Capítulo V

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22 de febrero de 2019, 4:06 am

Una semana y cuatro días en libertad

Mi conciencia me había llevado hasta el borde, estaba reviviendo imágenes, olores y sensaciones que me erizaban la piel. Miento, no sólo me erizaban la piel, me hacían retorcerme de mil y un formas, no podía soportar ver que había vuelto a aquel horrible lugar, pero tampoco me sentía capaz de tener la fuerza para salir de allí. Escuchaba su voz en todas partes, las paredes gritaban su nombre y yo no tenía control de nada. No podía moverme coordinadamente, ni siquiera para taparme los oídos e intentar parar los gritos, pero de repente logré abrir los ojos y observaba todo dentro de una delgada línea.

Era de noche y me encontraba en mi habitación del psiquiátrico sin saber cómo había llegado a allí. Al fin pude moverme un poco y gemí por el incómodo dolor que volvió a mi costado.

ㅡHola ㅡse escuchó en una esquina de la habitación. A pesar de la oscuridad, giré mi cabeza en su dirección con un nudo en la garganta. Quise gritar, pero una mano me tapó la boca con firmezaㅡ. Sssshhhh, tranquila, soy yo.

La voz masculina me sobresaltó y al quitar su mano de mis labios comencé a jadear, recuperando el aire que me había quitado un segundo antes. Odiaba tanto escuchar la voz de aquel hombre, quería que saliera de mi cabeza de una vez por todas.

ㅡ ¿Qui...quién eres? ㅡpregunté agitada una vez que confirmé que la voz no era de quien pensaba. Escuchaba los latidos de mi corazón en mis oídos.

ㅡ ¿No sabes quién soy? ㅡse produjo un silencio entre ambos. Por supuesto que no sabía quién era, la oscuridad era demasiado densa para reconocerloㅡ. Soy Lorent.

ㅡ ¿Lorent? ㅡpregunté exaltada. Me encontraba somnolienta y desorientada todavía.

Nunca pensé que podría interesarme tanto escuchar su nombre y su propia voz segura, suave y varonil a la vez, que había reemplazado la desagradable voz que se estaba esfumando poco a poco de mis oídos al despertar de esa terrible pesadilla.

ㅡSí, soy yo.

ㅡNo... no sé quién eres... quiero decir, no te conozco ¿Qué quieres?

Cuando la visión de mis ojos se acostumbró a la penumbra, pude ver un cuerpo alto y delgado. El pálido rostro del chico y su nombre, por fin, me resultaron conocidos.

ㅡ ¡Oh! ¡El chico de la reverencia! ㅡrecordé en voz alta.

ㅡ ¿Sabes quién soy? ㅡpreguntó. Sonó increíblemente entusiasmado.

ㅡSí, ¿qué demonios haces en mi habitación a estas horas?

ㅡNo lo sé ㅡrespondió y pude ver que levantaba sus hombros.

Me pareció tan gracioso que solté una risita divertida.

ㅡ ¿Cómo haces para salir tan fácilmente de tu habitación? ㅡpregunté con curiosidadㅡ A mí me cuesta una eternidad sentarme, levantarme sobre mis pies y arrastrar el ruidoso montón de litros de los medicamentos que me acompañan a todas partes.

Había pasado seis años de mi vida planeando huir de aquel terrible lugar donde me encontraba encerrada, custodiado por un sólo hombre y Lorent era capaz de burlar un psiquiátrico entero. Me había convertido en su admiradora.

ㅡPor un portal mágico ㅡrespondió. Mi risa se escuchó aún más fuerte y estuve convencida de que sonó hasta el pasillo. Lorent acercó su dedo índice hasta mis labios para indicarme que hiciera silencio, pero se rio un poco conmigo ㅡ ¿Cómo te llamas?

ㅡ ¿No sabes quién soy? ㅡpregunté. Soné increíblemente decepcionada.

ㅡNo, ¿por qué demonios debería saber quién eres? ㅡsonó mi exacto tono de voz en el suyo, como si estuviese repitiendo mis oraciones, incluso podía escuchar un pequeño murmullo femenino en su voz.

No podía creerlo, alguien en ese hospital no sabía quién era. No podría juzgarme por mis vivencias y seguramente estaba tan loco como todos los demás.

ㅡ ¿Me estás imitando? ㅡinterrogué incrédula y ofendida.

ㅡLo... lo siento es que... mi cabeza ㅡtenía razón, estaba tan loco como todos los demás. Esta vez sonó más serio que cuando imitó mi voz, aunque me pareció igual de sarcástico y gracioso. Sus ojos tiernos juraban sinceridad y suavicé mi actitud. Algo en sus ojos azules me atraía.

ㅡTodos en este edificio saben quién soy y lo que padezco. No puedo creer que tú no tengas idea.

ㅡPues, no sé quién eres. En lo absoluto ㅡdijo alzando sus hombros de nuevo.

¡Bingo! Al menos podía hacer un amigo desde cero y no tendría que responder las mismas preguntas aburridas e inadecuadas de los periodistas. Preguntas como: ¿Al menos te gustaba tu dormitorio?, ahora que estás en libertad ¿Cuáles son tus sueños por cumplir?, ¿estás feliz de volver a ver a tu familia?, y la mejor de todas ¿alguna vez el hombre tocó una parte indebida de tu cuerpo? A todas aquellas preguntas podía responder con las mismas tres palabras. "No lo sé" o "No lo recuerdo".

ㅡSoy Cassie ㅡdije finalmente, obviando mencionar que mi nombre real era Cassandra.

ㅡBonito nombre, Cassie.

ㅡEntonces, ¿vas a decirme qué haces aquí?

ㅡNo lo sé, ¿tú qué haces aquí?

ㅡEs mi habitación ¿no? ㅡdudé por un momento, pero lo confirmé cuando volví a ver las flores de mi abuela en una de las mesas. Como vi que me observaba fijamente a los ojos sin parpadear me hizo mirarlo algo incómodaㅡ ¿Y bien?

ㅡCreo que he venido porque esperaba volver a verte.

Abrí mis ojos como platos, no me esperaba esa respuesta. Un calor comenzó a recorrerme las mejillas, incluso me moví un poco por la vergüenza, pero una punzada en mi costado me recordó que mis movimientos eran parcialmente inútiles y era muy frustrante.

ㅡ ¿Por qué te internaron aquí? ㅡfue lo primero que se me ocurrió preguntar para que no notara la evidente molestia que me causaba mi cuerpo.

ㅡ ¿No prefieres la intriga?

Interesante. Si yo no le hacía preguntas sobre los motivos por los que estaba internado en el hospital, yo me salvaría del bombardeo de preguntas que vendrían consecuentemente. Sonaba mejor su propuesta que cualquier cosa en el mundo, odiaba que todos hablaran de mí y que mi reaparición fuera noticia para todos. Curiosamente, Lorent no sabía nada sobre eso o cualquier aspecto de mi vida.

ㅡHecho ㅡconcluí.

ㅡ ¡Vamos, ven conmigo! ㅡEl chico me tomó de la mano e hice un esfuerzo para apoyarme de él y para levantarme.

ㅡ ¿A dónde me llevas?

ㅡVivir es muy fácil con los ojos cerrados ¿no lo crees?

ㅡNo me gusta adivinar y no creo que mi imaginación sea mi fuerte ㅡcomenté.

ㅡYo no sé qué haría sin la mía.


Recuerda escuchar el playlist al comienzo de cada capítulo.

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