Capítulo 10

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El momento de la verdad

Diana se encontraba en un rincón oculto de su habitación, estudiando con gran concentración un libro de magia que le había prestado Merlín con la insuficiente ayuda de una vela. Por eso, se sobresaltó cuando sintió dos brazos rodeando su menudo cuerpo.

- ¡Merlín! Me asustaste- dijo risueña al voltear y descubrir quién era.

- Lo siento, pero creo que deberías cerrar mejor la puerta- dijo Merlín con la mirada perdida en los labios de la chica.

Ella le dirigió una mirada insinuante, como incitándolo a hacer lo que él deseaba. El joven no tardó en apegarla a él para empezar a saborear lentamente sus labios en un beso que al principio fue dulce, pero luego se volvió más intenso y salvaje a medida que él le mordisqueaba los contornos carnosos de su boca y descendía hasta su cuello. Luego, volvió a besarla con fruición.

- Diana, ¿qué somos tú y yo?- cuestionó Merlín cuando se separaron en busca de oxígeno.

- Somos dos cómplices que se besan a escondidas cada vez que tienen la ocasión. Somos dos personas unidas por el destino, la magia y el amor- respondió Diana, sonriendo de forma pícara.

- Es mejor que me vaya antes de que alguien me vea- dijo Merlín, acabando con el dulce momento- Buenas noches, princesa.

- Buenas noches, Merlín- se despidió Diana, viéndolo salir por la puerta- Somos prometidos- susurró sin que la oyeran.

         [********]

Al día siguiente, mientras Merlín se paseaba por los pasillos del castillo en compañía de Diana, vio a alguien que llamó su atención.

- ¿Madre?- indagó.

Diana le echó una mirada curiosa.

- ¡Merlín!- exclamó con alegría una mujer de cabellos castaños, corriendo a su encuentro.

Merlín la miró con una sonrisa, pero esta se esfumó al ver el moretón que tenía en su mejilla.

- ¿Quién te hizo esto?- inquirió indignado.

- Kanen y sus hombres- respondió la mujer con angustia- Quieren llevarse toda nuestra cosecha y dejarnos morir de hambre. Vine a solicitar la ayuda del rey.

- Eso es terrible- intervino Diana, acercándose.

- ¡Ah! Madre, ella es Diana- la presentó Merlín, dándose una palmada en la frente por haber olvidado su presencia.

- Mucho gusto, señora- dijo Diana gentilmente, extendiéndole la mano.

- El placer es mío, soy Hunith, la madre de Merlín- dijo ella, estrechándosela.

- Dijo que quería hablar con mi padre. Sígame, le conseguiré una audiencia- expresó Diana.

- ¿Su padre?- inquirió anonadada Hunith- Discúlpeme, mi lady, yo...

- Esa formalidad es innecesaria- dijo Diana, levantando una mano con gesto cordial- Vamos, hablaaremos con el rey.

        [******]

- Ealdor está en las tierras de Cenred- objetó el rey.

- Hemos pedido ayuda a nuestro rey, pero no le importan las tierras lejanas. Sé que usted es justo y caritativo, ayúdenos, por favor- suplicó arrodillada la pobre Hunith.

- Podemos prescindir de algunos hombres en este momento- aventuró Arthur.

- Los recursos no son el problema. Si mandamos tropas al territorio de Cenred, sería una declaración de guerra- alegó Uther- Lo siento, no puedo ayudarlos.

Merlín y la Princesa del DestinoWhere stories live. Discover now