Luego de sostener una breve conversación con la señora Jessner, tú le das las buenas noches, agradeciéndole además por la hierbaluisa que te ofreció justo antes de retirarte de su departamento.
En cuanto subes al quinto piso, te sorprendes de encontrar allí al señor Ruiz, quien parece encontrarse un tanto nervioso.
— ¡Buenas noches...! — te dice—. Lamento decirle que esa caja no es el paquete que yo estaba esperando...
— ¿No lo es? Entonces de seguro le pertenece a la señora Muñoz...
—Sí, pero...Acabo de darle un vistazo, y usted no me va a creer que es lo que hay adentro...
— ¿Qué es lo que hay en esa caja? —preguntas, llena de curiosidad.
—Una muñeca...Y no hablo de una muñeca tipo Barbie, sino de una de esas de porcelana que parecen pequeñas personas. La verdad es que a mí me dan un poco de grima...
—A lo mejor la señora Muñoz las coleccionará...
— ¿Cree que debamos llevársela?
Si lo crees así, lee la página #27.
Si prefieres dejar la caja en el quinto piso, lee la parte #60.
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Ojos de Cristal
Horror¡Qué muñequita tan preciosa era esa! Y esos dos ojos de cristal suyos casi parecían refulgir con un chispazo de vida propia...
