8: Limoncitos que jamás se convirtieron en melones

6.2K 609 227
                                    

Dejo arriba el video de "Too Much To Ask" de Niall Horan, cuya letra me parece que define muchísiiiiimo a Nate en esta novela.♥

Piernas Largas se abotonó la camisa a velocidad de lince, dejándome todavía conmocionado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Piernas Largas se abotonó la camisa a velocidad de lince, dejándome todavía conmocionado. Todo había sucedido bastante rápido.

Después de que se quedara en mi casa hacía varios días, nos habíamos visto en la cafetería un par de veces, y en todas ellas pretendió no conocerme. Lo respeté y le seguí le juego, cada uno manejaba su intimidad como quisiera y no me afectó en lo absoluto que me ignorara.

Pero justo esa mañana cuando llegué al piso de Archivo para buscar material de algunas campañas anteriores de uno de nuestros clientes, la encontré en el mostrador y, sabiéndose sola, me saludó con emoción. En menos de tres minutos me pidió que nos encontráramos en el baño que estaba al fondo de aquel piso, y por supuesto que accedí.

El encuentro fue tan rápido como intenso y ella lo dirigió por completo. No hubo necesidad de hablar, ella impuso el ritmo y las posiciones, convirtiéndome más en una herramienta sexual que en un compañero. Se sintió extraño, pero no iba a negar que el sexo siempre era una manera increíble de amenizar cualquier mañana.

—¿Vas a seguir ignorándome cada vez que haya gente alrededor?

Ella frunció los labios.

—Probablemente —respondió cuando estuvo lista—, ¿te molesta?

—Jamás me habían ignorado. No es como si me quejara, solo... ¿Por qué lo haces?

Piernas Largas se acercó a mí y me hizo el nudo de la corbata sin que se lo pidiera o sin preguntarme si yo necesitaba su ayuda —que no era el caso—, aun así le sonreí. Me gustaban las mujeres con ímpetu y seguridad.

—A mi jefa le encanta chismear sobre la vida de los demás, y no quisiera que comenzara a hablar sobre mi vida íntima. Es todo.

—Follar en un baño que está a metros de ella no colabora mucho con tu causa —repliqué con obviedad, y mis palabras le sacaron una sonrisa.

—Me gusta la adrenalina.

Cuando ambos estuvimos listos, salimos de allí y cruzamos el pasillo desolado hasta que llegamos de nuevo a su mostrador. El piso de Archivo era conocido como el mejor lugar para tener rapiditos dado que las oficinas que allí había eran todas cerradas y pocas veces te cruzabas con personas en los pasillos o baños.

—Confieso que antes de que folláramos por primera vez, te tenía un poco de idea —confesó, buscando algo en su ordenador—. Mi jefa me contó un par de cosas sobre «el ganador del programa de pasantías» que no fueron muy agradables.

—¿Sobre mí? —La miré con una ceja enarcada e intentando esconder mi sorpresa.

A pesar de todo, me gustaba ser discreto y cerrado: pocos conocían lo que hacía fuera de LB&T y con nadie compartía detalles sobre mi vida íntima. No solo porque no era asunto de nadie, sino porque detestaba la idea de que los demás se sintieran con el derecho de opinar sobre las decisiones que tomaba día a día.

Vendiendo mentiras © [Vendedores #2]Where stories live. Discover now