-Capítulo 70-

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Mateo: ¿Quieres que vayamos a casa? -Dijo bajando su dedo por mi cuello-

Karen: Creo que ninguno de los dos estamos en condiciones de coger un coche...

Hizo una mueca en su cara y miró hacia la puerta de la zona VIP que permanecía cerrada desde hacía tiempo. Después volvió a mirarme y bajó con sus dedos hasta tocar el encaje de mi sujetador.

Mateo: Aquí podemos...-Susurró inquietante. Ya sabía de lo que hablaba, sabía que estaría mal pero estaba tan piripi que me importa una mierda- Bueno, siempre y cuando tú quieras...

No me dejó responder en ese momento, pasó sus labios por los míos y una corriente enorme recorrió todo mi cuerpo. Tomé iniciativa y me recosté en el sillón, él se quedó pensativo.

Karen: Vamos... -Susurré mientras con mi pie acariciaba su entrepierna-

Lo vi sonreír malicioso y se abalanzó sobre mí, pegando todo su cuerpo al mío. Extrañaba sus labios, pero no habían cambiado nada. El temblor de mis piernas seguía ahí cuando él me tocaba. Empezó a besarme deseoso, con lujuria... Mientras sus manos buscaban inquietantemente el broche de mi traje, veía su rostro brillar cuando las luces le daban directamente a la cara. Su mano se aventuraba bajo mi traje mientras rozaba con sus dedos bruscamente mi intimidad. Cuando consiguió desabrochar mi traje miró a mi cuerpo, se mantuvo mirándolo durante un rato y pasó lo inexplicable, su mano rozó con cariño mi tatuaje y dio suaves besos en él hasta llegar a mis pechos. Me preguntaba el por qué había desaparecido ese alma fogoza que tenía al principio al que le faltaba arrancarme el traje a tirones. Aún así no dejó de hacerlo, se deshizo de mi sujetador y pegó su cuerpo al mío, hasta poder sentir cada latido de su corazón bombear en mí. Volvió a besarme mientras acariciaba suavemente mi cuerpo con sus manos. Desabroché su cinturón y él se hizo cargo de retirar el pantalón. Rozó de nuevo mi intimidad con sus dedos y lentamente empujó su erección dentro de mí. Solté un pequeño gemido, mientras él hundía sus labios en mi cuello, pasé mis manos tras él y acaricié sus bíceps, su espalda y su perfecto abdomen mientras él seguía besando mi cuello. Empujaba una y otra vez dentro de mí, yo suspiraba con gran fuerza cada vez que lo hacía y reconocí la sensación. Reconocí el sentimiento que había puesto en ese momento al besarme en los labios y las suaves sacudidas que daba dentro de mí. Reconocí sus manos viajeras por mi abdomen y la mirada suave que se formaba cada vez que miraba hacia mí. Hablando mal y claro, Mateo no me estaba follando, me estaba haciendo el amor.

Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now