Capítulo N°37

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Estofado


Al llegar a casa después de dejar a Marie en la suya, los padres de Henry le detuvieron al traspasar el vestíbulo, serios. Estaba claro que no dejarían pasar la noticia que su hijo se había encargado de lanzar así tan de repente sobre una decisión de la cual ellos no habían sido participes ni mucho menos informados con anticipación.

—¿Nos vas a explicar qué fue eso que le dijiste a tu tía? ¿Cómo que ya te inscribiste? —inquirió molesto el señor O'Donnell y con razón.

Su hijo sabía que llegaría el día en que habría de confesarles su plan premeditado, pero aun y habiéndolo soltado de golpe, no se sentía con la seguridad de explicarles a detalle todo lo que tenía en mente, por lo que simplemente se echó de lleno en el sofá, soltó un suspiro y consideró por dónde empezar.

Incluso Freya se había quedado a un lado de su madre, atenta al notición que se veía venir. Desde hace mucho que ella quería saber cuál carrera había decidido estudiar su hermanito.

—¿Por dónde empiezo? —murmuró el chico.

Toda su familia le rodeaba, atenta.

—No quise contarles, porque aún no estaba seguro de nada, de hecho, todavía no hay nada por sentado. He hecho los pagos de la inscripción —su padre le juzgó con la mirada y repuso rodando los ojos—, con el dinero de la paga de la cafetería, papá y también con mi parte por colaborar en la banda, no sé si lo sepan, pero The Mental Gaps tiene éxito, tal vez en un inicio no fuimos lo mejorcito, pero ya pasaron casi cinco años, la gente busca a los chicos. Y ellos necesitan de mí.

—¿Vas a seguir con ellos y al mismo tiempo estudiar? —inquirió su madre entre confundida y preocupada, a lo cual, el chico guardó silencio. 

Esa era la parte que a Henry no le gustaba del plan, era en lo que menos querían pensar, ya que aún y habiéndolo antes hablado con los chicos, no podía ni siquiera imaginarse ya no formar parte de ellos, de la banda que tanto les había costado construir, sin embargo, había que ser realistas, no iba a poder con todo al mismo tiempo. Por lo que negó.

—No, debo dejarlos. Sé que el primer año va a ser difícil compaginar con todo y lo mejor será dejarles desde el inicio para que tengan tiempo de crear música nueva mientras tanto, sino solo los retrasaría. Pero —repuso, volviendo al tema—, regresando al punto, me inscribí, eso ya está hecho. Sin embargo, aún no paso el tema de la entrevista, tampoco el examen y... —un suspiro de puro cansancio y desesperación inundó la sala—quizá me esté adelantando a los hechos, aún no hay nada que dar por sentado —se encogió de hombros, fingiendo despreocupación, aunque obviamente demostraba todo lo contrario y hasta más. 

Se le veía estresado. 

Y ya llevaba días arrastrando con ese peso sobre los hombros. 

No le sorprendía en absoluto haber dicho lo que dijo frente a su tía, era cuestión de tiempo. 

—¿A qué área aplicaste? —inquirió Freya, ansiosa por la respuesta. 

Su hermano demoró unos segundos en dar respuesta, algo nervioso. 

Pues en contra de cualquier suposición que estuviesen formulando, respondió lo que menos se hubiesen esperado: —Medicina. 

—¿Medicina? ¿Por qué? —inquirió su padre, desubicado. 

—Bueno, está claro que no iba a estudiar diseño —miró a Freya y después regresó la mirada al hombre —y mucho menos leyes. Esas cosas no son para mí. 

AgridulceWhere stories live. Discover now