Día 02: Jardín

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¡Un nuevo día, un nuevo drabble!

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Día 02

Jardín

˙·٠•●Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ ●•٠·˙

Marinette, aprovechando la cálida mañana de primavera que había en París, había decidido trabajar en el pequeño jardín que tenía en su balcón. Apoyada por su Kwami, Tikki, vistiendo un delantal rosado y unos guantes blancos, fue podando y cambiando la tierra de sus macetas. De paso, se dio el tiempo para trasplantar un par de claveles que habia comprado con sus ahorros.

Le gustaba poder disfrutar de la decoración de cada uno de los pequeños espacios de su balcón, pues ahí podía refugiarse de todo el mundo.

Bueno, no de todos.

Porque había un sujeto que solía frecuentar su balcón. El mismo chico en traje de superhéroe con temática felina que se encontraba parado en el borde de la protección, con toda la intención de asustar a la dueña del lugar.

Marinette ya lo había sentido, pero decidió ignorarlo mientras seguía regando sus plantas con el spray de su botella llena de agua.

Cuando Chat Noir estaba a punto de poner sus garras sobre los hombros femeninos, ésta giró rápidamente para apuntarle con el rociador varias veces, pero grande fue su sorpresa al ver que el rubio leyó su jugada, cubriéndose del agua con sus manos.

—¡Rayos! —protestó.

—Ya no caigo en tus trampas —contestó, moviendo su mano derecha frente a él, en señal de negación y consiguiendo que la chica frente a él, frunciera el ceño con molestia —¿Arreglando el jardín?

—Así es —respondió cortante, mientras se acercaba al macetero de rosas rojas para rociarlas —. Es pequeño, pero me gusta.

—Es chico porque quieres —ante aquella frase, la de coletas volteó confundida y se encontró al superhéroe con una enorme sonrisa en sus labios —. Sabes que si me aceptaras, podría hacer de tu balcón, un verdadero jardín.

Marinette se cruzó de brazos y lo miró de arriba abajo.

—¿Para qué después digan que soy una interesada? —sacudió su mano derecha frente a ella y luego la volvió a ocultar en el cruce de brazos —. No, gracias.

—¡Marinette! —protestó, alineando los hombros, pero sin conseguir más palabras de la chica.

—Tu guardaespaldas está buscándote en la plaza. Deberías irte —comentó, mientras le echaba agua a sus claveles.

—Tomaré nota —dijo, preparando su bastón para abandonar el balcón.

—¿Nota?

—Sí —afirmó —. De las cosas que haremos a futuro —le guiñó el ojo —. Nuestra casa tendrá un hermoso jardín —y sin darle tiempo a protestar, lo vio saltar hacia otro tejado para volver al parque.

Lo observó juntarse con su guardaespaldas en la plaza, pero antes de que el rubio entrara al auto, pudo notar como su mirada verde la buscaba con esa sonrisa que tanto la irritaba, le lanzaba un beso y luego entraba en el transporte que lo llevaría a la mansión.

Marinette suspiró derrotada, con las mejillas tan rosadas como los claveles de su jardín.

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Nos leemos mañana en: Tabique

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02 de Octubre 2019

Miraculous: Fictober 2019Where stories live. Discover now