15 /Final/

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Para MissiStylinson

La luz del sol se colaba por el poblado de Tadfield. Era una hermosa mañana, las gotas de rocío sobre el césped relucian con la luz que apenas surgía y las avecillas cantaban. Era una mañana de película, tan bella que podría conmover los corazones de incluso los más fuertes.

Pero, cuando Crowley y Aziraphel abrieron los ojos y reaccionaron, notaron que no estaban en Tadfield. De hecho, la casa en la que se encontraban era familiar... Era su casa, la que se había quemado hacia meses atrás.

Ambos se sentían aturdidos, las memorias de los acontecimientos pasados se veían lejanas, casi como si se tratasen de un sueño que uno va olvidando conforme avanza la mañana. Los ojos los sentían arenosos, y el cuerpo pesado, como si su ser y su cuerpo no estuviesen sincronizados.

Un llanto se escucho. Un fuerte y poderoso llanto que inundó la habitación, obligándolos a volver en sí y ser consientes de donde estaban. Crowley observó a su ángel, estaba en la cama con un pequeño bulto entre los brazos, perfectamente envuelto y del cual provenía el llanto. Aziraphale no le devolvió la mirada, estaba absorto, con los ojos llenos de emoción.

—Crowley... — Llama el de cabellos blancos. El de gafas oscuras se acerca sin siquiera pensarlo, trepando a la cama y gateando, sin importarle que esa misma cama había sido reducida a cenizas y ahora estaba ahí, intacta. Cuando llegó al lado de Aziraphale, este le tendió el pequeño bulto el cual sujeto con cuidado, viendo el pequeño rostro de un bebé, tenía una pequeña pelusa blanca en el cabello, el mismo color que su ángel.

—Asi que...

—Somos padres. — Aziraphel sonrie y acaricia la mejilla del bebe. Crowley lo mece suavemente para que deje de llorar, cosa que funciona. Ambos se buscan la mirada para darse un corto beso mientras comparten ese íntimo momento como familia. Aziraphale se detiene. — Dejame quitarte eso... —Murmura. Con suavidad le quita las gafas. Queda anonadado.

—¿Esta muy mal? — Pregunta el pelirrojo algo nervioso.

—Son hermosos.

Y Aziraphale no miente. Por supuesto, va a extrañar la usual mirada amarilla de Crowley aunado a esos iris reptilianos... Pero, los ojos de color chocolate que ahora hay debajo lo hacen pensar que es lo más hermoso que jamás vio en su larga vida.

—Solo espero que tenga tus ojos... —Dice refiriéndose al bebe. — Freddie, es muy lindo y eso solo lo haria mas lindo...

—No es Freddie...

—¿De qué hablas, Ángel? — Aziraphale sólo ríe.

*
Dos meses después.

Crowley está sentado en el sofá doble de la sala de estar. Sabe que no necesita usar sus gafas, pero era una costumbre de seis mil años, aveces se atrapaba así mismo usándolos cuando ya no era necesario. Tenía a su pequeña (Por qué si, al final, habían tenido una hermosa niña) entre sus brazos.

—Eres una mocosa muy ruidosa... —Le dice a la bebe con un falso tono de reproche. — Debes dejar dormir a tu madre...— Besa la frente de su bebita, viendo como esta lo observaba con esos profundos ojos azules y sonreía son entender lo que le estaban diciendo. Su pequeña hija, Anel J. Crowley... Por que si, habían decidido tomar su nombre como el apellido de la familia, después de todo su nombre era Anthony J. Crowley ¿no?

—¿Que le estas haciendo a Anel, Crowley? —Pregunta Aziraphale, el cual se había quedado dormido por accidente.

—Alguien tiene que enseñarle algo de disciplina. — Nota que su ángel lo observa de cierta manera obvia, recordandole que se quite los anteojos.

—No creo que seas el indicado para eso. —Dice a tono de broma mientras se acerca para cargar a la pequeña. Y no lo dice por denigrar a su pareja, solo lo dice por que sabe que Crowley ama a su pequeña, no hay cosa que no haga por ella. Lo ha visto pasar la madrugada caminando por la casa con la niña en brazos hasta dormirla, también como usa un pequeño oso de felpa amarillo para entretener a Anel, haciéndo una voz aguda y algo tonta simulando que es la voz del oso. La saca al jardín y le enseña las plantas que hay en el. Simplemente, la ama con toda su... ¿Alma?

—Calla, ángel. — Se levanta para besarle la mejilla.

—No me digas así... —Pide sin apartar la vista de su hija.

—Ya hemos hablado de esto.— Le recuerda a Aziraphale. — No eres más un ángel, lo sé, y yo no soy más un demonio... Pero, eres y siempre serás la luz que ilumina mis días. Eres tan puro, Aziraphale, tan bueno y amable que, Apesar de todo, siempre serás mi Ángel...

—Incluso siendo humanos.

—No importa como sea, mientras pueda pasar el resto de mis días junto a ti, nada más me interesa.

Anel solto una risa infantil que atrajo la atención de sus padres.

—Creo que le gusta la idea.— Ríe Aziraphale y solo se dan un beso.

*

Bueno, este es el final. Aunque, claro voy a hacer algunos extras contando una que otra cosita que deje suelta en el fic. Quizá haga algunos mostrando a Anel un poco más de mayor. ¿Que opinan?

Próximamente la corregire y haré bonita.

Gracias por leer hasta aquí!✨

A unexpected miracle. //Innefable Husbands//Mpreg//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora