La Poción de Circe (Percico)

II. Destruyendo cabañas

Entró a la enfermería encontrándose a Nico sentado y Will buscando algunas hierbas entre unos frascos.

— Hola Nico.
— No me hables. —respondió de forma seca.
Se miraron, o eso planeaba Percy. Nico sólo mantenía la cabeza baja con el sonrojo en todo su rostro tratando de cubrirse.

— Bien Nico, te daré un frasco con hierbas. Huele horrible pero te servirá para las náuseas y el dolor.
— Ya te dije que sólo me sentí mal en ese momento. Estoy bien Will.
— Hijo de Hades prevenido vale por dos. —sonrió entregándole un frasco de vidrio con un color azul verdusco.
Nico lo olfateó e hizo una mueca de asco, alejando el vaso.— Huele asqueroso, no lo tomaré.
— Vamos Nico. —agregó Percy.— Es por tu bien.

El hijo de Hades frunció el ceño y de un sorbo se bebió todo el líquido, después de unos segundos le dieron algunas arqueadas en su espalda del asqueroso sabor que tenía aquel brebaje.
— Bien hecho Nico. —sonrió el rubio, extendió su mano dándole una paleta al menor.— Fuiste muy valiente.
— No necesito regalos para niños. —miró la paleta de nuevo y la tomó gruñendo.— Aunque esta vez la aceptaré.

Will asintió y salió de la enfermería despidiéndose de Jackson y Di Angelo. Con la instrucción de que en 10 minutos podrían salir y continuar con sus actividades diarias.
Se quedaron en la enfermería, Nico sentado y Percy parado a su lado, no se miraban, era incómodo.
— Y, dime sombritas. —el ojiazul tomó la iniciativa.— ¿Qué tal estuviste anoche?
— Dormí muy bien. Nunca me había pasado.
— Qué curioso, me pasó lo mismo.
Nico asintió sin tratar de continuar la conversación.

Pasaron los 10 minutos y ambos salieron de la enfermería. Se fueron por distintos caminos; Nico evitando a Percy y Percy buscando a Annabeth porque ya no estaba en la mesa comiendo.

Se acercó a su mesa con la comida y dio su ofrenda como era lo típico.
“Dame una pista de lo que está pasando, aunque sea muy pequeña. Quien sea.”
La puso en el fuego formando una columna más alta, se sentó en su banca y miró de lejos a Will y Annabeth hablando animadamente.
— ¿Qué está pasando? Por los dioses, todos hoy están actuando muy extraño.

• • •

Llegó el atardecer y Quirón reunió a todos frente al bosque. Sería otro juego de atrapar la bandera.

— Ya lo saben, las armas mágicas de todo tipo están permitidas. Pero esta noche será especial porque tendremos invitados.
De detrás de él salieron Hazel, Frank y Jason. Todos gritaron de alegría por su visita y Quirón dio la orden para formar los equipos.
El rojo quedó de la siguiente manera:
Atenea
Hécate
Némesis
Ares
Niké
Hermes

Y el azul:
Poseidón
Zeus
Hades
Apolo
Hefesto
Afrodita

— No es justo. —se quejó Clarisse.— ¡Ustedes tienen a los tres grandes!
— Oh vamos Clarisse, ¿Te vas a dejar intimidar por unos renacuajos? —comentó detrás de ella uno de sus medios hermanos, Clarisse negó su cabeza volviendo a su aura guerrera.

Se colocaron separados para formar la estrategia, esta vez Annabeth era del equipo contrario. Percy seguía extrañado, ¿Qué le pasaba que no lo quería ni ver?
Entre todos nombraron a Jason capitán del equipo y Percy el co-capitán, tendrían que tener una buena estrategia pues Frank estaba en el equipo contrario. El rubio tomó una rama y trazó círculos y cuadrados sobre la tierra.
— Bien, pondremos la bandera sobre las rocas altas. —señaló la zona rocosa.— La cabina de Apolo estará siempre vigilando por la zona de la bandera. Afrodita y Hefesto formarán una barrera de defensa en los límites de la segunda zona.
Trazó otra línea marcando la segunda zona (mas bien una capa de seguridad por guerreros).
— Zeus y Poseidón seremos la ofensiva, Hades será nuestra última arma de defensa ya que son dos hijos. —miró como Hazel abrazaba a Nico después de llevar tiempo sin verse, alzó la mirada a su equipo.— ¿Alguna pregunta?
Drew levantó la mano.