco, solo quiero ser capaz de cuidar de él, tu sabes que no soy precisamente un modelo de padre. —Aziraphale toma la mano del demonio suavemente.

—Creo que no existe algo como un "Modelo de padre"— Muerde su labio. — Ni siquiera somos una "Familia tradicional" pero, tu lo dijiste, podemos hacerlo si estamos juntos... Somos amigos desde hace mucho tiempo.

—Amigos.—Repite en un gruñido.

—Sabes de que hablo. —Intenta apaciguar a Crowley. —Seremos padres, y creo que solo nos queda hacerlo lo mejor posible.

— Hare mi mejor esfuerzo, Ángel. —Le da un corto beso en los labios. —Ambos tenemos que hacerlo. —Se levanta y gira la silla de Aziraphale al lado contrario de la mesa. El ángel ríe por lo bajo, un tanto sorprendido.

—¿Que estas haciendo? —Pregunto en medio de una risita. Crowley se hinco frente al ángel, puso ambas manos en la barriga del ángel y acercó su rostro. Aziraphale se sonrojo y desvío la mirada.

—Hola, Jr. —Habla Crowley con un tono tranquilo y profundo. —¿Estas ahí? —Sonríe sin poder evitarlo. — Soy tu padre, se que no es muy esperanzador eso, pero, voy a hacer todo lo que este en mi poder para cuidar de ti y tu mami....

—No soy una "mami" Crowley. Es vergonzoso...

—Shh— Lo Calla el demonio. —Estoy hablando con Jr, no contigo. Danos privacidad. —Finje un todo de ofensa. —En fin, perdona la interrupcion, tu madre lo sabe como mantenerse callado, es todo un bocon. —El ángel infla los mofletes. —Solo, entiende que te amo. ¿Esta bien? Te amo muchísimo. No hay nada que no haría por ti.

—Oh, Crowley... — Aziraphale aparta a Crowley y le da un abrazo, llorando bajito y besandole la mejilla.

—Basta, Ángel. Sabes que es cierto. —Corresponde el abrazo. — Mientras tu y el bebé estén bien, no me importa nada más.

*

Aziraphale estaba en la sala, con un libro entre sus manos, pasando las páginas. Amaba leer. En el fondo, extrañaba su librería, pero valía la pena mientras pudiera estar con Crowley. Era algo maravilloso, despertar todos los días junto a él. Verlo despertar, con los rojos cabellos enmarañados, así como ver sus ojos sin las lentillas encima, amaba verlo y ese íntimo momento en la mañana era de los pocos en los que podía verlo directamente a los ojos.

Era lo primero que veía al despertar y lo último al dormir.

Había dejado de prestar atención al libro, cuando sintió como Crowley deslizaba sus brazos por detrás de él para darle pequeños besos en el recoveco que había entre su cuello y hombros. Aziraphale se derritio al sentir eso. Cerró el libro y lo dejó, sin apartar a Crowley, ronroneo, mordiendo sus labios para contener el sonido que venía de su garganta.

—¿Que pasa, Ángel? ¿Te gusta? — Susurra seductoramente el demonio directo en su oido, erizando la piel del de ojos azules.

—Crowley—Jadeo, estirando el cuello para darle más libertad al demonio. —Me gusta que hagas eso...—Confiesa aun lleno de vergüenza.

—¿Me dejaras hacerlo, esta vez? —El rostro del ángel de torna rojo, pero, Apesar de ello, habla finalmente.

—Solo ámame esta noche, Crowley, por favor...

—Como desees, Ángel.

Y tal y como ambos deseaban, se amaron el resto de la noche. Haciéndose sentir cosas que iban más allá. Tocando el cielo en medio del placer y el amor que se tenían.

*

Perdonen que no haya sido explícito. Pero al menos, desde mi punto de vista, siento que son demasiado lindos, no puedo profanarlos detallando su encuentro sexual...

Pero puedo intentarlo la próxima)?

Gracias por el apoyo de todas.

Bell Gut

A unexpected miracle. //Innefable Husbands//Mpreg//Where stories live. Discover now