Merlín y la Princesa del Destino

Capítulo 13

La muerte de Arthur

Merlín se encontraba acompañando a Arthur durante una de sus incursiones de cacería, cuando fueron sorprendidos por la presencia de una horrible bestia con cabeza de serpiente y cuerpo de león. Sus intentos por matarla resultaron frustrados y debieron huir. Una vez en Camelot, el asunto fue discutido con el rey, Gaius y otros nobles.

- Me temo que se trata de la Questing Beast, mi lord- afirmó el médico- Un ser de la Antigua Religión cuya aparición presagia tiempos de gran agitación.

- La Antigua Religión está extinguida- lo ignoró el rey- Esas son tonterías.

- Padre, mañana saldremos a darle caza a la bestia- informó Arthur.

- Eso es lo que debes hacer- aprobó el rey.

- Ten cuidado- le susurró Gaius a Merlín- Una sola mordida del Questing Beast es fatal. Y no hay antídoto.

- Descuida, lo cuidaré- dijo Merlín.

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Morgana tuvo terribles pesadillas, de las cuales despertó muy agitada. Desesperada y alterada a más no poder, Morgana salió corriendo del castillo y se dirigió hacia Arthur, quien estaba a punto de salir a cazar a la bestia.

- ¡No, Arthur!- clamó la joven- ¡No vayas! He visto cosas terribles.

- Morgana, vuelve a la cama- ordenó Arthur sin hacerle caso.

- Mi lady, descuide, yo cuidaré al príncipe- dijo Merlín, llevándosela e intentando tranquilizarla.

En cuanto volvió a su habitación, Morgana se encontró con Diana, quien estaba bastante nerviosa.

- Di, tú sí me crees, ¿verdad?- preguntó esperanzada Morgana.

- Claro, hermana. Creo que eres vidente- dijo Diana con suavidad.

- ¿Vidente? ¿Eso tiene que ver con la magia?- inquirió Morgana en un estado de nervios lamentable.

- Es un don cercano a ella- afirmó Diana- Tranquilízate, no hay por qué preocuparse.

- ¿Cómo que no? ¡Tu padre me matará si descubre que tengo magia!- chilló Morgana desesperada.

- Entonces lo mantendremos en secreto- dijo Diana con una calma que logró apaciguarla- La magia no es mala, sino que es mal usada en ocasiones. Pero la magia es algo hermoso y maravilloso.

La princesa pronunció unas palabras que hicieron que la habitación se colmara de coloridas lucecitas. Diana depositó una de ellas en la palma de Morgana. Ella la contempló fascinada.

- Es hermosa- dijo con una sonrisa de admiración, entonces y cayó en la cuenta- Tienes magia.

- Sí. Te enseñaré a usarla- dijo Diana, a lo que Morgana asintió entusiasmada y la envolvió en un cálido abrazo.

Mientras, Merlín consiguió matar a la bestia lanzándole una espada con su magia, pero Arthur ya había sido mordido. Merlín lo llevó a toda prisa con Gaius, pero este no podía curarlo.

- ¡Tengo que usar mi magia!- exclamó Merlín.

- El rey estará aquí en cualquier momento- advirtió Gaius.

Sin embargo, la magia no funcionó esta vez. El rey llegó y se llevó a su hijo en brazos. Se veía destruido por la pena. Morgana y Diana lo vieron desde la ventana de la habitación de la primera y corrieron desesperadas para verlo.

- ¡No, hermano!- gritó Diana, sollozando.

Ante esta escena, Merlín decidió pedirle ayuda al dragón. No podía dejar morir a Arthur ni ver sufrir a Diana.