Capítulo 16

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La noche llegó con algo de lluvia, como ya había estado toda la tarde. Un poco de frío comenzaba a brotar en la aldea, mientras que Sasuke se mantenía en una sala de cirugía en el hospital central de Konoha.

Estaba libre de peligro, pero la espada había rozado su corazón y lo hizo perder mucha sangre, era necesario que se sometiera a una cirugía para restaurar el tejido destrozado.

El asunto con el enemigo se resolvió. Los hombres que estaban en la misión estuvieron a salvo, aunque algunos presentaron heridas. El escuadrón jonin de apoyo ayudó a mantener bajo control la situación, y pudieron llevarse a los enemigos vivos a ser interrogados a la aldea.

Naruto había tenido una fuerte discusión con Kakashi. El Hokage se sentía mal por haber sido desprevenido, él, un hombre que siempre ha sido sabio e inteligente, por andar metiendo sus narices donde no debía, como investigar a Hayami y estar más al pendiente de ella, se descuidó de sus asuntos y sobre todo de su ex alumna, a quien no le presto la suficiente atención y todo se salió de control.

Después de haber discutido con Naruto supo que había hecho todo mal y centrando su atención donde no debía, así que tenía que revolver ese asunto de una vez para no dejarlo inconcluso y olvidado.

Él se encontraba en su oficina, con los papeles sobre el escritorio; aquel sobre de manila que contenía toda la información de Hayami, que el ANBU había investigado y que ella había ocultado una vez al llegar a Konoha.

Estaba concentrado, con los codos en el escritorio y la barbilla descansado en sus manos, mientras miraba aquel sobre y pensaba que debería darle punto final a su preocupación sobre Sasuke y Hayami.

Después de dar un suspiro pensando en lo que haría, se colocó de pie y tomó el sobre de manila con fuerza. Se sentía desesperado y entristecido.

—Shizune, ¿Podrías encargarte de los asuntos en la oficina mientras salgo?

Se dirigió a su secretaria, que estaba sentada frente a él revisando un papeleo. Ella levantó la mirada y notó su expresión devastada. Supuso que pensaba ir a ver a Sasuke y a Sakura al hospital.

—Si, por supuesto. Usted no se preocupe.

—Ah, y por cierto. Una vez que Shikamaru vuelva, dile que no sabe a dónde he ido. Quizá luego venga a hacerme preguntas que a estas alturas no pienso responder. Quiero estar solo y que nadie me moleste.

—No se preocupe, Kakashi. Yo me encargo de lo que suceda en la oficina con Shikamaru sin decirle nada mientras usted sale.

—Gracias. Eres muy amable. —sonrió de manera simple.

Con el sobre de manila en su mano comenzó a caminar por las calles de la aldea bajo un paraguas para no mojarse con la pequeña lluvia. Todas las personas que pasaban a su alrededor le saludaban amablemente y con una sonrisa, algunos con una reverencia. Era algo tan formal, que cada vez que se viera, todos le saludaban como si fuera una obligación, cosa que a él casi siempre le molesta, porque no le gusta tanta formalidad.

Pasando entre las calles y entre las personas, llegó a la casa de la familia Uchiha. Él le había facilitado el hogar a Sasuke, pero nunca había ido a él a visitarlo o a conocer el lugar, era la primera vez, pero no precisamente para verlo a él.

Tocó la puerta de la casa y una joven de cabellos rojos y con ojeras abrió la puerta con algo de cansancio expresado en sus ojos.

—¿Kakashi sama? —se sorprendió de verlo justo en su casa.

Kakashi asintió aún debajo de la lluvia. Hubo un breve silencio por unos momentos, y el único sonido que se escuchaba era el de las gotas cayendo sobre el paraguas y el suelo.

«Sin sentimientos» [En Edición]Where stories live. Discover now