Capítulo 47

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«Estoy embarazada... Estoy embarazada... Estoy embarazada»

«¡Estoy embarazada, Sasuke!»

«Sasuke... Sasuke...»

«¡Sasuke! ¡Sasuke!»

Los pensamientos de Sasuke se vieron nublados por una serie de imágenes. Escuchar aquello fue como un golpe, como una bofetada que recibe de repente, sin la más mínima opción de poder reaccionar, para bien o para mal.

Estaba estático, mientras que varias escenas, imágenes del pasado inundaron su cabeza. Se imaginó siendo niño de nuevo, en la mesa del comedor, mientras comía plácidamente y una sonrisa en su rostro. La cálida mano de su madre acariciaba su cabeza, con una dulce y tierna sonrisa de esas que dicen "Estoy muy orgullosa de ti, Sasuke" "Eres un buen hijo" "No sabes cuándo te amo, Sasuke"

Fueron los momentos más felices de su vida en lo que recuerda. La comida de su madre, sin duda siempre era la mejor, podría transmitirle todo el cariño y el calor de un hogar.

«Madre»

La mente de Sasuke mantenía esa palabra como si fuese lo mejor que había experimentado en su vida; el amor de su madre, el calor de su madre, el cariño de su madre, la atención de su madre. Todos aquellos mimos que le hicieron sentir un niño dichoso y amado.

Recordó las veces que se enfermó y su madre estuvo ahí, a su lado, en vela, trasnochando por el bienestar de su adorado y débil hijo que necesitaba más que nunca de sus atenciones y cuidados.

Recordó las veces que tuvo miedo y se aferró a las faldas de su madre. Las veces en que con enormes pesadillas se refugiaba en su cama y ella le calmaba.

Y que decir de su padre... Sasuke lo recordaba como un hombre estricto, duro, pero que gracias a eso, Sasuke era actualmente un gran Shinobi. Recordó sus encuentros amargos, sus comparaciones con su hermano pero sobre todo, las veces que lo reconoció y cuando por fin colocó su mano en la cabeza de un impaciente Sasuke de siete años y le dijo "Estoy orgulloso de ti, Sasuke".

Aquellas palabras fueron las más felices que Sasuke recordó de toda su infancia.

Y que decir de su hermano... Sin duda, el mejor hermano de todos. Recordó las veces que se hacía cargo de él, que lo mimaba, siempre lo hizo, desde que nació. Las veces que los entrenó, lo llevaba a todos lados, le sonreía, la daba caricias en su cabeza, lo reconocía como un buen ninja, le dió los mejores consejos, el cariño más sincero que sintió en su familia. Todas las veces que cuidó de él.

Era el hermano ejemplar, sin duda alguna, incluso en los últimos momentos de su muerte, Itachi fue un buen hermano, quien siempre amó a Sasuke y dió todo por él, por su pequeño hermano.

Pero sin duda, todo aquello ya no existe, de la noche a la mañana, su familia despareció.

Las imágenes de mucha sangre, de mucho dolor, de gritos, de llantos, de gente huyendo, de gente de su clan pidiendo piedad, aparecieron en su cabeza, llenado de horror a Sasuke.

Estaba en un completo estado de shock cuando las imágenes de dolor, de tristeza, ira y odio se apoderaron de su mente. La muerte de sus padres. El rostro cubierto de dolor y de sangre de su madre al ser asesinada por su hijo, le arrebató a Sasuke los buenos momentos de su familia.

¿Familia? Sasuke ya no sabía que era ello. Pensar en esa palabra solo le traía imágenes horrorosas, desgarradoras. Él no sabía lo que era una familia, solo sabía el recuerdo doloroso de lo podía haber sido una familia.

Sasuke solo podría imaginar dolor, tristeza y miedo al pensar en la palabra familia.

Su cuerpo se estremeció y su piel adquirió un color pálido y sus piernas temblaron dándole un poco de debilidad a su cuerpo. Se agarró fuertemente del marco de la puerta del baño para no caerse.

«Sin sentimientos» [En Edición]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant