-Capítulo 2-

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Ya han pasado 2 meses más, ya no tenemos recursos para nada. Nos hemos quitado nuestra comida para poder dársela a ellos. Es difícil poder conseguir mantener a dos hijos pequeños y cruel pensar que quizás en cualquier momento puedan venir, tocar la puerta y arrebatarnos de nuestras manos a nuestros bebes. Lloro todas las noches pensando en que quizás eso suceda si no acepto ese trabajo y aunque Mateo ha buscado todos los medios posibles para que no entre en ese trabajo sé que esa es nuestra última esperanza, ya bastante les he llorado a los de servicios sociales para que no me los quiten durante unos meses más

Karen: Mateo... -Susurro acariciando los mofletes de Matías- creo que es hora de que hablemos sobre mi trabajo... -Suspira-

Mateo: no quiero verte en ese aspecto. Eres mi mujer

Karen: y lo seguiré siendo, pero debo aceptarlo. Sera momentáneo, hasta que consiga otro trabajo más decente... -Se lleva una mano a la cara y se estrega los ojos-

Mateo: no sé...

Karen: por favor... Nos los quitarán de las manos si no lo hago

Mateo: no hay otra opción... -Suspira ahogado- quiero estar delante de lo que ocurra todos los días. En todas tus actuaciones. -Asiento-

David: papá... -Escucho decir desde los brazos de Mateo-

Mateo: ¿ha dicho papá? -Dice con los ojos bien abiertos-

Karen: sí... -Le sonrió- su primera palabra. -Mateo besa suavemente su frente-

--Doce horas más tarde--

X: ¿señorita Watson? -Escucho decir tras mí, estoy en la discoteca en donde he encontrado ese trabajo. Me giro y ahí está quien sería mi jefe, Michael-

Karen: digame. -Digo sujetando con mis manos un llavero con dos chupetes de mis hijos-

Michael: veo que se ha animado a trabajar para mí. -Dice chequeando mi cuerpo- para haber sido madre no se le nota. Está perfecta

Karen: muchas gracias...

Michael: de nada... -Se sienta en una silla- pero bueno, si estamos aquí es para ver como baila... Adelante

Karen: ¿aquí?

Michael: sí... ¿hay algún inconveniente?

Karen: no, ninguno. Digo colocando mi llavero sobre otra silla. Respiro profundo. No me puedo creer lo que voy a hacer. Empiezo a moverme lenta y sensualmente, de algo sirvió las clases de baila sola que di en Barcelona. Me muevo en un vaivén de caderas, cierro los ojos y pienso en Mateo. Mi inspiración. Quien sacó mi lado malo y quien me convirtió en quien soy. El padre de mis hijos, el hombre al que amo...

Michael: perfecto señorita. -Dice ajustándose los pantalones del cual sobresale un bulto- empieza a trabajar esta noche

Karen: ¿ya?

Michael: si...

Karen: pero no tengo ningún atuendo ni nada

Michael: ¿tienes tangas y lencería fina?

Karen: sí...

Michael: eso valdrá. Le espero, señorita

Karen: Don... Michael. -Digo interrumpiendo su paso- a este antro suelen venir conocidos míos, no me gustaría que supieran quien soy

Michael: si quiere... Puede llevar un antifaz del mismo color que la lencería, a los hombres le da morvo saber quién se esconde tras el antifaz

Karen: muchisimas gracias

Michael: hasta dentro de una hora, señorita

Tengo una hora para llegar a mi casa, prepararme, ir a casa de mi madre y volver a venir. Al salir veo a Mateo esperándome apoyado al coche de su padre

Mateo: ¿qué tal ha ido?

Karen: mejor ni te cuento. -Entro en el asiento del copiloto y miro a los niños que duermen en sus sillas-

Karen: ¿llevan durmiendo todo el rato?

Mateo: no, antes me dieron un poco de trabajo por que los dos lloraban y no podía atenderlos a la vez. -Le sonrió-

Karen: es la primera vez que nos vamos a separar de ellos

Mateo: sí... Pero menos mal solo serán por las noches. -Suspiró-

Karen: trabajo esta noche, así que mejor que nos demos prisa

Conduce hasta casa, recojo algo de ropa y después a dejar a los niños a casa de mi madre. Miro a Mateo, puedo ver que está horriblemente fatal, no me ha dedicado una mirada en todo el camino

Karen: ¿qué te pasa?

Mateo: es difícil... -Dice aguantando una lágrima- hemos pasado de tenerlo todo ... A nada

Karen: ahí te equivocas. Tenemos un matrimonio y dos hijos preciosos

Mateo: es verdad... Pero, ¿cómo voy a poder verte en lencería, mientras 30 tíos te babean y te meten dinero dentro de la tanga?

Karen: es esto o perderlos... -Digo mirando por la ventana- ¿prefieres que nos los quiten?

Mateo: no...

Karen: pues hay que acarrear con ello. -Suspiró- déjame en la parte de atrás. No quiero que nadie me vea a llegar

Mateo: vale... -Da la vuelta y aparca en la puerta trasera- ten cuidado, estare entre el público. -Doy un suave beso en sus labios-

Karen: te quiero

Mateo: y yo

Salgo del coche con la cabeza baja. Sostengo un bolso en donde guardo la lencería

Michael: por fin llegas, estamos a punto de empezar. Cambiate en el baño. No tardes

Karen: vale, lo siento

Entro en el baño. Un baño pequeño pero con un espejo de cuerpo entero. Empiezo a desnudarme. Me miro en el espejo y suspiró. No quiero hacerlo. Debo hacerlo. No hay vuelta atrás. Me pongo la tanga de encaje en color blanco y un sujetador del mismo color. Pensé en mi tatuaje, en que podrían saber quien soy por él, entonces cogí tambien una pequeña camisa de lencería. Unas medias a medio muslo en blanco con un encaje provocador que cubría mis piernas. Me miré tres veces más. Parecía una p*ta. Solo me exhibía de esta forma con Mateo, y ahora a toda una discoteca. Acaricie mi tatuaje, el tatuaje que me unió a Mateo

Karen: lo siento... -Susurro bajito y guarde toda mi ropa dentro del bolso. Suspire suavemente. Me coloqué un pequeño antifaz y salí-

Al salir a mi plataforma las luces me cegaron. Tres seguridad me ayudaron a llegar hasta una especie de mesa redonda con una barra de streep tease y subi en ella. No había empezado a bailar y ya varios hombres me miraban espectantes... A la derecha, en una de las sillas, Mateo me miraba mordiendose el labio del rencor que suponía que yo estuviera ahí, a merced de que cualquiera de ellos pudieran tocarme

Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now