#140

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Paradójicamente, es durante ese breve período de tranquilidad que no puedes dejar de hacerte preguntas con respecto a Mariana, así como también los misteriosos sucesos que tuvieron lugar durante esa noche terrible en la que fuiste atacada por alguna clase de entidad monstruosa.

Aunque el sexto piso se encuentre actualmente completamente vacío, el recuerdo de aquel terrible ser sigue acechando tus pesadillas, haciéndote despertar en las madrugadas invadida por el terror.

Y es precisamente durante una de esas madrugadas durante las cuales tú te aventuras a ir hasta el departamento #601, atreviéndote incluso a llamar a la puerta:

—Mariana, ¿Estás allí?

Y desde luego, nadie te responde.

Ya no queda nadie allí.

Ni un alma, podría decirse.

Sabes que la única pista con la que cuentas para resolver tus interrogantes es la nota con la dirección que la señora Muñoz te dejó en tu cuarto de hospital.

¿Valdría la pena intentar llegar al fondo de este asunto? ¿O tal vez deberías dejar de entrometerte en asuntos que no te conciernen, tal como te lo advirtió la señora Muñoz?

Si vas a la dirección indicada por la nota, lee la parte #147.

Si decides no hacerlo, lee la parte #164.

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