Capítulo XIX

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Volví a apoyar mi frente al delgado cristal que me separaba de unos árboles altos y robustos cuando el doctor salió de mi habitación. Estaba nublado, hacía frío y como siempre, la intuición no me falló: Había comenzado a nevar.

Tiempo atrás me consideraba la persona más dichosa de la tierra. Lo sentía como si hubiese sido ayer, pero había sido hace ya muchos años. Que mi madre, mi padre, Allie, Taz y yo viajábamos en coche a todos los lugares que se nos antojaba cuando se acercaba la navidad, pero aquel diciembre de mi secuestro decidimos quedarnos en casa porque Taz estuvo enfermo hasta que decidió irse aquella noche.

Recuerdo que en uno de esos viajes mi madre volteó al asiento de atrás donde estábamos sentadas Allie y yo de brazos cruzados y con cara de enojadas porque no habíamos podido llevar a Taz con nosotros esa vez.

ㅡVamos, chicas, ¿por qué esas caras largas? ㅡdijo mi madreㅡ Algún día, cuando sean mayores, estoy segura de que tendrán algo digno de ser contado. Algo como este viaje, algo grande y maravilloso, algo que querrán compartirlo con el resto del mundo.

Mi padre sonreía en el retrovisor y me miraba como su pequeña princesa. La música era genial, Rock de los 80's, inspirada en el gusto musical de mi padre, pero Allie y yo simplemente no la estábamos disfrutando.

Vaya que estaba en lo cierto mi madre. Se le veía tan feliz cuando nos dijo esas palabras, pero resultaba que ese "algo digno de ser contado" era la noticia que a estas horas ya había recorrido todo el país y no significaba nada, absolutamente nada maravilloso.

Qué irónica es la vida. Ahora que sabía que mi vida podría ser finita en cualquier momento y que el tiempo estaba enumerando mis días, supe que mi debilidad había reconocido mi propia voz. En ese preciso momento, me encontraba impaciente por saber qué me esperaba a la vuelta de la esquina y de todas las esquinas futuras.

ㅡDeja ya de llorar, Cassie. No sacarás nada llorando de esta manera ㅡme repetía a mí misma.

Me pareció gracioso que, con frecuencia, me daba excelentes consejos que casi nunca seguía.

Así que tomé una decisión. Saqué un abrigo para el invierno de la maleta que había preparado mi madre para mis días en el psiquiátrico y metí mi nuevo móvil en el bolsillo, por si Robin me necesitaba o yo necesitaba de ella y en un momento salí andando por el pasillo rumbo al jardín del psiquiátrico, iba a enfrentarme a mis monstruos. Iba a entrar al bosque que estaba detrás del jardín para recordar todo lo que había olvidado y seguir con mi vida de una vez por todas.

Quería encontrar a Lorent en el lugar donde lo había dejado el día anterior y seguir escuchando sus maravillas eternamente, deseando que la muerte no existiera. Sin embargo, sentía un miedo desesperado por verlo. Temía que la noticia de mi ineficiente corazón se hubiese esparcido tan rápido como la noticia de mi reaparición. Pues, hasta ese punto, no había nadie más que él que conociera la única parte de mí que era real y no quería que eso cambiara.

Tenía demasiadas preguntas que hacerle. Quería saber qué pensaba sobre si seremos los mismos después de romper aquella cúpula de cristal negro y llegar a la luz tan brillante pero que no afecta a los ojos; si tendremos los mismos sentimientos y diversas reacciones a ellos; si había espacio para todos los muertos allá arriba; si seríamos capaces de amar y odiar como se hace en la tierra o si era posible que el odio no existiera. Quería que me dijera, si desde aquí podemos ver las estrellas, ¿qué podríamos ver desde aquella altura?

Estaba segura de que tendría respuestas para todo eso.

Las puertas de cristal se abrieron hacia el jardín y la luz del atardecer tenía la necesidad de filtrarse entre los espacios abiertos que dejaba la distancia marcada entre los árboles. El camino de la luz recorría las ramas atiborradas de copos de nieve ligeros y las coloreaba de diversos tonos, casi parecía que los árboles estaban incendiados en lugar de nevados. El sol estaba apoyado sobre una nube de barbas blancas, muy cerca del horizonte.

Buscando estrellas muertas © COMPLETA ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora