Capítulo 28

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La ciudad, el paraíso artificial del hombre en la tierra. El hombre fue expulsado del jardín  del edén y corrió hacia la tierra un lugar en donde es vulnerable a la muerte todo el tiempo. Siendo la forma de vida más débil desarrolló el intelecto y con el logro crear su propio jardín del edén, en la búsqueda de aislar el miedo a morir y satisfacer sus deseos carnales, la humanidad creó su propio paraíso.
                           ...
Las horas se me estaban haciendo eternas, ¿Donde estaba Theo?,  cerré mis ojos un momento necesitaba concentrarme, aún se podía escuchar pasos apresurados afuera en el pasillo, un golpeo constante en el patio me ponía los pelos de punta, se suponía que estaban entrenando, pero ni al propio Dorian dejarían dormir con semejante escándalo. Frustrada me levante y fui directo hacia la ventana, cada "soldado" estaba bajando unos cargamentos, me alejé  hacía un lado para que no me vieran para así seguir viendo, ¿Que tendrán esas cajas?.
-Dorian quiere verte-  Me lleve las manos al corazón, no sentí cuando entraron, ahora era otro chico más joven que Erick.
-¿Que quiere ahora?- Pregunté molesta, se suponía que debería de estar durmiendo.
-Tu vienes conmigo sin preguntar- En dos pasos llego junto a mi y me agarro el brazo con brusquedad, el dolor se hizo más intenso mientras más me resistía a ir, me sentía débil y fue inevitable ser arrastrada por el chico.
Mi corazón latía desenfrenadamente, sentía mis oídos con un pitido, necesitaba descansar porque ya veía que me iba de bruces al suelo.
-Llegamos- Entranos a una habitación desconocida, completamente roja y al medio de ella Dorian estaba parado. El chico me tiro hacia el y mis rodillas se doblaron cayendo sobre ellas. Un dolor en mi parte baja me entumecía más los sentidos.
-Pero ¿Que haces?- Sentí unos brazos levantarme e instintivamente mis manos fueron hacia mi vientre.
-Lo..lo siento mi señor- Vi como se arrodillaba el chico, mirándome aterrorizado.
-¡Ella lleva a mi hijo!- De su mano salió el rato verde. El chico estaba tirado en el piso, con sus ojos abiertos aún mirándome.
Sentí las manos de Dorian por mi cuerpo, quise alejarlo pero mis fuerzas me habían abandonados, sus susurros llegaron a mis oídos.
-Quiero que digas el hechizo- Levantó mi barbilla para que nuestros ojos se encontraran, la maldad pura se encontraban en ellos.
-Aún no- Pude susurrar.
-Ahora o la pagarán- Y se alejó de mi y fue hacia la ventana, esperando a que yo hiciera algo.
Trate de levantarme y apoyarme con los codos, pero me tiritaban, cerro mis ojos para concentrarme en el hechizo y dije.
-"la mia anima, il mio corpo, si uniscono e portano la nuova vita che giace dentro di me, vedi il mio essere amato, vieni a me e vieni alla luce."- 
El calor comenzaba a extenderse dentro de mi, un halo de luz me elevo unos centímetros y me envolvió, mis manos fueron directamente hacia mi vientre y sentí como mi pequeño crecía, y todo volvió a cómo estaba.
Levante mi vista sonriendo, pero un carraspeo hizo que mis sentidos se pusieran alertas, Dorian estaba en la misma esquina con una tétrica sonrisa en sus labios, comenzó acercarse e instintivamente retrocedía, mis emociones estaban a flor de piel y el miedo me estaba consumiendo.
-Tranquila, que no te haré nada- Dijo mientras su mano derecha iba directo a tocar a mi hijo, pero de un manotazo la rechacé.- ¿Pero quien te crees que eres?- Tomándome de los hombros me zamarreo unos momentos.
-¡No me toques!- Me quería ir de allí, ¿Cuando llegarás Theo?, su expresión cambió cuando vio que pequeñas lágrimas recorrían mis mejillas.
-Ya no saldrás de tu habitación hasta que nazca mi hijo, que por lo que veo será dentro de poco, ahora lárgate- Sin dudarlo fui hacia la puerta pero con mi vientre ya abultado se me hizo eterno poder llegar hasta allí. La luz del pasillo me relajo y apoyado en la pared estaba Erick, su rostro estaba sereno... me acerqué a él y sin decir nada, tomo mi mano arrastrándome junto a él por los largos pasillos de ese lugar. Cuando entre a mi habitación pude desahogarme, espasmos sin control dominaban mi cuerpo, solo sentí sus brazos confortando me mientras me susurraba que nada malo me iba a pasar. Me acuno en la cama y todo el estrés que pude haber sentido se estaba yendo junto a mis pensamientos, dándome a entender que Morfeo ya me estaba llamando para ir a su reino.
Bum... bum...bum... ¿Pero que será? Me preguntaba, aún con los ojos cerrados me estiré en la cama mientras acariciaba mi vientre. Bum...bum...bum... ¿El sonido será aquí?, abrí mis ojos y aprecié que la noche estaba en todo su esplendor, cuidadosamente me levante y fui hacia la ventana esperando saber a que venís tanto ruido.
-¡Explosiones!- Me atreví a decir en voz alta, varios de los secuaces de Dorian se encontraban peleando en el patio contra unos encapuchados, me quede unos segundos más pero el ruido de volvió mucho más fuerte, estaban dentro de la casa. Debía de tener cuidado que no le llegase a pasar nada a mi bebe.
-Hermione, ¿Estás bien?- Erick entro apresurado e inmediatamente me comenzó a inspeccionar, tome de sus manos y alzo su vista, le sonreí y le dije que estaba todo bien, su postura a la defensiva fue cambiando a una ya relajado.
-Te han venido a buscar- Dijo mientras se aparte a de mi, viéndome con tristeza.
-¡Debo de ir con ellos!- La adrenalina fluyó sin descanso, necesitaba ver a mi Theo.
-Aun no- Lo mire y sorprendida espere alguna explicación.- El vendrá hacia ti... pero antes de todo quisiera darte las gracias por llevar contigo al ser que más amo sin conocerlo, gracias por hacerme padre... se que no estaba en tus planes todo lo qué pasó, pero sabes que todo lo que pasamos fue para que el no llegase a tener todo su poder... aún así debo de reconocer que desde la primera vez que te vi me enamoré completamente y soy dichoso de que seas tu precisamente la madre de mi hijo.- Lágrimas corrían sin parar, un nudo inexplicablemente no me dejaba decir absolutamente nada, me dolía en al alma ver que también Erick lloraba junto a mi, con un esfuerzo enorme me acerqué a él y lo abraza como si mi vida dependiera de ello... aún abrazados me separe para verlo directamente y mis labios tomaron el control de mis acciones, un dulce beso lleno de sentimientos expresaba lo que no podía decirle... - Te amo gracias por hacerme feliz mi Hermione- Susurró y me sonrío.
-Te veré de nuevo mi Erick- Alcancé a decirle y desapareció en un pff.
Me quede paraba unos minutos hasta que la puerta se volvió abrir, entrando desesperado un encapuchado de quedó estático al verme, sabía que era alguien de los nuestros, espere ansiosa ver quien se escondía debajo de esas telas.
-¿Hermione?- Su voz... y todo el mundo desapareció para mi. Como pude trate de acercarme estirando los brazos para llegar más rápido junto a él. -¿Que te hicieron?-Pare en seco, mis manos fueron a mi cintura ya molesta.
-Deberías de dar la cara por lo menos- Con el embarazo mis emociones estaban que explotadas y más por la hermosa despedida de Erick. Sus ojos azules me miraban expectantes y se dirigían a mi bebe, frunció en ceño y en tres pasos llego junto a mi, pensé que me reclamaría por la situación, pero en cambio unos brazos fuertes me desnudaban el alma, cayendo en un sin fin de emociones, sentía nuevamente caer más lágrimas, me quise reír de mi misma, ¿Cuantas lágrimas se me han caído hoy?, bastante... pero estás eran de felicidad, mi hombre estaba junto a mi.
-Estás a salvo y...-No alcanzó a terminar ya que sus labios fueron cayados por los míos, un beso hambriento, lleno de deseo, ansiedad y de pertenencia, sentí sus manos bajar lentamente tocando todo a su paso hasta llegar a las caderas, aferrándome como si la vida dependiera de ellos. El calor comenzaba a subir, nuestras lenguas danzaban al son de nuestros corazones, nos separamos para respirar pero los suaves labios de Theo recorrían mi cuello haciendo que pequeños gemidos salieran sin poder evitarlo.
-Amor, debemos irnos- Con mucha fuerza de voluntad nos separamos, tomándonos de la mano salimos sin dudar hacia los pasillos que fueron mi perdición.
Un temblor nos hizo de ternera y mirarnos, no era normal que algo así pasara.
Bum...bum...bum... mas explosiones se sentían de tras de nosotros, quise correr pero una fuerte puntada bajo mi vientre me asustó, aún no es hora, bebe aún no por favor... espera a que estamos seguro mi amor, aún no. Theo me jalaba para avanzar más rápido, pero las contracciones me impedían tener todos mis sentidos activos, mi bebe iba a nacer.
-¡Theo!- Grité- Salgamos de aquí ¡ahora!-
-El traslador está al final del pasillo- Ví pánico en sus bellos ojos mientras avanzamos como podíamos.-Ya casi amor, ¡aguanta!-
El ruido seso de pronto y supe que el estaba aquí, de tras de nosotros Dorian estaba furioso, su mandíbula estaba tensa y supe que si no salimos ahora mismo, nos podría costar la vida.
-¡Ya!- Y todo pasó en cámara lenta, Theo tenía en sus manos el traslador, sentía como la magia nos envolvía mientras que seguía viendo a Dorian, su boca se movía sin decir palabras y apuntaba con su mano derecha hacia nosotros, pequeña luces de apreciaba que estaban apareciendo y estas venían hacia nosotros.... unos segundos más, unos segundos más y estaríamos fuera de su alcance. Un segundo más y nos hubiera alcanzó esa luz...

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Pido mis disculpas por la demora, muchas gracias por sus votos y comentarios, no saben cuánto me alegra ver que mi historia tiene seguidores tan fieles. Muchas gracias por esperarme.

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