-Capítulo 40-

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Eran las 9:30, me había duchado y puesto un traje rojo que tenía la espalda abierta y me llegaba a medio muslo, fue un regalo de mi madre cuando me casé y unos tacones negros. Me recogí el pelo en un perfecto tupé. Mientras me maquillaba me estaba dando cuenta de que era una locura, me iba arrepintiendo. Cuando salí de la habitación, fui a la habitación de mis hijos, besé en la frente mis hijos y bajé las escaleras vi cómo Mateo me miraba espectante, de pie al lado de la escalera. Se llevó las manos a la cara y se secó las lágrimas.

Mateo: Estás.... Estás preciosa -Dijo mordiéndose el labio de rabia- Hacía tiempo que no te veía así... Y que este sea el motivo me... Lo siento.

Las lágrimas corrían por su cara, terminé de bajar las escaleras y me posicioné delante de él. Acaricié su cara y le besé. Pasó sus manos tras mi espalda y permanecimos así unos segundos, juntos. Al menos cuando estuviera allí, con Julen, lo recordaría a él.

Karen: Te amo... -Le susurré y escuché sonar el claxon del coche de Julen-

Mateo: Y yo a ti... -Suspiró- Si ves que no puedes...

Karen: Te llamo y me haces un striptease por videollamada -Dije sonriente, quería quitarle plomo al asunto. Él soltó una sonrisa que duró poco. Volvió a sonar el claxon- Adiós...

Mateo: Adiós, mi vida....

Supe que cuando saliera de mi casa y cerrara la puerta iba a desplomarse. Cuando cerré estuve varios segundos esperando a escuchar su voz, un sollozo... Pero como no lo escuché, seguí caminando hasta el coche de Julen que me apuntaba con las luces, pero el estaba fuera, apoyado. Me abrió la puerta del coche con una sonrisa y entré triste. En lo que él tardaba en entrar al coche, vi la cortina de mi casa correrse y la cara de Mateo apareció entre ellas. Levanté mi mano temblorosa y él hizo lo mismo, una pequeña sonrisa sin ganas de despedida y Julen entró en el coche.

Julen: Me has hecho caso a lo de ponerte guapa... -Susurró-

Karen: Sí...

Sonrió y arrancó el coche. Me miraba mucho y me daba pudor, pero no era para menos, esa noche, por mucho que no quisiera iba a ser suya. Vi pasar su casa de lejos.

Karen: ¿A dónde vamos? -Dije dubitativa-

Julen: No pensarás que te he pedido que vinieras guapa para ir a mi casa...

Karen: Pues sí...

Julen: Te equivocaste...-Dijo sonriente-

Karen: ¿Y a dónde vamos?

Julen: Vamos a movernos un poco, te quiero enseñar algo...

Karen: Ah, esta bien...

No, no estaba bien. No quería saber que era, quería volver a mi casa y acostarme en el sillón junto a Mateo

Julen: ¿Qué tal están tus hijos? -Dijo de repente. Me extrañó-

Karen: Muy bien... Ya estan dando sus primeros pasos -Inconscientemente saqué una sonrisa recordando en la felicidad que nos dio a Mateo y a mí verlos dar sus primeros pasos. Recordé cuando Mateo me pilló con el cojín en el estómago...- Julen: Vaya... ¿Y qué haces cuando no estás con ellos?

Karen: Pensar en ellos...

La conversación se estaba tornando a agradable, había olvidado por completo qué hacía ahí, llegué a pensar que era mi amigo... Pero no lo sería después de la primera copa.

Julen: ¿Has pensado en volver a trabajar en una empresa inmobiliaria?

Karen: Ni en sueños...

Julen: ¿Y a qué te quieres dedicar entonces? -Me encogí de hombros. A todo menos a gestor de inmuebles-

De pronto aparcó el coche en un chalet enorme.

Julen: Hemos llegado, es mi nueva casa.

Karen: ¿Te has mudado?

Julen: No, tengo dos -Se rió y ambos bajamos del coche, él se acercó a mí y me condujo por los alrededores- El jardín, es de 20 metros cuadrados, está decorado estilo Chill-out, con algunas estatuas importadas de Tailandia. Hay un banco de madera traido directamente de Roma -Dijo señalándolo- Las luces son LED, hay una a cada metro y medio. En el jardín trasero hay una piscina climatizada y un pequeño sauna -Se adentró en la casa por una puerta de madera con picaporte dorado. Nada más entrar se sirvió una copa de vino- ¿Vino? -Asentí, algo debería de tomar para asimilar lo que iba a hacer. Me dio una copa y siguió caminando- Este es el salón, sillones en L con auténtica seda azul afgana. El piano es un obsequio de un antiguo cliente...

Karen: Julen, ¿A qué viene todo esto? –Julen sonrió y se acercó lentamente a mí-

Julen: te responderé mas tarde, pero antes, besame –retrocedi un paso y el estallo en una risa forzada- es el trato... sino, no estarías aquí. Hazlo –dijo y se pego a mi-

¿Por qué no lo hacia el? Trague saliva y después de asimilarlo, no habría escapatoria, me acerque lentamente a el y le bese

Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- FanfictionWo Geschichten leben. Entdecke jetzt