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— ¡Arriba hyung! —la voz de YongBok junto a golpes en la puerta fueron lo que despertaron al alfa quien gruñó escondiendo su cabeza en la almohada apunto de quejarse— Ayer me dijo que debía ir a hacer papeleo.

Otra queja de parte del alfa se pudo escuchar YongBok río para sus adentros yendo ahora hacia la cocina. Era una pequeña venganza ya que solo unos días antes MinHo lo despertó de igual manera incluso más temprano.

Acomodó por tercera vez en los últimos minutos las mangas de la sudadera que llevaba puesta y revisó el desayuno. No era más que sándwiches para MinHo y cereal para él, pero le gustaba tener las cosas ordenadas.

— ¿Como tienes tanta energía a esta hora? —apareció el alfa con una camiseta simple y unos pantalones cortos, acababa de venir del baño y eso se podía deducir por los restos de pasta dental en la comisura izquierda de sus labios que al parecer no tenía importancia para este en ese instante.

— Dormí bien anoche —se encogió de hombros sentándose frente a su plato de cereal. MinHo río sentándose frente al omega para comer el desayuno.

— ¿Qué tienes que hacer hoy?

— SeungMin hyung dice que tengo que desenvolverme más y creo que eso significa que estaré en el mostrador.

Luego de unos días en la tienda del beta, YongBok se había soltado un poco más con este y con su arrendador, se le venía más animado cada día y por MinHo eso era lo mejor de toda esa situación ya que ese pequeño pecoso empezaba a animar sus propios días con cada tontería mañanera.

— Yo tengo que evitar que ChangBin sea asesinado por su hermana —le dió un gran mordisco al emparedado— ChaeYoung está loca.

— Parece buena amiga.

— Lo es, su relación con su hermano es amor odio totalmente —rió por eso— Darían su vida por el otro no lo dicen ni lo demuestran, pero ambos lo saben.

El silencio de hizo presente en ambos que se sentaron el terminar su comida, por mucho que a ambos les apetezca sentarse a charlar tenían cosas que hacer. Mientras YongBok limpiaba los trastes MinHo se fue a bañar, saliendo algunos minutos después con la ropa que siempre llevaba para un día tranquilo.

El alfa tomó las llaves de su auto y empezó a apagar todos los objetos electrónicos que hayan quedado encendidos al tiempo que YongBok abría la puerta. Tres minutos después estaban en el auto de MinHo en dirección al centro.

— No sé a qué hora vuelva, tengo que hacer turnos en la noche —anunció el alfa cuando paró frente al centro comercial.

— Sabré cómo llegar al departamento ¿Cuál era la contraseña?

— Mi cumpleaños —se soltó del cinturón de seguridad para estirarse y poder tirar del cuerpo de YongBok dándole un abrazo— Puedes pedirle a SeungMin que te acompañe, seguro no habría problema —dijo soltando al omega luego de unos segundos— Cuídate, Yong.

— Igual hyung —le sonrió cerrando la puerta del vehículo.

Caminó tranquilamente hacia la entrada del edificio, mostró su identificación de empleado en este a la seguridad y entró caminando con tranquilidad. Los enormes pasillos estaban desiertos y sabía que eso no dudaría mucho.

Cuando llegó al establecimiento encontró a SeungMin sentado en una esquina mientras jugaba con un puzzle.

— Por dios, dile a MinHo que deje de hacer eso —se quejó apenas el chico entró.

— ¿Eh?

— Te dejó su aroma encima —Kim se levantó del suelo, recogiendo el puzzle con mucho cuidado— Siempre que llegas hueles a él, pero hoy se pasó un poco.

El sonrojo que cubrió las mejillas del omega hizo reír enternecidamente a SeungMin quien sólo siguió si camino hacia el mostrador.

— Es que hoy tengo que ir solo al departamento, supongo que es para evitar que algo pase —explicó empezando a dar vueltas por la tienda, debía recordar donde está cada cosa.

— Eso es lindo, mi compañero con suerte me da los buenos días —rió echando su cabello hacia atrás.

— Los buenos días de hyung son una almohada directo a la cara.

— Muy él.

El día de trabajo fue muy tranquilo, gente que entraba solamente para ver que venían ahí y artistas preguntando por cosas bastante específicas. YongBok se iba soltando poquito a poquito mostrándose sonriente frente a las personas, aunque un poco temeroso aún de los alfas.

Parecía cierto lo que SeungMin le había dicho, muchos alfas intentaban mantenerse lejos del omega al encontrarse con el aroma de otro alfa en el cuerpo del pequeño.

— Hyung, se están agotando los pinceles —informó a SeungMin quien ya se había entretenido con su puzzle.

— Gracias por el informe —agradeció mirando su reloj— Es temprano, pero parece que va a llover. Es mejor que te vayas ahora, no quiero un cachorro empapado y a MinHo enojado.

— No soy un cachorro —frunció el ceño a la vez que se colocaba la capucha de la sudadera sin recordar que esa básicamente le daba orejitas de cachorro.

— Si tú lo dices.

— ¡Hasta mañana hyung!

— Anda con cuidado, Bokkie.

Recorrió el mismo camino que en la mañana, esta vez deteniéndose en una tienda de postres, comprando un dulce para él y otro para el alfa, un muffin que a decir verdad olía y se veía muy bien.

Midió las posibilidades de llegar al hogar del alfa en autobús, incluso indagó un rato frente al cartel de las rutas que estos llevaban. Pero al final decidió que no estaba tan lejos como para necesitar eso y prefirió caminar. A un paso medianamente rápido demoró cerca de veinte minutos para llegar al edificio, la omega de recepción lo saludó con una sonrisa cuando entró, le devolvió el saludo y fue directamente al ascensor.

Marcó el piso del departamento y espero con paciencia haciendo una lista de lo que debía hacer el día siguiente. Se supone que MinHo debía limpiar el departamento durante esa semana por lo que se olvidaba de esas tareas.

— Hello darkness my old friend —cantó entrando al departamento.

El aroma del alfa seguía permaneciendo, ahora mezclándose con el propio lo que evitaba que YongBok fuera noqueado al entrar de la nada, era hasta agradable después de todo.

Acomodó la calefacción en el momento cuando empezó a llover, yendo a su habitación para asearse. Dejó la ropa sucia en su cesto y entró al baño, utilizando el agua caliente para modular un poco su temperatura.

Cuando salió se vistió lo más rápido que pudo antes de lanzarse a su cama y soltar un suspiro. Se estiró un poco para poder tomar el control remoto del televisor para encenderlo.

Durante minutos pasó de canal en canal hasta encontrar algo que le llamará la atención, se movió en el colchón hasta estar en una posición cómoda, extraña, pero cómoda y de esa manera poder ver la televisión.

De esa manera pasó el tiempo y poco a poco el cansancio le iba ganando a la curiosidad sobre el programa que estaba viendo. Cuando empezaba a caer dormido un rayo de luz y un fuerte estruendo le hizo despertarse totalmente de un solo salto.

Miró por la ventana que tenía su habitación encontrando que la lluvia había empeorado al nivel que golpeaba con fuerza el vidrio y no se podía ver mucho desde su posición.

Atemorizado se encogió en sí mismo repitiendo que no debía tener miedo a las tormentas, que estás no le podían causar más daño.

Desde pequeño tenía un miedo irracional a los truenos, nunca hubo una explicación lógica para ellos o quizás era algo que se había obligado a olvidar, no lo sabía y no lo quería descubrir por el momento.

Al momento que otro rayo cayó no pudo evitar soltar un mini grito, cerrando los ojos con fuerza en la espera que eso acabara rápido.

Broken TieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora