Capítulo 27

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Usada esa era la palabra que me describía en ese momento, enferma por todas las cosas que me había hecho ese bastardo... tuve que usar todas mis fuerzas para cerrar mi mente, no pensar en nada aunque quisiera haber pensado en mil cosas en el momento que me tomaba a la fuerza, no me sentía con las fuerzas necesarias de levantarme de la cama, podía ver desde la posición en que me encontraba el perfil de Dorian, apoyado en la ventana disfrutando de una copa de vino, sintiéndose gloriosos por haber completado una de sus metas... si supiera.

-He comprobado, que efectivamente mi semilla ha entrado en ti... por lo tanto estas esperando mi primogénito-Una leve sonrisa se podía apreciar desde la distancia- Siéntete afortunada-

Me llevé mis manos directamente a mi vientre, unas leves caricias hice, sabia que el hijo que estaba esperando era de Erick, no del bastardo abusador. Ese era mi gran consuelo.

Unos golpes en la puerta me hicieron sobresaltar, tapando desesperadamente la desnudes que se podía apreciar a simple vista. Calme mi respiración, necesitaba escuchar la conversación para así poder sacar algún beneficio para mí. Como si mis pensamientos fueron escuchados Dorian silencio para mí la habitación haciendo imposible escuchar nada.

Frustrada busque con la mano la bata que me había conjurado Erick y me la coloque rápidamente, necesitaba irme ya de la habitación infernal, solo esperaba que el asqueroso de Dorian regresara para informarle, presintiendo un dolor de cabeza cerré los ojos unos minutos, pensando en ¿Cómo estarán mis niños?, mis bellos bebes... ¿Cómo estaría Theo?, ¿Tendrán alguna pista de mi paradero?,¿Me podrá perdonarme algún día?... esta última pregunta se quedó en mí, todo era por el bien de la humanidad.

-Te puedes marchar- Su voz me saco de la ensoñación, lentamente abrí mis ojos, deseosa de poder salir lo mas pronto posible de este lugar, me pare rápidamente y con un paso apresurado fije mi vista en la puerta negra, pero antes de poder tocarla si quiera los brazos de el me pararon en seco. Asustada me quede inmóvil esperando que digiera algo.

Su mano derecho la vi subir en cámara lenta, tocado todo a su paso, cerré los ojos aguantando la repulsión que sentía, esperando que esta tortura terminase pronto, sabia que estaba llegando a mi limite.

-Se volverá a repetir...- Susurro en mi oído provocando un escalofrío involuntario y me soltó, sin decir ninguna palabra apure el paso para llagar a la bendita puerta y al sentirla en mis manos, el alivio llego como ondas. Afuera me esperaba Erick, su rostro estaba contraído, no supe en qué momento comencé a llorar solo lo supe cuando sentí las manos de Erick limpiármelas, me susurraba cosas, pero no escuchaba, su boca se movía, pero ya no sentía nada.

Me tomo en brazos y avanzamos, una por una las puertas pasaban velozmente, hasta que paro en una, la abrió y entramos en ella, me recostó en la cama que había y la reconocí, al lado de la ventana estaba la lechuza de mi Theo. Como pude me pare, aunque el mundo se estuviera dando vueltas, tenia que llegar con ella, tenia que sentirla conmigo, la necesitaba.

-Neuda- Llame en un leve susurro, me miro abrió sus majestuosas alas cafés y llego conmigo, caí al suelo de rodillas, pero ella estaba conmigo, lloré y le pedí perdón una y mil veces, sentía que se lo decía a mi Theo.

-No se que quieres hacer Hermione- Gire mi cabeza para ver lo que me estaba diciendo Erick, estaba ya sentado en la cama con sus dos manos en su cara- Puedo hacer que te rescaten...será peligroso, pero podrás irte de aquí- No se si fuera posible pero sentía que mas lagrimas caían por mis mejillas, traté de pararme y al llegar a él lo abrace con todas mis fuerzas, sus manos me acariciaban las espalda. Por fin volvería con los míos.

-Hagámoslo- dije ya más calmada.

-Mandare tu lechuza con unas indicaciones, la camuflare por cualquier eventualidad, Dorian en estos momentos debe de estar tomando su siesta, al no tener completamente sus poderes, necesita recargar energías- Fue hacia un escritorio que estaba en la esquina de la habitación, y de los cajones saco un pergamino con una pluma, vi que su mano se movía con gracia, movimientos suaves hacia que mi vista quedara prendada de ella.

Destined to be togetherWhere stories live. Discover now