Conociendo a los merodeadores (Sirius Black Y Casidi Potter)

Capitulo 36 - Antes de la tragedia-

Casidi estaba en una cabina del tren rumbo a Londres, las vacaciones habían empezado y ella en vez de encontrarse feliz se encontraba cansada, agotado y con algo de tristeza.

El que se alejara de Hogwarts significaba que se alejaba de los únicos familiares que tenía en esos tiempos, iría a una cabaña en algún bosque que Dumbledore le había proporcionado para tener donde quedarse en la vacaciones y aunque el profesor dijo que iría a visitarla al igual que Mcgonagall sabía que pasaría muchos días en soledad, pero no tenía otra opción, miró por la ventana viendo como todos los alumnos subían y recordó los dos últimos días de Hogwarts antes de su salida.

Casidi se dirigía a la oficina de Dumbledore muy temprano en la mañana, ya que por más que lo intentará no podía dormir, cuando cerraba sus ojos pensaba en el beso que se había dado con Sirius un día antes y cuando su mente no estaba ocupada pensaba en como habían sido atrapados.

Cuando Casidi y Sirius estaban en aquella aula vacía fueron interrumpidos por Peter el amigo de los merodeadores tanta fue la sorpresa del pobre chico que se le cayó lo que llevaba en sus manos, al parecer estaban en el aula de pociones y por alguna desafortunada coincidencia Peter fue mandado a guardar las pociones que se utilizaron para el ponche, el chico regordete se agachó para recoger lo que había tirado con las manos temblando y los ojos muy abiertos pero no dijo nada, Sirius se había separado unos centímetros de Casidi pero se quedó en el mismo sitio mientras que Casidi solo pudo escapar de la prisión de Sirius y paso a lado de Peter mientras ofrecía disculpas para después correr, lo último que había escuchado fue a Sirius diciéndole a Peter que lo ayudaría con el desorden causado con una simpleza tan natural que pareció que no había cometido un pecado.

Sacudió la cabeza para dejar de pensar en ese recuerdo y se tranquilizó para que el sonrojo bajará de su rostro, ni si quiera había sido consciente de que había llegado a la puerta de la oficina de Dumbledore, con nerviosismo tocó y espero a que le respondieran para entrar, lo primero que noto fue que Dumbledore estaba delante del pensadero y Remus estaba junto a él, había llegado algo tarde.

- Lo lamento - Se excuso mientras cerraba la puerta detrás de ella y se encaminaba a donde ambos se encontraban.

- Llega justo a tiempo - Informo el anciano - Estamos por ver los recuerdos de el señor Lupín para averiguar con más exactitud qué se encontraba en aquella oficina - Con un largo dedo Dumbledore tocó el agua calmada de aquella superficie.

Se posicionó enfrente de Dumbledore y también observó las aguas de aquel magnífico objeto, Dumbledore le pidió de nuevo a Remus que con sus palabras dijera que había notado o averiguado y el chico respondió:

- No mucho, al principio pensé que estaba en otra oficina por que no parecía la de un maestro, lo primero que noté al llegar al lugar era que olía mucho a wiski de fuego además de un malestar extraño que me mareaba como de alcohol - Remus hizo una mueca de asco - Luego noté que estaba muy sucio, tenía botellas tiradas, envoltorios de dulces, incluso lo que parecía una sopa de cebolla cuajada y echada a perder y muchas pociones creo que eran para la resaca - Dumbledore y Casidi asintieron sin darle mucha importancia sabían la reputación del hombre y sus problemas del alcoholismo después de todo habían investigado cada parte de el y su pasado - Revise sus papeles, libros y cartas pero no tenía nada importante, al parecer le gusta leer mucho sobre criaturas mágicas, sus cartas estaban dirigidas a el profeta ya que pedía con exclusividad los diarios de deportes lo único importante que noté fue una carta que hablaba sobre usted - Miró a Dumbledore - Era muy extraña como si hablaran en clave decía: - Se aclaró la garganta y la relato - El fénix está en posición y listo en la mira por el alcón, el ave espera instrucciones para la misión, y no se moverá hasta el final -