Día 01: Llovizna

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Iniciando un nuevo desafio, que espero cumplir mucho mejor que el del año pasado.

¡Empecemos!

...

Día 01

Llovizna

˙·٠•●Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ ●•٠·˙

Adrien sabía que, aunque la fidelidad con su querida compañera de aventuras había empezado en la Torre Eiffel, fue en el colegio Dupont, bajo la lluvia de verano, que ambos conectaron por primera vez.

Es por eso mismo que también en un día de lluvia, en las escaleras del mismo colegio, en el mismo lugar donde sus miradas se habían conectado, le había pedido que sea su novia ante el vitoreo de algarabía de sus compañeros que, al parecer, esperaban que eso sucediera hace algún tiempo.

Rio ante el recuerdo de su poca visión, de su competencia consigo mismo, llamando la atención de la chica que se ocultaba bajo el paraguas oscuro que él sostenía.

La lluvia que azotaba sobre París se había convertido en una leve llovizna y, armándose de valor, la había invitado a recorrer las calles.

Marinette, sumamente intrigada, se sostenía del brazo de su novio sin poder entender por qué, después de una vuelta a la manzana, habían terminado en las escaleras de su antiguo colegio, del cual se habían graduado algunos años atrás.

El joven se soltó para pasarle el paraguas a ella y deslizó su mano izquierda con sus cabellos, muerto de los nervios.

—¿Adrien? —preguntó finalmente, la chica de cabellos azulados— ¿Sucedió algo?

—Sí —afirmó con voz robótica, provocando que los sentidos de alerta de su compañera se encendieran.

—¿Qué? —preguntó con impaciencia. Adrien se encogió de hombros, pues sabía perfectamente que, si no hablaba rápido, Marinette empezaría a imaginarse miles de escenarios, tan catastróficos como el poder de su Kwami, Plagg. Por eso, tomó aire y simplemente lanzó la frase.

—¡Cásate conmigo! —exclamó, apretando los ojos y los puños a la vez. Abrió el ojo derecho al no obtener respuesta y vio a la chica de ojos celestes con la mirada baja— ¿Marinette?

—¿Es verdad? —preguntó volviendo a mirar a su novio, con los ojos llenos de lágrimas— ¿De verdad, quieres casarte conmigo? —cuando Adrien afirmó, el paraguas salió volando cuando la chica lo soltó para colgarse del cuello de éste, llenándole la cara de besos— ¡Claro que sí! —dijo mirándolo fijamente, cuando él la tomó de la cintura para afirmarla a su cuerpo— ¡Ni loca te dejo ir! —la sonrisa tan resplandeciente de esa chica, hizo que el corazón del rubio aumentara sus palpitaciones. Realmente la amaba y esperaba que la felicidad que había conseguido a su lado, nunca los abandonara.

—¡Lo arruiné todo! —protestó consigo mismo, bajando a su ahora prometida con delicadeza. Se acercó hasta el paraguas y con rapidez, volvió hacia ella para cubrirla, ante la mirada confusa de Marinette.

—¿No ibas a pedirme eso? —ladeó la cabeza y lo vio revisar el interior de su chaqueta, de donde sacó una pequeña cajita. Ahí entendió el problema—. Oh, ya veo... pero no te preocupes —extendió su mano izquierda hacia Adrien—, sabes que estaría encantada de recibir otra vez tu proposición.

El de ojos verdes negó con la cabeza suspirando por la chispeza de las palabras de su lady, pues había hecho que todos sus reproches por haberse equivocado, quedaran olvidados.

—Entonces... —acomodó su voz y abrió la cajita frente a ella, mostrando un bonito anillo de plata con una brillante piedra aguamarina—... Marinette Dupain-Cheng, ¿aceptas a este intrépido hombre como tu leal gato, para protegerte con cada una de sus vidas, por el resto de la tuya?

Marinette no pudo evitar reír por aquella proposición. Definitivamente, la segunda seria su favorita por siempre.

—Por supuesto —afirmó, ladeando la sonrisa—, ¿qué sería de esta Catarina sin su gato protector? —la respuesta emocionó al muchacho y más por las palabras usadas. Le encantaba como se complementaban.

—¡Bien! —tomó el anillo y guardó la cajita de nuevo en su bolsillo, para luego, tomar con delicadeza la mano de su prometida—. Sé que no te gustan las cosas ostentosas porque tienes miedo a perderlas, así que escogí un anillo sencillo para que te sientas cómoda y que tiene una piedra que, además de recordarme tu mirada, es símbolo de protección... —terminó de colocar el anillo con una sonrisa—... que es lo que más deseo en la vida.

Marinette, esta vez, no soltó el paraguas. Se protegió de la vista de los transeúntes que iban y venían con apuro producto de la llovizna, para besar en los labios a su prometido.

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El rinconcito de quien escribe:

Como verán casi todos los drabbles son autoconclusos y serán mayormente después de la revelación de identidades. Para hacerlo más divertido xD

Recuerdo que la lista pertenece @Natsumi_Niikura de Twitter.

Nos leemos mañana en: Jardín.

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01 de Octubre 2019

Miraculous: Fictober 2019Where stories live. Discover now