Capítulo N°30

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Bacon

Henry sujetó con fuerza la mano de Marie y ella agradeció el hecho de que el chico entrelazará sus dedos con los suyos, pues sentía que sin su soporte, caería desmayada de los nervios al traspasar la puerta de entrada.

Él no pudo evitar burlarse de ella, pero Marie ni siquiera se inmutó y mucho menos le reclamó por ser un insensible, estaba concentrada en las cosas que debía decir y hacer. Ya antes Henry le había dicho que no debía preocuparse por nada, pero para alguien como ella, a quien nunca antes le habían presentado la familia de su novio, aquella tarea resultaría difícil.

Brea se encontraba impaciente, ordenándole a su esposo que apagase el televisor y mandando a Freya a supervisar el momento en que llegase su hermano, cuando la chica avisó emocionada que ya se encontraban afuera, tiró el trapo tras de ella en la cocina y esperó a que entrarán para recibirlos, pero fue Freya quien se adelantó a los hechos y corrió a abrirles muchísimo antes de que Henry insertará la llave en la cerradura, sorprendiendo tanto a su hermano como a la chica junto a él en el proceso.

—¡Ya están aquí! —exclamó con una enorme sonrisa.

A Marie le temblaron los labios y se forzó a sí misma a revelar la sonrisa más natural que le fue posible, Henry volvió a dar un apretón a su mano y se giró a verle casi inconscientemente, él asintió infundiéndole confianza y fue como si con ese simple hecho ya se encontrará mucho más serena que en un inicio. No había de qué temer, era la familia de su novio y ella lo amaba, en todo caso, debía aprender de él, pues Henry ya había pasado la prueba de evaluación de su familia con éxito y, aunque sus hermanos aún seguían siendo un problema, eso no hacía que su relación se desvaneciera, al contrario, solo ellos tenían la última palabra dentro de ella.

—¡Hola, querida! —la mamá de Marie se avecinó pronto hasta ella y le tendió la mano, tanteando lo nerviosa que debía de encontrarse su nueva y hermosa nuera.

Marie tomó la mano que le ofrecía y entonces Brea le acercó a ella de un tirón en un abrazo, igual de hosca que su hijo —. Buenos días señora —murmuró la chica, contenta por tal recibimiento.

—De haber sabido antes que mi hijo y tú eran novios te habría invitado a comer desde hace mucho, me encantaste para él desde que te conocí, por lo que debo agradecerte que le aguantes.

Henry se molestó por el comentario y volteó los ojos, su hermana se burló de él y fue su turno para comentar algo que le enfadase aún más a su hermanito.

—Sí Marie, ¿cómo lo aguantas? —interrogó hacia ella mirando a su hermano —. Es un pesado, se la pasa de flojo todo el día en su habitación y va de aquí para allá con su disque banda de rock.

Su madre le miró mal, no la fuera a espantar. Sin embargo, Marie reaccionó civilizada, tomando partido por ambos bandos, pero sin abandonar a quien realmente le interesaba.

—Es muy dulce conmigo, aunque estoy consciente de que no suele serlo mucho en general y en cuanto a la banda, son chicos muy gentiles y tocan realmente bien —alagó y eso a Freya le gustó mucho más, solo ella podía molestar a su hermano y que Marie se pusiera de parte de él le dejaba en claro lo bien que se entendían entre ellos.

—¿Así que tocan decentemente?

—Hacen buena música, hace un par de semanas mis amigos asistieron a una de sus presentaciones y la pasaron muy bien. Y también me di cuenta que son más conocidos de lo que parecen serlo.

Brea estaba orgullosa de su hijo y se giró a ver a su esposo con la mano en el pecho, el señor O'Donnell escuchaba atento, porque aunque parecía una alabanza directa hacia Henry por parte de su novia, no pudo evitar sentirse igual de orgulloso que su esposa al escucharla decir aquello con tanta franqueza.

AgridulceWhere stories live. Discover now