Capitulo 10

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Eva estaba cenando, en eso bajó Guille y decidió acompañarla, la mujer comía, pero su mente estaba en otro lado.

—¿Todo bien, Eva? —le preguntó su primo sacándola de sus pensamientos.

—Si, todo bien —respondió, su primo la miró sin creerle —Solo tengo unos problemas con Cristóbal y ahora los cambios de humor de Valen —dijo —Es muy extraño lo que le pasa, hace unos días atrás estaba muy contenta, como nunca la había visto antes, y ahora…no se.

—Deberías hablar con ella.

—Si, eso haré después —dijo la mujer que siguió comiendo.

Eva se dio cuenta que su primo estaba bien arreglado.

—¿Vas alguna parte?

—¿Lo dices por la ropa? —Eva asintió —Pues si, voy a salir con alguien —dijo con una sonrisa.

—¿Y se puede saber con quien?

—Se cuenta el milagro, pero no el santo —contestó riendo —Aún no es nada serio, pero con la salida de hoy espero que lo sea —hablo esperanzado.

—Eso espero, eres un gran hombre, te irá muy bien en tu cita —dijo Eva acariciando su hombro, este sonrió.

Minutos después Guille terminó de comer al igual que Eva y se levantaron.

—Bueno, voy a terminar de arreglarme para irme o se me hará tarde —dijo el hombre.

—Ve tranquilo —dijo Eva, la mujer fue directo a la cocina, vio a Silvina que lavaba los platos y se acercó a ella —Chivis, podrías hacer un chocolate caliente para Valentina.

—¿Ya despertó? —preguntó Silvina.

—No se, supongo que aún no —respondió —Pero se lo llevaré yo, necesito hablar con ella.

—Bueno, se lo preparo en seguida —dijo la mujer.

Eva subió las escaleras con una bandeja donde llevaba el chocolate caliente y algunos pastelitos rellanos con manjar y otros cubierto con chocolate.

Llegó hasta la habitación de Valentina y tocó la puerta, como nadie contestó abrió la puerta lentamente y entró, vio a su hermana con el pijama puesto, sentada en su cama apoyando su espalda en el respaldo de esta, se había tapado con una manta, llevaba puesto unos audífonos conectados a su tablet, la ojiazul aún no se había dado cuenta que su hermana ya estaba dentro, Eva se acercó y dejó la bandeja en el mueble al lado de la cama, ese acto hizo que la menor se diera cuenta de su presencia, la ojiazul se sacó los audífonos y miró a su hermana, Eva encendió la luz de la lámpara y al ver a la castaña se dio cuenta que sus ojos estaban rojos por haber llorado.

—Te traje esto para que comas —dijo Eva.

—No tengo hambre —dijo sin ánimo y agachó la cabeza.

—Tienes que comer o te enfermas —le dijo Eva sentándose en la cama frente a ella —Además esos pastelitos los compró Chivis y se notan que están riquísimos —la castaña miro los pasteles, pero tomó la taza con el chocolate caliente y le dio un buen sorbo y lo volvió a dejar en la bandeja.

—Gracias —dijo la castaña con la mirada triste.

—No tienes que agradecer, eres mi hermana y me preocupo por ti —dijo, tomó su barbilla y la miró —No me gusta verte triste, ¿por qué llegaste llorando? —la castaña desvío la mirada y sus ojos comenzaron a cristalizarse al recordado lo sucedido en la tarde —No llores —coloco un mechón de cabello tras su oreja.

—Perdón —se disculpo mientras una lagrima recorrió su mejilla.

—No tienes por qué pedirme disculpas, solo quiero saber que te sucede —le dijo preocupada.

Crazy in Love [Terminada] Where stories live. Discover now