Capítulo 9

7.6K 363 111
                                    

-¡Ya estamos aquí! – anunció Natalia nada más entrar en su casa con Dani

-¡Estamos en la cocina! – gritó su madre

El pequeño dejó la mochila en la entrada, corriendo en busca de su madre y su abuela, seguido por su tía

-Hola cariño – Marina lo cogió en brazos, dándole varios besos por toda la cara

-¿El camino bien? – preguntó su madre, dándole también varios besos al pequeño

-Si. Muy tranquilo, como siempre. ¿Santi no ha llegado aún? ¿Y Elena?

-Qué va – intervino Marina.- Debe estar a punto. Elena se ha ido de camping con unas amigas. Volverá dentro de un par de semanas

Pipo entró en la cocina casi derrapando, loco por ver a su dueña. Elevó las patas delanteras hasta posarlas en sus rodillas, sacando la lengua.

-¡Hola compi! – Natalia le rascó detrás de la oreja, desatando su felicidad aún más

-¡Pipo! – Dani se lanzó a su cuello para abrazarlo, recibiendo varios lametones como respuesta

-Anda cariño, id a tu cuarto a jugar.- Asintió, saliendo el pequeño de la cocina con el perro pisándole los talones

-Hija, llevas últimamente varios días sin pegar ojo y pasando por aquí sólo para dormir y ducharte. ¿Va todo bien en el trabajo? – preguntó su madre, acariciándole la mejilla

-Claro mamá – respondió serena.- Todo va perfectamente

-Seguro que se ha buscado una novia – soltó Marina, dándole un codazo

-Anda, no inventes. Ni novias ni problemas tengo, de verdad. ¿Hay cerveza?

-En la parte de abajo del frigorífico

-¡Hola familia! – escucharon desde la puerta

-¡Cocina! – gritaron las tres. Santi apareció a los pocos segundos, dando un beso a Marina

-Oye, ¿tú no ibas a quedarte durmiendo? – preguntó a su hermana tras percatarse de que iba vestida de calle

-Iba, pero tenía cosas que hacer. Y he ido a recoger a Dani

-Por cierto Nat, ¿no tienes nada que contarnos?

-No. ¿Por qué? – dio un sorbo a cerveza, despreocupada

-Ah no, por eso de que vas a salir en la Vogue.- Casi se ahoga al escuchar las palabras de su hermano. Tosió varias veces antes de poder respirar con normalidad. Las caras de Marina y su madre eran un poema

-No seas tonto Santi, hazme el favor – dijo Marina, echándose a reír

-Que es verdad. Lo he escuchado en los 40 esta mañana, en el programa de Lena

-Venga Santi, no intentes quedarte con nosotras – su madre se unió a las risas de Marina

Las risas se fueron apagando conforme se percataban de que Natalia no se unía a ellas ni iba a hacerlo. El silencio se hizo presente, y durante medio minuto nadie dijo nada. Se miraban unos a otros alternativamente; Santi increpaba a su hermana con la mirada para que hablase, y ella miraba a las otras dos mujeres, alternando entre una y otra.

-Es verdad -confesó finalmente.- Suena surrealista pero sí, voy a salir en la Vogue

-¿Pero en qué momento? – preguntó su madre

-Hostia qué fuerte – añadió Marina
-¿Eso era en lo que estabas ayudando a la chica con la que estabas anoche? – Santi parecía estar atando cabos con bastante rapidez.- Entonces…¡anoche estabas con Alba Reche! Flipa chaval

A cualquier otra parteWhere stories live. Discover now