Ella es un caramelito suave y delicioso.
Él posee una estupenda cubierta, pero por dentro está podrido.
Marie es caprichosa y su voz es como el mismo terciopelo. Es una niña, en el cuerpo de alguien mayor.
Henry es un explosivo andante, su...
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Vino
Henry se levantó de su sitio por segunda vez y en esa segunda ocasión Freya le prestó atención, parecía nervioso, frunció el entrecejo, pero le dejó ir, parecía decidido a llevar a cabo lo que fuera que le tuviese en ese estado.
Marie se encontraba sentada entre Collins y Jason, ambos asando algunos de los bombones que habían sobrado de la bolsa que había cargado su hermano en el camino y mientras esperaba a que le tendieran uno como postre, Henry se acercó a ella, algo más serio y distraído.
—Ven conmigo, ¿quieres que demos un paseo? —propuso, hablándole en voz baja, solo para que ella le escuchase.
Marie asintió, aceptando la oportunidad que había estado buscando por sí misma, tomó el bombón caliente que le ofreció Jason, su hermano les vio desviarse por uno de los senderos, pero esta vez no quiso preocuparse demasiado. La habían pasado todos bien y ya iba siendo hora de dormir, tanta actividad física les había cansado. Klen se encontraba conversando con Zack y Cassidy, por lo que decidió unirse a ellos tomando una de las cervezas de la heladera, instándoles a formar un círculo en el medio de donde habían clavado las tiendas de acampar, sin aviso previo, la amiga de Freya, Holly, se situó a su lado, aceptando primeramente la oferta de compartir un trago.
—¿Qué ocurre? —Marie había notado a Henry demasiado silencioso y comenzaba a tornarse ella también, un poco nerviosa—. ¿Anda algo mal?
Henry le miró y le dedicó una sonrisa, negando furtivamente.
—Por supuesto que no boquita de fresa.
Era la primera vez que Marie escuchaba ese apodo y le agradó, sonaba tan... dulce. Afianzó el agarre de sus manos y miró hacia sus pies, comenzaban a alejarse de sus amigos y el sol ya amenazaba con ocultarse del todo.
—¿A dónde vamos, qué pasa?
—Solo quería caminar contigo por un rato, antes de irnos a dormir —a Henry le tembló la voz, ya casi llegaban a donde tenía planeado.
—Me la pasé muy bien hoy —señaló Marie, balanceando sus manos de arriba hacia abajo ligeramente, intentando, junto al canto de los grillos, romper el silencio, buscando la forma de realizar un primer movimiento.
Henry comenzó a relajarse.
—Yo también, creo que he superado la prueba de evaluación de tus hermanos.
—Les caes bien.
—¿Tú crees? —soltó una carcajada breve.
Marie torció el gesto.
—Mmm, finjamos que así es.
—Creo que si hubiera dejado a Klen ganarme en el fútbol-golf les caería mejor —resultaba que, a pesar de que no habían sido muy buenos en el basquetbol, al menos pudieron igualar las condiciones al jugar aquel deporte nuevo luego de la comida. Por lo que Henry se sentía como campeón de una Copa Mundial.
