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Dante.

Ya pasaron tres días, hermano no estoy enojado.

Sé que no lo estás, pero yo estoy avergonzado.

Debiste tener razones, quiero a mi cascarrabias favorito siempre hablándome.

¿Aún luego todo lo que nos hice pasar?

Aún luego de todo eso.

— ¡Hyung! —el grito de ChangBin hizo que reaccionara dejando de hablar con Dante. Vio salir al alfa hacia uno de los callejones.

Hora de la acción.

Soltó una pequeña risa sin poder evitarlo y dejó que Dante tomara el control, el gran lobo solo se tomó unos segundos para estar justo a las espaldas de ChangBin.

Ambos alfas entraron al callejón encontrando en él a un pequeño cuerpo en una esquina temblando, no había rastros de alguien más ahí lo que fue muy extraño ya que habían estado vigilando la zona con mucha atención.

— Dante —habló ChangBin revisando el lugar, cuando el lobo lo miró solamente le tiró una camiseta rasgada a la cara antes de acercarse al pequeño cuerpo a pasos lentos.

El lobo olisqueó el objeto hasta poder encontrar un aroma de alfa en él, al tenerlo memorizado no dudó en salir corriendo de ahí en búsqueda de este esperando poder encontrar al malhechor de esa historia y así poder hacer justicia.

Corrió buscando ese aroma en el aire e intentando ignorar el aroma del alcohol y otras cosas que llenaban el aire en esa zona. El rastro lo llevó a entrar en uno de los tantos clubes, el ambiente lleno de personas no era un obstáculo para él, sabía lo que estaba buscando y todos al ver a su conocido lobo se apartaban llenando el aire de preguntas sobre la razón por la que se encontraba allí.

Las personas le daban espació al gran lobo para pasar, sabían quién era mas no sabían qué hacía ahí. Más de uno había tenido un problema con la ley y por lo tanto conocían a Dante personalmente cosa que disparó sus nervios.

Entre tantas personas y tantos aromas diferentes el lobo posó su mirada en el alfa peli azul que atendía a la barra. El tipo se veía tranquilo, bien peinado y vestido.

Pasó sin importar de las otras personas y se paró frente al alfa, el tipo al notar la presencia del policía empezó a ponerse nervioso por alguna razón. MinHo simplemente volvió a su forma humana y tomó al alfa del chaleco que su uniforme tenía, sacándolo de ahí arrastrado.

El empleado no colocó una mínima de resistencia en eso, solo se dejó llevar por el policía mientras todas las miradas se posaban en ellos. No entendía que había hecho, era un ciudadano promedio.

MinHo ya fuera del local arrinconó al alfa contra una pared para que no escapara.

— ¿Qué hice mal, oficial? —preguntó el camarero con un toque de nerviosismo.

No lo mates.

Mira quién habla.

Piénsalo, es un bar privado, seguro dinero no le falta, también que tienen horarios de entrada y salida muy estrictos, quizás tiene algo que ver con ese omega pero no se manera negativa.

— ¿Tienes pareja?

— Un omega, es dos años menor que yo.

Te lo dije.

— Imagino que es tu omega, tenía una camiseta con tu aroma. Lo encontramos golpeado en una esquina.

La faceta fría del alfa se rompió escuchando eso, un jadeo se escapó de sus labios y la expresión se convirtió en un total desconcierto.

— Pediré permiso para salir —tartamudeó ante la noticia.

— Te esperaré.

Entrar al departamento y encontrar al omega acurrucado en el sofá mientras miraba perezosamente el televisor no era algo a lo que MinHo estuviera acostumbrado, a decir verdad cuando llegaba la mayoría del tiempo estaba solo ya que YongBok tiene la...

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Entrar al departamento y encontrar al omega acurrucado en el sofá mientras miraba perezosamente el televisor no era algo a lo que MinHo estuviera acostumbrado, a decir verdad cuando llegaba la mayoría del tiempo estaba solo ya que YongBok tiene la extraña maña de irse a dormir temprano.

Dejó la bolsa de comida rápida en la barra de la cocina y se quitó el saco del uniforme, como también el cinturón y los zapatos, quedando solamente en el pantalón y la camisa. De esa manera volvió a tomar la bolsa y se acercó al omega, dejándose caer a su lado.

YongBok rió al ser aplastado por alfa, empujándolo para que se levantara cosa que no lograba. MinHo dejó de molestarlo y se sentó correctamente después de dejar un pequeño beso en la mejilla pecosa del omega.

— ¿Cómo fue el día de mi héroe favorito? —preguntó el omega arrebatándole la bolsa de comida al alfa para buscar su parte.

— Tuvimos un pequeño problema, pero está arreglado —sacó unas pocas papas fritas del paquete. Cerrando los ojos de puro gusto al sentir el sabor de estas— Algún alfa idiota lastimó a un omega y lo dejó tirado en un callejón, pensaba que fue su pareja, pero me equivoqué en eso. Estaré en contacto con ambos, eso no se queda así ¿Cómo fue el día de mi cachorro favorito?

YongBok se acercó un poco más solo para poder apoyar su cabeza en el hombro del alfa solo por mero gusto.

— Fue un día bastante común en la tienda.

— Oh vamos, siempre pasa algo interesante —mordió un trozo de pollo frito sintiendo como YongBok jugaba con su mano libre.

— SeungMin y yo nos tropezamos con un paquete te pinturas y quedamos llenos de colores en la cara y la ropa —sintió el pecho del alfa moverse con las carcajadas que intentaba retener— ¡Estuve una hora en el baño para quitarme la pintura del cabello!

— Pobrecito mi bebé —dejó un pequeño beso en la coronilla del omega.

Siguieron comiendo hasta terminar su cena, el omega se levantó a limpiar los platos mientras que el alfa se fue por una ropa más cómoda. No pasó más de media hora antes que los dos volvieran a estar en el sofá con el televisor mostrando un anime.

Estaban acostumbrados a estar de esa manera, YongBok acurrucado contra el alfa mientras buscaba minutos o simplemente miraba la televisión jugando con una de las manos del alfa; ahora mismo estaba molestando al alfa mientras jugaba con su rostro, le pellizcaba la nariz, las mejillas o jugaba con sus labios solo para hacerlo enojar. Aunque eso no fuera posible.

MinHo estaba recostado en el sillón a lo largo, ocupando de esa manera todo el mueble mientras que el cuerpo de YongBok estaba encima del cuerpo del alfa y entre sus piernas. Las grandes manos del alfa en la delgada cintura del omega mientras este seguía molestándolo.

En un momento aleatorio MinHo abrió los ojos topándose con los ojos castaño claro de YongBok, pudiendo admirar como estos rebosaban en vitalidad y alegría, la sonrisita de travesura que mostraba el pequeño.

Había salvado a tantos omegas a lo largo de los años que aún se le hacía gracioso que un omega terminara salvándolo a él, un pequeño cachorro juguetón y mimoso que le había dado luz a su vida.

— Hyung —la mirada del mayor abandonó los labios del omega para pasar a sus ojos, mirándolo en espera de lo que hubiera que decir— Lo quiero mucho —aprovechó la posición para dejar un beso justo en la comisura de los labios del alfa para luego acurrucarse sobre este como si nada hubiera pasado, pero riendo entre dientes al notar que tan acelerando se encontraba el corazón de MinHo.

Estamos jodidos.

No diré que no, pero se siente jodidamente bien.

Broken TieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora