-Capítulo 42-

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-Narra Karen-

Julen no respondió a lo que dije, sino que empezó a caminar lentamente por todo el enorme salón con su copa en la mano. Yo no sabía bien que hacer, así que me quedé mirando por la ventana.

Julen: Karen -Dijo en un momento- ¿Quieres más vino? -Asentí. Se acercó a mí y llenó la copa hasta arriba. Después pasó su mano por mi cuerpo- ¿Vamos a la habitación?

No quería, pero era para lo que había ido. Me sujetó por la cintura y caminó conmigo por un largo pasillo hasta una habitación con una puerta blanca, abrió y se sentó en la cama. Era una habitación preciosa, con un ventanal enorme y decorada con figuras negras. Una de ellas, la única que no era negra, captó mi atención

Julen: Es de porcelana... -Susurró al ver que no le quitaba ojo-

Karen: Es preciosa...

Buscaba la manera de evitar hacerlo con él. Pero el no estaba por la labor, se había tomado 3 copas más en lo que yo terminaba la mía y según terminé la enorme copa que tenía y un ligero mareo rebotó mi cabeza... Era la hora.

-Narra Mateo-

Corri hasta la casa de Julen, había dejado los pulmones por el camino pero eso no iba a frenarme. Toque al timbre, a la puerta...

Mateo: ¡Julen! ¡JULEN! sé que estáis ahí. ¡Julen!

No escuchaba nada, así que di la vuelta alrededor de la casa en busca de indicios de que alguien estuviera ahí, pero todo apuntaba a que no. Aún así segui gritando durante un largo tiempo y, al fin, me sente en la acera llorando.

Mateo: ¡Mierda! ¡Karen!...

Todo se me torno a negro en un segundo, no los encontraba y el miedo invadía mi piel, ¿Quién estara ahí para cogerme la mano ahora? La había vendido. El poco valor que me quedaba se consumio en ese instante

-Narra Karen-

Vi como Julen dejaba su copa en una mesa y se levantaba para caminar hacia mí. Retiró mi copa ya vacía y me pegó a la pared. No podía respirar, la presión me podía. Sus ojos estaban clavados en los míos y pedían a gritos que empezara ya

Julen: Me alegro de que tu marido haya aceptado... Esto era lo que yo llevaba deseando hace tiempo... -Su mano vagó por mi trasero, pegándome mucho más a él mientras yo evitaba que una lágrima rodara por mi mejilla-

Por mas que intentara pensar en Mateo me era imposible, asimile el hecho... Me iba a acostar con Julen esa noche, después, nos olvidaríamos de eso y Mateo y yo seguiríamos nuestra vida con normalidad. Lo había prometido. Asi que cuando sentí mi traje desabrocharse, tome mi propia iniciativa y empece a desabrochar su camisa. Cada vez que desabrochaba un botón lo odiaba mas, pero era su putita, no podía negarme

Julen: Estás perdiendo la vergüenza, ¿Eh?

Karen: Es para esto para lo que he venido -Mi voz sonaba quebrada-

Julen: Muy bien... -Susurró y se acercó a mis labios y me besó con lujuria. Incómodamente mi traje cayó al suelo junto a su pantalón y me levantó del suelo bruscamente empujandome contra la cama, caí debajo. Él no dejaba de besarme, le seguía el juego pero mantenía mis manos apoyadas en el colchón. Maldije la idea de no ponerme el bracier de broche y ponerme el de gel, fue más fácil para él quitarlo. Solo hizo un suave movimiento sobre él y lo lanzó lejos. Sus dedos recorrieron mis pechos, jugaban con ellos y después lo hicieron sus labios y su lengua. Me mantuve quieta, agobiada e intentaba mantenerme sin expresión. Su mano entró dentro de mi tanga de encaje negro y me miró a la cara- Estás tensa... -Admitió mientras acariciaba mi intimidad- Ya hemos hecho esto otras veces, relájate.

Karen: Es incómodo...

Julen: Déjate llevar, sólo será un rato... -Metió dos dedos dentro de mí y suspiré- ¿Ves? No te desagrada tener sexo, lo haces amenudo... Lo que hoy lo harás con otra persona.

Estaba intentando relajarme, por lo que podía ver. Volvió a meter sus dedos pero esta vez más fuerte y empezó a aumentar la velocidad. Me sentía agitada, aguantaba lo que podía. Por más que me gustara mantener relaciones sexuales, sólo lo hacía con Mateo. Él siguió la agitación de mi respiración mientras se mordía el labio. Cuando sacó sus dedos de mí, se los llevó a la boca, no pude evitar sacar una mueca.

Julen: No sabes cuanto extrañaba tu sabor... Me he acostado con bastantes mujeres pero ninguna sabe cómo tú.

Besó rápidamente mi intimidad y luego hundió su lengua en ella. Yo clavé mis uñas en la almohada y evité decir nada, por mucho que no quisieras tener nada con alguien, cuando eso pasaba... Llegaba el descontrol. Aún así aguanté, suprimir los gemidos me hacía sudar y moverme algo incómodo por la cama. Él rió cuando terminó. Lo miré exhausta.

Julen: ¿Por qué no gritas?

Karen: No... Quiero... –Afirmé-

Julen: Venga, no mientas... Ambos sabemos lo mucho que te gusta gritar –retiro su bóxer y puso sus dos manos a cada lado de mi cuerpo, me miro decidido- me exita mucho verte tan inofensiva... -su dedo corrigio una pequeña lagrima de la presión- hazlo

Karen: ¿el que?

-Narra Mateo-

Me había dado por vencido, hice una ultima llamada a Julen que tampoco respondio y suspire. Karen no sabia lo mucho que sentía todo lo que había pasado y el peso de la culpa me estaba empezando a doler... No sabia bien que iba a hacer, pero pronto se me ocurrirá algo

Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now