Capitulo 3

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El auto entró por el gran portón de la mansión Carvajal. Alirio se detuvo frente a la entrada principal de la enorme casa y abrió la puerta para que Valentina bajara.

—Gracias, Alirio —dijo la menor.

—De nada, señorita —dijo el chófer sonriendo y cerrando la puerta tras ellas. Valentina se dirigía a la puerta cuando su caminar fue detenido por horrible sonido de llantas que se detienen velozmente tras ella moviendo un poco las piedras del piso, Valentina al girarse pudo no notar de quien se trataba y su semblante cambio a uno serio. Era Lucho que bajaba de un lujoso deportivo rojo descapotable, la puerta se abrían hacia arriba.

—Te dije que me esperaras, Valentina —dijo el tipo con prepotencia acercándose donde estaba ella.

—Déjame en paz, Lucho —le pidió  Valentina ya sin ganas de discutir.

—No, tu eres mi novia y yo debo estar siempre contigo.

—Seré tu novia, pero eso no te hace dueño de mi vida —dijo molesta —Ya te había dicho que Alirio iba a buscarme y llevarme al cementerio, no era necesario que fueras y además hacer un escándalo ahí, no lo puedo creer que vergüenza.

—Pues si me hicieras caso no pasarías vergüenza, yo tengo auto y puedo llevarte donde sea —dijo el chico.

—Que no entiendes que no quiero tenerte cerca, solo te aguanto por mi tío, pero hasta ahí —dijo tajante y se encaminó para entrar a la casa, pero fue detenida por Lucho tomándola del brazo con mucha fuerza.

—Tú eres mía, ¿quedo claro? —dijo mirándola con unos ojos llenos de ira y movía el brazo de la castaña bruscamente.

—Sueltame ahora mismo —ordenó.

—No lo haré hasta que hayas entendido que eres mía, solo mía y puedo hacer lo que quiera contigo —siguió moviendo su brazo con brusquedad, Valentina tenia los ojos cristalizados.

—¡Sueltala ahora mismo! —ordenó una voz masculina tras Lucho, al darse vuelta noto que se trataba de Guillermo, este soltó a la chica y ella al instante corrió tras su primo.

—Solo estábamos hablando, nada más —se defendió.

—Que rara manera tienes de hablarle —dijo, pero no le creía nada —Ahora será  mejor que te largues o llamó a seguridad para que te saque a patadas.

—Ya me voy —dijo, paso por al lado de Valentina y le sonrió con malicia como diciendo “esto no se queda así”. Se subió al auto, lo encendió y se marchó rápidamente.

—¿Te encuentras bien? —preguntó.

—Si, gracias —respondió mientras se acariciaba el brazo donde Lucho la había apretado con fuerza.

—¿Segura? —preguntó de nuevo al verla no muy convencida por la respuesta a su primera pregunta, esta lo miró y asintió —Bueno, entremos —dijo y los dos entraron a la gran mansión.

—Voy a bañarme —dijo la castaña y subió rápidamente por las escaleras al segundo piso, su primo se le quedó viendo extrañado.

Valentina entró a su habitación, dejó su bolso en la cama y se fue directo a la ducha, cerró con pestillo y comenzó a desvestirse, se sacaba la ropa lo mas rápido posible, sentía que le quemaba la piel, ya completamente desnuda se metió a la ducha y los que más lavaba la castaña era su brazo donde Lucho la había tomado, se sentía sucia, asco le daba al recordar como la tocó, tenía ganas de arrancarse la piel para no sentir aún el tacto de su novio, comenzó a llorar y sus lágrimas se perdían por el agua de la regadera. Estuvo unos minutos más en la ducha hasta que por fin se sintió bien, más tranquila, tomó su albornoz, se lo amarró y salió del baño a buscar ropa nueva.

Crazy in Love [Terminada] Where stories live. Discover now