Serendipity • Lizkook

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Estaba en mi habitación, me había terminado dos cajas de pañuelos y no quería salir por otra, las chicas estaban en la sala de estar y no quería que me sugieran viendo de esta manera y me hicieran más preguntas de las que ya me habían hecho, tenía suficiente del tema. Tomé mi almohada y la apreté fuerte contra mi, tratando de conciliar el sueño.

Estaba en proceso de asimilar todo lo que había ocurrido en los últimos 3 días. Simplemente no podía creer que había pasado de una felicidad inmensa a la tristeza que estaba sintiendo en estos momentos.

Nuestro tour estaba por terminar, habíamos regresado de Melbourne y nos quedaríamos en Corea un par de días para después dar los últimos shows en Bangkok. Jungkook también estaba en Corea, viajaría a Busan unas semanas y me había pedido ir con él el tiempo que me quedaba libre e ir a conocer a su familia y el lugar en el que había crecido. La idea me había encantado, más allá de los nervios que sentía por conocer a su familia me emocionaba la idea de pasar tiempo juntos alejados de todos y sin escondernos.

Jungkook me invitó al departamento de Bangtan a comer y planear bien el viaje. Era la primera vez que iba sola, sabía que no tenía nada de malo y que la amistad con los chicos era lo suficientemente estable como para convivir con ellos todo un día sin problemas. Pero no tener a las chicas a mi lado era un tanto extraño.

Para mí sorpresa todo había fluido bastante natural, J-Hope, Jin y Tae se encargaron de que la tarde fuera muy divertida con las bromas que le hacían a Jungkook por llevarles por fin una chica a casa. Se mostraban más confiados desde que Jungkook me había presentado formalmente con ellos, aunque ya habíamos convivido antes en la fiesta de Rosé.
Me causo demasiada ternura ver lo tímido que se ponía y sabía que en el fondo quería correr tras los chicos y cuidadito con que los atrapara por hacerlo ver de esa manera frente a su novia, tenía que cuidar su imagen de bad boy que distaba de ser creíble cuando se ponía en plan romántico.

Al despedirme de el, frente a la puerta del departamento, que para nuestra suerte, estaba alejara de la salita donde estaban los chicos. Me rodeó con sus brazos y yo hice lo mismo y estuvimos así por un momento disfrutaba de su olor y de ese abrazo tan cálido que me reconfortaba, así era con todos los abrazos de Jungkook, esa era su magia. No habíamos podido saludarnos de esa manera después de tanto tiempo sin vernos, nos habíamos controlado frente a los chicos y el abrazo de nuestra reencuentro había sido menos duradero que este pero con los mismos sentimientos.

- Mi familia te va a adorar - dijo en medio del abrazo.

- ¿De verdad lo crees? - le pregunté más nerviosa que insegura, sabía que todo podía pasar y no me quería cerrar y pensar que de entrada les caería bien o mal.

- Claro, con que vean cómo me traes y lo hermosa que eres será más que suficiente - Reí y voltee a ver su rostro, era más alto que yo, me gustaba porque mi rostro cabía perfectamente en su cuello cuando nos abrazabamos. Me estire un poco y le di un beso en la mejilla, me gustaba mucho hacerlo porque Jungkook sonreía cuando lo hacía y podía ver las pequeñas arruguitas que se le hacían en los ojos.

Salí del edificio y me encaminé a mi departamento feliz, no me había sentido tan feliz como estos últimos meses, las chicas y yo habíamos compartido tanto, recorrimos países enteros y llenos de personas que nos mostraron su amor y su apoyo, hicimos recuerdos valiosos y crecimos mucho como personas y artistas, nos presentamos en uno de los festivales más famosos del mundo, nos unimos más, tanto con Blink como con nosotras mismas y ahora tenía una relación, una llena de amor, sonrisas, buenos momentos y nuevas amistades, estaba tan agradecida.

Si hubiera sabido (cómo lo sé ahora) que ese iba a ser mi último día con Jungkook lo hubiera disfrutado más, hubiera querido regresarme y aferrarme a el por más tiempo, llenarle las mejillas de besos y ver las arruguitas en sus ojos toda la noche. Hubiese conocido a su familia y habrían visto como me miraba y como lo miraba yo a él. Habríamos hecho planes de ir a Tailandia a conocer a mi familia, llevarlo a conocer la hermosa ciudad donde crecí y dónde bailaba con BamBam cuando éramos pequeños, ir a citas en diferentes partes del mundo donde nadie nos conociera o simplemente salir a pasear a algún parque de nuestra ciudad a media noche.