Capítulo N°29

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Bombones

Henry había sido el primero en despertar temprano por la mañana, entreabrió sus ojos con lentitud y se desorientó al principio sobre el sitio en donde se suponía que se encontraba descansando, no reconociendo a primera instancia el lugar donde estaba. Agachó un poco su cabeza, desperezándose poco a poco y entonces descubrió a una linda chica abrazada de su pecho, le cubrió con el acolchado en donde no le alcanzaba a tapar y le envolvió luego en un medio abrazo a la vez que con su mano libre buscaba su teléfono celular en la mesita de noche a su lado. Aún era considerablemente temprano, faltaba poco más de un cuarto de hora para que dieran las siete, lo que para su fortuna le brindaba unos segundos más en aquella posición, pero para su desgracia, no el tiempo suficiente que habría deseado.

Por ese breve instante en el tiempo, alcanzó a delinear con su dedo índice suavemente el contorno del rostro de Marie, la chica se encontraba con los labios y ojos entreabiertos, se aguantó una risilla para sí mismo, pues a pesar de todo, amaba la imagen que tenía frente a él y sabía que en un buen tiempo no podría aprovechar deliberadamente de ella. La respiración de Marie era acompasada y sabía que iba a arrepentirse luego de despertarla estando ella en aquel estado de relajación, pero después se lo agradecería, por lo que comenzó a moverla poco a poco.

—Marie —le removió suavemente el brazo —. Linda despierta, tu familia no debe de tardar en llegar.

Marie solo gruñó y eso a pesar de todo, le hizo sonreír con ganas.

—A menos que quieras que expliquemos el por qué he pasado la noche aquí, puedes continuar durmiendo —intentó convencerla, pero ella solo continuó removiéndose con los ojos cerrados.

—Déjame dormir —Henry soltó una carcajada ante su tono enfurruñado. No podía creer lo que veía, ¿Así que Marie era una gruñona por la mañana? ¿Quien le hubiera dicho?

—Quisiera hacerlo, amor —se sorprendió a sí mismo al llamarla como tal y lo pasó por alto cuando reparó luego de unos segundos, que Marie no lo había notado, para después continuar —. Pero debes moverte para que pueda irme —acarició su cabello con suavidad, sintiéndose realmente cómodo con ella sobre sí.

—No, no te vayas —se quejó ella apretando su mano contra su costado, reteniéndolo—Jason marcó hace un rato y me dijo que iban a llegar cerca del mediodía.

Al escucharle, Henry volvió a relajarse, cosa que no le costó mucho conseguir.

—¿Y por qué te avisó, sigue mal el tiempo? —se giró a ver por la ventana a su izquierda, pero el día parecía más despejado que el anterior.

—Uhm, no dijo nada más, solo que llegaría más tarde, ahora shh.

El chico frunció el entrecejo y no dejando pasar la sospecha, continuó.

—¿Y desde cuando es que te avisa?

Marie abrió sus ojos en confusión.

—Es mi hermano, siempre avisa.

—¿Incluso la hora a la que llegará?

Ella no entendía nada, tal vez era demasiado temprano como para que su cerebro procesará aquella información.

—No entiendo tu punto —bostezó.

AgridulceWhere stories live. Discover now