bala 3: El inicio de una nueva esperanza

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Con la llama apagada por los sucesos paranormales de esta noche, hora 1:00 am, solo el silencio se describía, de repente se escuchaba un sonido tenue y acelerado, con alta velocidad de 100 kilómetros por segundos, se notaba una moto con un gran diseño de carreras ,acompañado con un conejillo huesudo de pegatina, mientas que conducía poseía un traje todo oscuro junto con una bufanda roja, añadiendo un casco de seguridad, presentando gran suspenso de quien llevaba dentro de él.

En eso, se detiene en un determinado momento, estacionando al acostado de un pequeño edificio, un poco antiguo y sin ganas de limpiar por varios meses.

Sacando una llave dorada y liberando la cerradura para poder entrar con exito asegurado, suspirando de cansancio y quitándose el casco, apreciando un cabello de color plateado, liso y ligeramente despeinado, sus ojos se asimilaba al mismo mar azul de un pequeño atardecer, piel pálida y su estatura era como de una niña de secundaria.

Tenia apariencia de una loli..mejor dicho de una niña

Mientras que entraba en un subterráneo secreto y sin preocuparse por si había animales infecciosos habitados en ese lugar.

Comenzo a dirigir sus pisadas en un determinado lugar y encontrándose con una puerta de madera,abriendo tranquilamente , de inmediato se escuchó un sonido de queja de otra persona.........

- ¡Diablos! , ¿porque tengo que ocuparme con más información barata?, extraño mi cojín esponjoso, ¡espera! , estoy dentro de mi casa.—riéndose torpemente

- No me digas anciano... ¿te volviste a quitar ese dispositivo que te hace recordar lo que tu haces? – interviniendo la chica de ojos de color azul .

- Es-pera, espera, ¡yo si me lo puse! , es solo que... que no me acuerdo donde lo deje.—riéndose de su propia tontería

- Hay anciano, tú y tus miles de excusas, agradeceme que estoy a tu lado, porque si no...

- ¡ya, ya basta! , siempre la señorita con aspecto de niña trata de hacerse la superior ante las personas de mayor edad—diciéndolo molestosamente

- Y anciano, que averiguaste de ese tal proyecto—intentando cambiar el tema

- Bueno... de acuerdo a mis investigaciones, el promedio de armas que intente crear, las 100 pruebas solo una es positiva, el resto es solamente artefacto oxidado.

- Muéstrame—interesada por lo que dijo Sebastián.

El señor de mayor edad, poseyendo una bata de científico y con el cabello negro para atrás, mostrando una actitud robusta, a veces torpe en sus ideas y con una sonrisa ingenua en su rostro, a pesar de que tenía 50 años de edad, tenía una apariencia muy joven, un poco inusual, tenía pocas arrugas y canas por descubrir, teniendo como nombre Sebastián.

Mientras que se arreglaba y se preparaba para mostrarle el tal proyecto, la chica de cabello plateado aprovecho en quitarse la casaca negra, junto con la bufanda roja, poniendolo en algún lado y de inmediato se puso una bata del laboratorio como todo una autentica científica, aquella bata le quedaba hasta la rodilla, claro si hablamos de una señorita del tamaño de un niño de secundaria o tal vez menos.

El anciano Sebastián, traía el tal misterioso proyecto que había experimentado tanto sus errores y positivos desarrollos a lo largo de su vida, llego a tal punto que dejo de salir a casa y termino alejándose de la sociedad por varios años, se calcula un tanto de 20 años......

Observándose una especie de caja metálica de 50 cm, el científico presionándolo con gran emoción, presionando un botón que estaba al medio de la caja, abriéndose automaticamente y separándose en un abrir y cerrar de ojos, formado mini cuadrados sostenidos del mismo ángulo, saliendo una bola electrónica con gran intensidad, siendo controlado gracias a los mini cuadrados, siendo  como el soporte.

La bala que depara un destinoWhere stories live. Discover now