Capítulo N° 10

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Papas

No fue un beso ansioso y desesperado como todos aquellos a los que estaba acostumbrado Henry, sino todo lo contrario. Marie estaba siendo tierna y dulce, moviendo sus labios con delicadeza, tomándose su tiempo y a Henry le estaba costando trabajo mantener la lengua en su lugar y amoldarse al suave compás de ella.

No venía siendo la primera vez que Marie lograba sorprenderle aquella noche. Había esperado, de hecho, ser él el primero en corromperle, y ahí se encontraba, dejándose manejar a su antojo, aunque tenía que admitir que le encantaba esa marea que ella misma estaba intentando con poca fuerza controlar.

Finalmente, Marie bajó sus pies y tocó el piso de nuevo, volviendo a la lastimosa realidad. Le habría encantado poder decir que solamente había fantaseado con haberle besado, pero su gloss en los labios de Henry lo desmentían. Se sonrojó, pero no alejó sus ojos de su rostro. Acababa de besarle, ahí, frente a una gran audiencia y él no le había apartado. Tenía que admitir que se sentía tremendamente poderosa y con ganas de romper algunas cuántas reglas más.

—Wow, linda... —mencionó Henry, limpiando con su pulgar la comisura de sus labios —Eso ha sido... —notó como Marie bajaba la mirada y se sonrojaba y pasó su mano hacia su barbilla, alzándola —¿Quieres ir a conocer a los chicos? —cambió de tema y ella aceptó.

Le guío hasta la parte detrás del escenario, en dónde el siguiente grupo se preparaba para su presentación, esperaron a que The Mental Gaps terminará de tocar su segunda canción y miraron a sus pies sumidos en un sepulcral silencio mientras eso ocurría. Ninguno de los dos tenía nada que decir o qué hacer para salir de su propio ensimismamiento.

Por la cabeza de Marie, se repetían cientos de veces su beso con Henry y cada vez le parecía aún más vergonzoso haber sido capaz de besarle así por qué sí, ya venía siendo la segunda vez en toda su vida que se había arriesgado a algo como aquello, pero no se arrepentía en lo absoluto.

Y por la de Henry, él buscaba la manera de encerrarse en una habitación a solas con la chica y continuar la parte en donde habían dejado aquel beso, aunque sabía que esas solo eran simples fantasías suyas, decidió aventurarse y probar su suerte. Después de todo, no tenía nada que perder.

Se giró hacia Marie y en un arranque de impulsividad, sujetó con ambas manos su rostro, descendiendo hacia sus labios y probándolos con seguridad y destreza esta vez. Marie se dejó ser una vez más y afianzó el agarre pasando ambas de sus manos hacia su espalda en un abrazo. Henry se abrió paso dentro de su boca, Marie no estaba muy segura de qué hacer, nunca le habían besado de ese modo, sin embargo, cuando sintió la lengua de Henry enredarse junto a la suya y comenzar con un lento vaivén, no pudo más que dejarse deshacer en sus brazos. Henry paseó sus manos hacia el cabello de ella, sintiéndolo entre sus dedos tan corto y elevando las puntillas hacia lo alto, haciendo un alboroto con él.

Los chicos comenzaban a acercarse, por lo que Henry tuvo que dejar ir a la chica en contra de su voluntad.

Harry fue el primero en traspasar por la puerta, seguido de Zach y Collin, quienes se sorprendieron de haberles encontrado en tan comprometedora situación. Ninguno dijo nada, las burlas se las guardarían para después, cuando la señorita no se encontrase cerca.

—Hey —saludó Collin, moviendo del medio a Harry. Desde que había visto a Henry junto a la chica castaña entre el público había querido averiguar más acerca del rollo que se traía su compañero —Hola.

Marie intentó regular su respiración con poco éxito, sonrió incómoda y con sus manos intentó arreglar el lío de su melena. Henry se había emocionado con las hebras de su cabello, de seguro parecía un nido de pájaros ahora mismo.

AgridulceWhere stories live. Discover now