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Las diferencias biológicas han existido en la naturaleza desde sus inicios, aquella ley proclamada por la dominancia del más fuerte en una especie. Los cambia formas eran ese depredador Apex en el mundo.

Contar con uno en las unidades de policías era algo buscado y sumamente extraño al mismo tiempo, siempre queriendo tener esa superioridad física y la brutalidad que caracterizaban a esos seres. No había ningún alfa tan esrupido como para darle la cara a un portador y mucho menos a su lobo, era un deseo de muerte, todos lo sabían. 

El nombre de MinHo es conocido en las tierras oscuras, la historia de un lobo de ojos rojos como la sangre que tenía pocas ganas de dejarte vivir si le creas problemas, múltiples anécdotas contadas en las pandillas sobre las vidas que esos colmillos tomaron.

Tiene permiso de aniquilar, la ley consciente eso, la lucha por los derechos de los omegas llegó al punto de permitir que si un policía se enfrenta a esa situación puede eliminar al alfa como una manera de limpiar las calles.

Normalmente los alfas que están involucrados en violaciones no tienen pareja, o al menos no enlazada, de esa manera pueden saltar de víctima en víctima sin hacerle daño; un juego bastante sucio, a decir verdad. MinHo sabía de primera mano lo que podía llegar a pasar por la mente de esos depravados, como sin importar la salud del omega ellos la o lo marcan solo por mera cacería.

Por eso se encontraba ahí, caminando en su forma animal mientras a su lado ChangBin le contaba sobre cómo le había ido en la cita con su omega, un chico de hoyuelos y cabello con rulos.

ChangBin era aquel amigo de la infancia que siempre había estado ahí, las amistades entre alfas normalmente se rigen en quien tiene el poder sobre el otro, ellos seguían siendo los mismos cachorros que se perseguían mientras llovía y se tiraban pequeños palitos para hacer caer al otro en cólera. Estar sin ChangBin era como si caminara solamente con un zapato por un largo camino lleno de piedras, simplemente no funcionaba sin él.

— Puedes volver, creo que con lo de ayer nadie se acercará por aquí —murmura ChangBin comprando dos bebidas en la primera máquina dispensadora que encontró.

MinHo atendiendo a esa petición volvió a su forma humana, revolviendo su cabello y dejando escapar un bostezo.

— ¿Por qué me sacaste del departamento? Quiero dormir —se quejó aceptando la gaseosa que su amigo le entregaba.

— El crimen nunca duerme y ese omega me tiene de los nervios —responde Seo sentándose en el suelo.

— YongBok está más tranquilo, aunque mi departamento sigue apestando a sus nervios.

A pesar de que en verdad no podía sentir los aromas o sabores de las cosas su parte animal seguía percibiendo las feromonas de otros individuos, estando entrenado ya para detectar que feromonas son compatibles con un sentimiento o algo similar. Esa era la manera que tenía para cumplir con su trabajo.

Pasando ya una semana desde que convivía con ese omega se sentía una diferencia entre ellos, se comportan bastante más cómodos alrededor del otro, Bok era bastante animado en los momentos en donde no estaba pensando en el pasado.

— Su aroma es lindo. El tuyo sigue dándome jaqueca.

— No sé cómo es mi aroma, te pido perdón sin nada de culpabilidad —Lee se sentó junto a su amigo.

— Sabes que los cambia formas tienen aromas más fuertes...

— Me lo enseñaron en la escuela —comenta dándole un trago a su bebida— Con suerte recuerdo el aroma de mi madre. Recuérdame el mío.

— Madera y césped, creo que vienes con polen incluido porque me causas alergias —MinHo le pegó sin mucho cuidado en su hombro rodando los ojos por aquellas palabras.

Ambos se miraron a los ojos por unos segundos antes de echarse a reír, a pesar de ello una molestia en el pecho de MinHo logró que se detuvieran.

— ¿Has hablado esto con tu doctor? —Lee asintió manteniendo sus ojos cerrados.

— Mi salud es perfecta, mi lobo quiere vivir, su compañero lo está reclamando —habló con un poco de dificultad, esperando que el momento pasara— Y yo solo sufro las consecuencias.

Tiró de su cabello respirando profundamente en un intento de calmarse de una vez por todas, no se sentía tan mal como la semana anterior, pero sentirse así no era algo que desear.

— Ve a casa, hyung —demanda ChangBin con un tono de preocupación— Estarás mejor ahí. Ven, te acompaño.

ChangBin pasó uno de los brazos del mayor por sus hombros, empezando a caminar con este hacia su hogar. MinHo apenas podía mantenerse de pie correctamente.

— ¿No estaría mejor siendo Dante? —MinHo asintió, alejándose unos pasos de ChangBin para transformarse.

Aún de esa manera la costó mucho poder caminar y llegar al departamento, demorándose varios minutos más que de costumbre. ChangBin no se había alejado de su lado en todo el camino hasta al menos llegar al edificio del alfa.

Cambió de forma solo para poder entrar al lugar, abriendo la puerta y caminando pesadamente hasta el sofá en donde se dejó caer. Levantó la cabeza mirando hacia las fotografías que tenía, encontrando una en donde posaba sonriente junto a una chica un loco más baja que él, se cabello azabache y sonrisa brillante.

Sintió su lobo rasguñar el suelo en desesperación, otra vez podía sentir aquel lazo roto tirar fuertemente en otro intento para que deje de luchar.

— Déjame en paz, Luz —pidió encogiéndose en el sofá.

Un pitido se apoderó de sus oídos, el sabor metálico llenó su boca cuando mordió con demasiada fuerza su labio, el dolor en sus extremidades.

— ¿Hyung? —la voz asustada de YongBok apenas pudo ser escuchada por el alfa.

El omega había estado durmiendo hasta que bajos registros de llanto lo despertaron, cuando salió de su habitación y encontró al alfa tan débil en el sillón su sangre se heló. Corrió hasta el lado de MinHo, dejándose caer en el suelo pudiendo tomar el rostro del alfa para hacer que le mirase.

— Está bien, hyung, tranquilo —intentó tranquilizarlo mientras acariciaba el largo cabello del alfa.

La respiración del alfa seguía siendo bastante superficial, pero parecía estar mejorando a segundos. YongBok sin saber que hacer actuó instintivamente, siguiendo aquello que su omega le gritaba que hiciera: abrazar al alfa.

Pasaron varios minutos antes de que MinHo se encontrara mejor, pudiendo volver a respirar con tranquilidad y dejar de sentir ese dolor tan desgarrador.

MinHo se separó al poco tiempo del abrazo, mirando hacia abajo con resignación. No le gustaría admitirlo, pero su orgullo de alfa se acaba de ir por el drenaje al mostrarse tan débil frente al omega al cual se supone, estaba cuidando.

YongBok estaba preocupado, el lugar se sentía muy pesado por lo que había pasado y podía ver lo afectado que estaba el alfa por lo que pasaba. También estaba confundido ¿Qué tipo de mal podía dominar a un cambiar formas de esa manera? No cualquier cosa podía dejar a estos llorando como un cachorro necesitado de su madre.

Ojos llorosos, labios rotos, un delgado hilo de sangre escapando de estos y manchando la camiseta, un aroma más agrio en el ambiente además de la visible derrota que mostraba el mayor.

No entendía nada.

Necesitaba explicaciones.

Broken TieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora