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Al despertar lo primero que pudo notar fueron las paredes todavía blancas de su habitación, pero la presencia de un aroma extraño estaba invadiendo el espacio que normalmente es solamente suyo. Cuando intentó levantarse fue detenido por un par de brazos que lo retenían con fuerza por la cintura.

Analizó mejor la situación cayendo en cuenta que esos brazos le pertenecían a MinHo, al parecer en algún momento de la noche donde ambos cayeron dormidos volvieron a sus formas humanas cosa que descolocó un poco a YongBok ya que nunca había pasado antes.

¿Tan seguro estaba su lobo como para confía de esa manera en el alfa?

Intentó llamar a su lobo de vuelta, pero como de costumbres este se negaba a hacer un mínimo acto de presencia. Lo entendía, entendía que por ese pequeño animal de corazón puro él se encontraba bien, que ese ser mitológico lo cuidaba y se había sacrificado por él.

El que no recordara el dolor en los golpes que sus hermanos le daban a propósito, el que hubiera sanado tan rápido tantas veces, el que no recordara el sentimiento de estar bajo el poder de dos alfas malignos. Todo eso se lo debía a ese lobo.

El lobezno tomaba el mayor control posible del cuerpo de su portador en un intento de protegerlo de la mejor manera posible poniendo su propio bien en segundo plano ya que haciendo eso solo se lastimaba en el proceso.

No hizo siquiera el amago de levantarse de su lugar, los brazos de MinHo estaban fuertemente envueltos a su alrededor sin dejar que se alejara o algo lo quitara de su agarre, podía sentir la respiración del alfa contra su nuca siendo esta bastante calmada lo que decía que seguía dormido y podía escuchar como parecía hablar entre sueños seguramente teniendo una conversación entre sueños con Dante.

Deseaba tener una relación así con su lobo, era claro que MinHo y Dante estaban conectados de varias maneras más allá del claro lazo de almas. Si ambos fueran personas normales posiblemente fueran los mejores amigos del mundo.

Hola.

Pensó intentando llamar otra vez a su lobo. Esperó algunos segundos sin recibir alguna respuesta.

Gracias por todo.

¿Podrías darme un nombre? Eso me gustaría mucho.

La tímida voz del lobo resonó en su subconsciente, asustando ligeramente al no estar acostumbrado a escucharlo.

¿Qué nombre te gustaría?

De alguna manera supo que el lobo estaba moviendo su cola de manera animada ante la respuesta afirmativa.

Soy tu lobo, puedes elegirlo.

¿Recuerdas como nana nos llamaba?

Lix. Lixie.

¿Te gustaría ser Lix?

¿En serio?

Claro.

YongBok estaba tan concentrado en esa conversación que no había notado que el alfa se había despertado y que ahora se encontraba mirándolo en silencio dejando que disfrutara de esa conversación.

Tampoco notó la sonrisita que se le escapó al mayor cuando una risita escapó de sus labios.

MinHo tenía bastantes preguntas por hacer, queriendo saber cosas del pequeño omega que sabía que en algún momento le debía decir, quizás era mejor esperar unas horas ya ambos estando mucho más cómodos.

Esperó a que YongBok notara su actividad, riendo cuando el pequeño literalmente se fue corriendo de sus brazos al ver que estaba despierto. Escuchó como se quejó desde el baño antes de salir de la habitación sin perder la sonrisa.

Broken TieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora