-Capítulo 36-

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Parecía todo tan perfecto después de esa conversación, que nunca hubieramos pensado que las predicciones de Mateo podrían hacerse realidad... O algo por el estilo. Habíamos vivido con el poco dinero conseguido durante dos semanas, tener dos hijos eran muchos gastos. Aún teníamos guardados algo así como mil pesos en el fondo del armario, metidos en un sobre, dentro de un bolso, bajo una chaqueta... Las precauciones que habíamos tomado eran máximas, jamás creí que tendríamos miedo a vivir en nuestra propia casa. Durante esas semanas me había levantado en la noche por ruidos que yo sola escuchaba, y haber encontrado la ventana abierta. Mateo, en su venta de marihuana había fracasado, estábamos fuera de temporada y las tres plantas que había conseguido habían marchitado menos una que resultó ser macho y vendió por muy bajo presupuesto. Jamás creímos que llegaría ese día... Hasta que llegó.

La puerta sonó bruscamente a las siete de la mañana, Mateo se despertó enfurecido mientras yo seguía acostada bocabajo. Escondí la cabeza bajo la almohada para evitar sonidos externos. La voz de Mateo me despertó media hora después, a gritos, a golpes... Abrí mis ojos para mirarlo y lo vi batiéndose a puñetazos contra el armario, hasta que la puerta de este no resistió otro golpe y se rompió

Karen: ¡Mateo! -Dije sujetándolo de sus golpes por la espalda- ¡Para! -Sujetó mis manos y giré sobre él, hasta quedar cara a cara. Vi sus ojos, estaba roto-

Mateo: Nos desahucian si no pagamos quince mil pesos antes del próximo mes... El asistente social dice que si no saldamos las cuentas o conseguimos otra casa... -Su voz se quebró. Dejé de mirarlo y me deslicé hasta caer de culo en el suelo... Se los llevarían. Él siguió metiendo patadas y gritando de un lado a otro mientras yo me dejaba el alma en sollozos. No conseguiríamos quince mil pesos ni vendiendo un riñón- Karen... -Dijo, sus manos sangraban por muchas partes- Debes volver al club, aunque me muera de dolor, al menos podremos coger un piso

Karen: Hoy mismo estaré ahí

Así fue, cogí todas mis cosas y después de rogarle a Michael y enseñarle mi gran dominación en la barra americana. Me aceptó, devuelta desde el principio. Lo que me prohibió fue la mascara, así que bailaría tal cual, todos me verían la cara y eso no le gustó a Mateo, ni a mí.

Empezaría esa misma noche. Ya estaba totalmente preparada para ello. Desde que entré en el club a las 9 y salí a las 5 estuve lo más preparada posible.

Llevaba un corset a medio cuerpo que me había dado Michael, me molestaba hasta respirar con él. Después llevaba una especie de tanga brasileña con mucha purpurina que picaba, pero me la puse y me aguanté. Despeluse mi pelo y salí a ese lugar donde todos los hombres, salvo uno, me miraban deseosos. Mateo solo se mantenía en la esquina, como aquella vez... La barra se me hacía corta, me movía como si la vida me fuera en ello... Y me iba. No me reconocía ni a mí misma con tantas vueltas, todos se acercaban a darme dinero. Tenía bastantes billetes pero no me quería ir a casa con $1000, así que bajé de ese sitio, haciéndome paso entre los hombres y baile con algunos, sin darles la posibilidad de rozar con sus manos ninguna parte de mi cuerpo, a no ser que fuera para colocarme algo más de dinero y como en un dejavú, cuando llegué al final de todos, ahí estaba, riéndose mientras me miraba , decidí dar marcha atrás y seguir bailando con unos que venían de una despedida de solteros. No pude, él era muy rápido.

Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now