Capitulo 32

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Valentina entró a su apartamento, dejó su bolso en el sillón y fue abrir el ventanal que daba hacia el balcón, se apoyo y miró la ciudad desde el último piso, era pasado el medio día, estuvo pensando en todo lo que sucedió el día anterior, más especifico la noche anterior, en que casi fue violda por segunda vez, de que Juliana la había salvado, de nuevo, dormir junto a ella que le hizo recordar la noche que tuvieron su primera vez; recordar y ponerse feliz al saber que ella y Norma eran sólo amiga, cuando la intentó besar y cuando Juliana la rechazo "como no te va a rechazar si tu misma rechazaste su amistad cuando te la pidió, que esperabas que te besara así sin más" decía pelando con su mente, mientras miraba al orizonte busco el collar para acariciarlo, pero no lo encontraba, tocó todo su cuello, no tenía el collar, tuvo una punzada en el corazón, comenzó a buscar por todos los lugares posibles, no lo encontró por ninguna parte, se tomó la cabeza desesperada, había perdido el collar, se sentó en el sillón resignada, una lagrima corría por su mejilla.

En la cafetería...

Juliana muy temprano estaba preparando chocolates y poniéndolos en diferentes moldes pequeños, habían con forma de nube, de osos, claveles, estrella de david, etc.

En eso llega Aris, la morena lo ve, lo noto algo cansado, el chico se acercó donde estaba Juliana.

—Llegaste 30 minutos tarde —dijo la morena.

—Si, lo siento —se disculpo —Ell auto de mi tío no funcionó, espere la bus y nunca pasó, así que tube que caminar desde mi casa hasta aquí, y por el camino hay muchos bares —relato.

—Ya no importa, lo importante es que ya llegaste —dijo la morena sonriendo.

—Gracias, iré a cambiarme —dijo, se dirigía a los vestidores, pero antes se detuvo y giro, se acercó donde la morena —Pase por al lado de un callejón que había cerca de esos bares y encontré esto —dijo y le mostró un collar —Creo que es tuyo, pero parece que no —le dijo al ver el mismo collar en su cuello.

—Es de Valentina —dijo, lo tomó —Seguramente se le perdió —dijo, pero sabía perfectamente por qué ese collar estaba en el callejón —Se lo entregaré cuando la vea —dijo, se lo guardo en el bolsillo.

La castaña miró la gran puerta que no había visto hace varios meses, hace meses que no veía a Silvina, solo hablaba con ella por teléfono y escasas veces fue a visitarla a su apartamento; el motivo de no ir a su antigua casa era no encontrase con su tío, pero el llamado urgente de Eva la hizo ir, por suerte ese día su tío no estaba.

—Que gusto de verla, señorita —dijo Alirio.

—Lo mismo digo, Alirio —dijo y le sonrió.

Camino hacia la puerta y la abrió, el lugar no había cambiado en nada, todo limpio en el mismo lugar, el comedor, la sala, la cocina, todo igual, subió por las escaleras, y se dirigió a su habitación, estaba limpia también, Silvina siempre la mantenía así por sí algún día querría volver, camino por toda su habitación, la extrañaba.

—Mi niña —dijo una Silvina feliz al verla, la castaña sonrió, y al acercarse la abrazo.

—Hola, Chivis —dijo —Te extrañado mucho.

—Yo también, mi niña —dijo, se separaron.

—¿Eva está? —preguntó.

—No, no se encuentra —contestó.

—Qué raro, me dijo que me quería con urgencia aquí —dijo la castaña.

—Ella me dijo que vendrías —dijo —Y me pidió que te entregará algo —la castaña la miró extrañada —Ven, sígueme —la ojiazul lo hizo y junto a ella bajo las escaleras hasta llegar a otra puerta que daba al sótano —Espereme aquí —le dijo, abrió la puerta y entró, unos minutos de espera y la mujer apareció con una caja —Tú hermana me pidió que te entregará esto.

Crazy in Love [Terminada] Where stories live. Discover now