Conociendo a los merodeadores (Sirius Black Y Casidi Potter)

Capitulo 114 - Diferentes Perspectivas-

Casidi creía dos cosas sobre Voldemort, una era que había vivido toda su vida  a las sombras y el destino de el, en vuelta en su vida y sin dejarla vivir como ella siempre realmente quiso, era como su sombra pegada a ella y sin dejarla en paz, cubriéndola en la luz y acechándola desde la oscuridad era parte de su historia de vida y había sido incluso parte de ella, Voldemort había tenido una parte de su alma impregnada de ella justo como los demás horrocruxes y eso hizo que Casidi se diera cuenta de que a pesar de sus incontables luchas internas aveces puedes llegar hacer el monstruo que siempre llegaste a temer ya sea de manera cociente o inconsciente. 

Voldemort era una persona mala y lo que había cometido y cometerá era imperdonable pero el triste hombre había perdido su humanidad en la búsqueda de la inmortalidad lo que Casidi había creído que provoco su terrible desenlace a la oscuridad y a la maldad, era un niño cuyo poder solo era el querer gobernar y tener todo lo que alguna vez no tuvo, exactamente como Casidi ambos habían sido guerfanos, ambos crecieron sin algunas oportunidades, la diferencia fue los caminos que decidieron tomar, Casidi se inclino por el camino de sus amigos de la pequeña familia que aun tenia y de no tener rencor hacia todo su destino mientras que Voldemort construyo el odio en su interior y la sed de venganza contra las personas no mágicas aun cuando el padre de este era una de ellas.

cuando Casidi fue llevada a juicio por los crímenes que no había cometido ya que fingía ser otra persona la paso mal aunque internamente se preparo para lo que la esperaba, el ministerio de magia no espero a alguna prueba contundente de comprobar si ella era el verdadero mortifago su apariencia y las palabras de los aurores lograron convencerlos aunque tal ves podía ser también el echo de que el ministerio estaba tan desesperado de desmostar que no era un incopetante y que el ministro de magia podía resolver el caos que fuera por eso es que llevaron a Casidi inmediatamente a Azkaban sin juicio, aunque nadie mas que un puñado de gente sabia que realmente aquel mortifago que iba probablemente a una de sus mas grandes perdiciones no era mas que una chica de instituto que se enfrentaba a el destino para enfrentar a el verdadero villano de la historia

Pero mientras ella tendría que soportar mas de una par de noches en aquel lugar otras cosas sucedían alrededor sin el conocimiento de muchos miembros de el ministerio, sin el conocimiento del mundo mágico, cosas que sucedían tanto en la orden de Dumbledore al igual que tanto en los Mortifagos de Voldemort, ambos hombres se preparaban para lo que creían que era el final cercano, se preparaban para lo que creían que seria su ultimo ataque y se preparaban posiblemente para la eminente guerra que se avecinaba reclutando a sus bandos 

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La noche del 15 de julio era fría y triste justo como ellos esperaban, en los terrenos de Hogwarts no había rastro de estrellas ni de la luz de luna, el habiente era frió y helaba la piel al igual que el viento parecía moverse con fuerza alborotando las hojas de los arboles y susurrando desde el bosque prohibido, las hierbas se mecían, el agua del lago salpicaba cuando el calamar sacaba una de sus grandes aletas y el castillo estaba oscuro, iluminado por unas cuantas antorchas pero parecía desolado y abandonado 

- ¿están listos? - todos alrededor y para los que iba dirigido esa pregunta asintieron - entonces comencemos - la mujer de mayor edad tenia su cabello recogido en un chongo alto, sus lentes reposaban sobre su nariz, se encontraba seria, pálida, con la varita en la mano izquierda y caminaba con prisa dejando que su bata se arrastrase por los pasillos del castillo, respiraba de forma intranquila ademas de que se notaba visiblemente nerviosa, a su lado uno de sus alumnos parecía acompañarla en dirigir al grupo, el joven tenia el cabello color avellana su rostro con cicatrices era iluminado por la luz de las antorchas y el parecía igual de nerviosos que el resto

caminaron por varios minutos, cruzaron los pasillos, doblaron las esquinas , subieron escaleras y cuando estuvieron en los baños de el tercer piso fue que Remus hablo por primera vez en la noche