Cap. 12: Pensar

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Narra Hikari

Residencia Tsukino

Miércoles, 6:21 a.m

Me encontraba recostada sobre mi cómoda cama, en medio del tranquilizante silencio que ya se había vuelto habitual en "casa".

Hoy era el día libre de Akiko-San, por lo que ella y su hija no estaban en la residencia, y como estábamos entre semana mi padre ya se había ido a la empresa hace aproximadamente dos horas.

No me relacionaba mucho con los empleados, sólo con Gina-San, la cocinera, Takao-San, el chofer y Akiko-San, quien era quien me supervisaba.

Los demás eran casi completos desconocidos para mí, no sabía el nombre de la mayoría, y posiblemente ellos tampoco me conozcan más que de nombre, ya que, aunque sea la hija de su jefe, no hacían nada que no tenga que ver con su trabajo, un ejemplo sería el jardinero.

Estaba aburrida, y no tenía nada que hacer, Rio-Chan me había enviado fotos de los trabajos que hicieron en clase durante mi ausencia, pero ya los había hecho.

Mi cuarto estaba ordenado, ayer, durante mi tercer ataque de aburrimiento semanal lo había limpiado, por lo que ordenarlo estaba más que descartado.

Ya había estado usando el celular y estaba descargado.

No puedo ver videos, hablar con las chicas o escuchar música, que aburrido~

De repente algo hizo click en mi cabeza, música...

—Vete a la mierda, maldito aburrimiento.

Emprendí camino hacia la zona recreativa, donde se encontraban instrumentos musicales, materiales de pintura y también elementos deportivos, una zona para mí, Kasue y Kazuo. Aunque en estos momentos solo la usaba yo.

Al llegar fui directamente hasta el deslumbrante piano de media cola*, de un penetrante color negro.

Me senté en el taburete y puse mis pies en los pedales, a la vez que ponía mis dedos sobre las teclas.

¿Qué debería tocar? ¿Paganini? ¿Chopin? ¿Beethoven? ¿Mozart?

Me decidí por el clásico Mozart, uno de mis favoritos, al igual que de mamá.

Tocar sus canciones me trae nostalgia, pero eso no me impide amar sus creaciones.

Aunque pensándolo bien, debo practicar otras canciones...

Me pare y fui directo a una pequeña estantería donde tenía mis partituras, bueno, solo algunas, las demás estaban en la biblioteca.

Elegí una que me llamó la atención, Canon in D de Pachelbel

Llevé la partitura para poder leerla mientras la practicaba, era una canción que amaba, pero no la había practicado, llegó su momento.

[...]

—Waaa~ Eso fue tan relajante...

Después de tres horas de practica termine con la mente despejada—además de un trasero algo entumecido—, hace mucho que no practicaba tanto por la falta de tiempo, así que hacerlo fue sencillamente genial.

Había llegado a mi habitación, Gina-San ya me había dado la comida, y ya casi era hora de tomarme mi medicina.

Y tomar la medicina es igual a hora de dormir.

Estaba arreglando los preparativos para una fiesta a la cual invitaron a mi padre, y junto a el iría yo; la fiesta es hasta octubre, pero debía ver este tipo de cosas con anticipación.

𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | Akabane KarmaWhere stories live. Discover now