Capítulo 37

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—¿Sigues enojado cachorro?— Con los brazos cruzados desvío la mirada de Jimin quien está arrodillado enfrente de mi.

—No. 

—Claro que lo estas, ¿Cuantas veces debo decir que me perdones? Incluso no me has dejado tocarte, estoy cansado de usar mi mano— Sintiendo mis mejillas rojas me levanto de la cama para alejarme de él.

—Creí que habías muerto.— Puedo sentir su pecho en mi espalda mientras se encorva y envuelve sus brazos en mi cuerpo.

—De lo último que debes preocuparte es si puedo morir o no, soy inmortal cachorro nada ni nadie me puede matar— Su fría lengua acaricia mi cuello dándome escalofríos directamente a mi pelvis.

Una de sus manos acaricia tiernamente mi barriga, la otra sube a mi pecho hinchado, apretando delicadamente mi pezón, inmediatamente me alejo de él.

—No me toques ahí— Pongo mis manos en mi pecho ocultándolo.

Jimin me mira con una gran sonrisa, ladea su rostro.

—¿No quieres que te toque?¿Debo recordarte que eres mío?— Sus palabras posesivas me hacen temblar.

—No puedes tocar...— Con rapidez me arrincona en la pared, su pierna está entre las mías presionando deliciosamente.

Con una de sus uñas rasga mi ropa, dejándome desnudo de la cintura para arriba, de nuevo sus manos acarician mi vientre subiendo sensualmente hasta mi pecho izquierdo.

Presiona tiernamente provocándome un gemido, intentó alejarlo aunque muy en el fondo no lo deseo.

Me da pena que vea mis ya rosados e hinchados pezones, me estremezco cuando veo por el espejo mi enorme barriga haciéndome sentir muy gordo, por mi mente llega mi pequeño y delgado cuerpo.

Las lágrimas no tardan en llegar, lágrimas que se convierten en fuertes sollozos.

—¿Que pasa cachorro?~— Deja de tocarme y alza mi rostro para que lo mire, tiene el ceño fruncido, claramente confundido.

—Amo a mi cachorro pero odio estar gordo y ya no poder acostarme como me gusta... Me siento mal de tener este cuerpo— Sonriendo con ternura se agacha, quedando enfrente de mi barriga desnuda.

—¿Este hermoso cuerpo? ¿Que alberga la vida de mi bebé? ¿Estas deliciosas y anchas caderas que puedo mover a mi antojo? ¿Tus apetecibles botoncitos que pronto darán de comer a mi pequeño? Me encantas, eres precioso y si alguien te dice lo contrario dime quien es y te pedirá perdón de rodillas.

—Jimin.— Ya puedo sentir aún más rojas mis mejillas, intento evitar su mirada, pero con su mano agarra mi rostro.

—Haces que mis rodillas se debiliten de tan solo mirarte, deseo comerte completo pero sobre todo encerrarte y no dejar que nadie te mire— Sin poderlo evitar y sintiendo más alto mi autoestima, lo abrazo fuertemente pero obviamente teniendo cuidado de mi cachorro.

—Gracias— Un beso en mi cabeza me hace sonreír, pero inmediatamente dejo de hacerlo cuando tocan la puerta haciéndome gruñir, soltarme de Jimin y correr a mi nido.

—Cachorro. 

—Señor, lamento molestar y sobretodo invadir su espacio pero alguien le busca, dice que es muy importante.— Es Hoseok.

—Bien, ahora vete— Jimin se agacha dejándome ver su cuerpo desde la entrada del nido.

—¿Te tienes que ir?— Asiente con enojo, no conmigo afortunadamente.

—Nos vemos dentro de un rato cachorro— Me lanza un beso con la mano para después desaparecer.

Con la curiosidad trabajando a mil salgo del nido y camino a la puerta, por alguna extraña razón mi cachorro esta golpeando mi barriga  acariciando bajo lentamente las escaleras.

Me asomo por la pared y veo a Jimin con una hermosa mujer de cabellos rubios casi blancos, está vestida con un diminuto pero bonito vestido.

—Imposible...— Doy un pequeño salto cuando Taehyung aparece a lado mio, sus manos están apretadas al lado de su cuerpo.

—¿Quien es ella?— Está muy tensa, sus colmillos rechinan.

—Estaba muerta ¡La zorra estaba muerta!— Ya en este punto las lágrimas caen, no entiendo.

—¡Dime quien es!— Mi cuerpo tiembla de impotencia.

—Suly la ex-amante de Jimin, es ella quien se llevó su amigo, la mujer del que estaba locamente enamorado y a quien le compró un costoso anillo de compromiso que nunca pudo usar, una maldita zorra que siempre se hacía la jodida víctima haciendo que Jimin me golpeara y sobre todo alejar a Hoseok ya que sabia que eramos pareja ¡La odio!. 

—Querido tranquila no permitiré que nos vuelva a alejar— Doy otro salto cuando Hoseok aparece, sus brazos se envuelven protectoramente en Taehyung.

—¿El no me dejara verdad?— Ambos se miran, pues sentir su tristeza.

—No lo sabemos, Jimin la amaba locamente y te puedo asegurar que incluso estaba obsesionado— De nuevo me asomo observando cómo sus labios se presionan, unas inmensas ganas de vomitar me recorren.

Una mano tapa mis ojos alejándome, sollozando me doy la vuelta y abrazo a quien sea que me agarro, otros brazos me envuelven y ya no me importa la incomodidad de que estén junto a mi.

Ya no me importa nada.

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El pequeño del Alpha [Jikook][Omegaverse]Where stories live. Discover now